«Debemos involucrar a la UE en la financiación del Thirty Meter Telescope. Hablamos de mil millones de euros»
Valentín Martínez Pillet asumió la dirección del Instituto de Astrofísica de Canarias en 2024 tras un amplio recorrido internacional en observatorios de primer nivel. Con formación en Física Solar y experiencia en la construcción del telescopio DKIST en Estados Unidos, Pillet afronta el reto de consolidar la posición del IAC como uno de los centros más destacados de astronomía a nivel mundial. En la siguiente entrevista, se exponen las prioridades que se marcaron desde su llegada, los aprendizajes derivados de su etapa norteamericana, su vínculo con la investigación solar, las fortalezas del Archipiélago y los proyectos estratégicos que aspira a atraer a Canarias.
Desde el inicio de su mandato en el IAC, Martínez señala que protagonizó la transición de una institución reconocida internacionalmente a una etapa marcada por desafíos estructurales y estratégicos. Al hacerse cargo de la dirección, apunta que su misión principal consistió en garantizar la continuidad de la investigación durante al menos otros cuarenta años. Así, aclara que, antes de su gestión, el Archipiélago no figuraba como referente para la astronomía y que, gracias a las iniciativas impulsadas por el IAC, las Islas pasaron a situarse entre los tres enclaves más relevantes del planeta, junto a Hawái y Chile.
«Justificar el beneficio social de la ciencia que realizamos es un desafío constante»
En cuanto a sus años en Estados Unidos, donde lideró la construcción del mayor telescopio solar del mundo (DKIST) y reorganizó el Observatorio Solar Nacional, afirma que el principal desafío inesperado estuvo vinculado a la gestión de partidas presupuestarias. Explica que, tanto en Estados Unidos como en el IAC, existe una limitación política constante que obliga a justificar permanentemente la inversión en la ciencia. En ese sentido, enfatiza que defender ante los responsables la relevancia social de la investigación resultó un aprendizaje que ha aplicado directamente en su nuevo puesto, donde continúa debatiendo ante instancias públicas para asegurar la financiación necesaria. «Justificar el beneficio social de la ciencia que realizamos es un desafío constante», asevera.
Aunque su cargo actual lo conduce fundamentalmente hacia la organización, precisa que mantiene viva su vinculación con la investigación solar, pues conserva su pasión por el estudio de las tormentas geomagnéticas solares, en particular los mecanismos de generación y predicción de fenómenos capaces de provocar efectos significativos en la civilización.
Respecto al posicionamiento de Canarias frente a enclaves tradicionales como Chile o Mauna Kea, destaca varias fortalezas científicas y logísticas que sitúan al Archipiélago como un competidor real. Primero, subraya la calidad de los cielos canarios, cuya oscuridad excepcional ha dado prestigio internacional al IAC. Además, dice que la Ley de Protección del Cielo de Canarias lo convierte en un modelo único, al punto de que países como Chile se han inspirado en esta normativa para promulgar leyes similares. Asimismo, resalta el respaldo histórico de la sociedad canaria a la astronomía y al Astrofísico, a diferencia de regiones como Hawái, donde dicho apoyo resulta menor y menos involucrado.
«La ausencia de proyectos novedosos podría comprometer el futuro del IAC»
En su visión sobre los proyectos más ambiciosos para el futuro del IAC, explica que albergar el European Solar Telescope (EST) y los telescopios LST del proyecto Cherenkov Telescope Array Observatory (CTAO) permitiría a las Islas mantenerse a la vanguardia durante décadas. Alega que asegurar estos proyectos significaría participar en iniciativas tecnológicas punteras con impacto positivo en la sociedad, así como consolidar la presencia de investigadores de alto nivel. Advirte, además, que «la ausencia de proyectos novedosos podría comprometer el futuro de la Institución, tal como ha ocurrido en otras entidades en el Mundo».
Por otra parte, al valorar la posible instalación del Thirty Meter Telescope (TMT) en Canarias tras las tensiones sociales en Hawái, expresa que, si bien la preferencia original del proyecto sigue siendo Hawái por tratarse de un programa estadounidense, la negativa constante del Archipiélago norteamericano y el riesgo de sobrecostes hacen de Canarias un destino atractivo.
Finalmente, al reflexionar sobre su legado, admite que su aspiración más ambiciosa consiste en traer el TMT a Canarias. No obstante, menciona otras metas de igual relevancia, como dotar al Gran Telescopio Canarias (GTC) de una estrella de guiado láser y de una óptica adaptativa comparable a la de los observatorios más avanzados del Mundo. Subraya que, por encima de todos los objetivos, su prioridad es garantizar el futuro del IAC y confirmar su posición como uno de los centros de referencia internacional en astronomía. Así, resalta que «si el TMT se construye en Canarias, nos aseguraremos más de cincuenta años de investigación en las Islas».