El lanzamiento del cohete Ariane 5, que contenía el Telescopio, se realizó desde la Guayana Francesa hace más de cuatro meses. Foto: PULL

James Webb, el telescopio más potente jamás lanzado al espacio

Ciencias

El Instituto de Astrofísica de Canarias presentó el pasado miércoles, 27 de abril, la exposición Telescopio James Webb: Los ojos más potentes en el espacio. El acto contó con las intervenciones de Macarena García e Ismael Pérez, especialistas en Astrofísica, que desgranaron los aspectos claves del observatorio espacial. La iniciativa forma parte del programa de charlas científicas para las personas pertenecientes al programa Amigos del IAC.

Macarena García Marín, canaria y especialista en Astrofísica para la Agencia Espacial Europea, lidera un equipo encargado de uno de los cuatro instrumentos que componen el Telescopio. Apodado como MIRI, se trata de una elemento que permitirá obtener imágenes a una temperatura por debajo de los 266 grados Celsius. Cada uno de estos cuatro accesorios base tardaron más de una década en construirse.

El funcionamiento del nuevo telescopio de la NASA trabaja en longitudes de onda de infrarrojo cercano y medio. El profesor Ismael Pérez Fournon comentó la importancia de esta radiación infrarroja, que permitirá rescatar más información de lugares como las nebulosas. El docente de la ULL y miembro del IAC espera que «cualquier proyecto astronómico se vea beneficiado con su próxima puesta en marcha».

El futuro cercano


El principal objetivo que se vincula al Telescopio James Webb es el de indagar en aquellos cuerpos celestes más lejanos. Los nacimientos de las primeras estrellas, así como las primitivas galaxias son una de las optimizaciones clave de su construcción. También tendrá un papel importante en el análisis atmosférico de exoplanetas, un estudio con el que se busca determinar si existen condiciones ideales para la formación de vida extraterrestre.

Según informó Macarena García, la calibración de la maquinaria no cesará hasta finales de junio. Asimismo, será en julio cuando se muestren las primeras imágenes al público y comiencen a compartir con el mundo el potencial de su capacidad. Se espera que se mantenga en órbita alrededor de diez o quince años. Una estimación que tiene su origen en el combustible que utiliza en su lanzamiento, que se reduce de manera significativa ante la alta precisión conseguida en su trayectoria.

La colaboración internacional de más de 17 países y el presupuesto, que ascendió a los 8800 millones de euros, permitieron que el pasado 25 de diciembre de 2021 se lanzase el observatorio. Se trata de una misión que llevó más de 25 años de desarrollo y que, en el futuro, ayudará a entender el Universo más aún de cómo lo hizo el Hubble.

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