El joven tinerfeño afrontó su lesión durante un playoff de su equipo por lograr un ascenso a Regional Preferente. Foto: T. Díaz

«La felicidad en el fútbol es complicada de explicar si no sientes pasión»

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«La peor parte fue luego al cabo de un par de semanas siento un pinchazo en el isquiotibial»

Rubén Macario Alonso estudia ADE en la Universidad de La Laguna y es jugador del C.F. Juventud Laguna. Nació en Tenerife el 20 de abril de 2001 y practica este deporte desde los tres años de edad. Tras estar en una buena posición durante toda la temporada, ganó la liga y se aseguró jugar unos playoffs de ascenso a la categoría Regional Preferente. Esta sensación de adrenalina quedó cubierta por una lesión casi inexplicable. Por ahora, el deportista confirma que es momento de seguir celebrando el ascenso sin saber qué pasará en el futuro. 

«Elegí ADE porque no tenía muy claro a que me quería dedicar, al ser una carrera con tanta variedad de opciones me daba tiempo a poder decidir mejor», comenta Alonso, al mismo tiempo que garantiza su gusto por el fútbol y asegura tener salida deportiva estudiando este grado. Además, el joven cuenta que este cuatrimestre lo lleva mucho mejor que el anterior, aunque siempre con sus complicaciones, y expone que hay poco tiempo de separación entre cuatrimestres.

«Siempre es complicado gestionar estudios con el deporte»


El estudiante narra lo complicado que ha sido para él organizar el curso escolar con los entrenamientos en un equipo de fútbol de tanto nivel, ya que tiene asignaturas de turno de mañana y de tarde. «En el primer cuatrimestre, tenía menos de tarde, pero aun así llegaba con demora un día a entrenar, este segundo he tenido que pedirle a un profesor poder asistir de mañana porque si no llegaría a la hora a muchos entrenamientos», explica. Mientras, recalca que, al margen de la comprensión del profesorado y de su entrenador, «siempre es complicado gestionar estudios, clases de deporte y vida social, pero si te organizas y planificas bien puedes hacerlo sacrificando no hacer algunos planes».

Alonso brincó de alegría tras lograr el primer puesto, pero no confiaba en que al ser campeón estaba todo por hecho, ya que todavía quedaba un playoff por jugar. «Lo normal es que el campeón suba directo y este año no ha habido ese premio a la regularidad, por eso, no podíamos festejar todavía nada», manifiesta con disgusto el deportista. Para él esas semanas fueron indescriptibles y, aunque el no pudo celebrarlo físicamente con sus compañeros por su lesión, el joven confiesa que la felicidad que sintió fue insuperable. 

Después de proclamarse campeón de Liga y optar a un playoff para subir de categoría, opina Alonso que el balance de los últimos resultados ha sido buenísimo: «Es un año en cuanto a resultados muy buenos donde solo perdemos tres partidos en todo el año, y creo que eso refleja todo el trabajo y sacrificio que se ha habido detrás».  

«Es un frenazo en seco y más sabiendo el proceso que me esperaba era duro»


Para el universitario esta no ha sido una buena temporada. Su rotura de peroné le complicó el juego desde la segunda jornada. Alonso mantiene lo complicado que fue para él esa lesión, puesto que, durante la pandemia, apenas se pudo competir y lo que más quería era volver a sentir los nervios y la adrenalina que requiere una competición: «Es un frenazo en seco y más sabiendo el proceso que me esperaba era duro». También, añade que con sus otras dos lesiones musculares debido a la inactividad fue lo que encadenó un final de temporada amargo para el tinerfeño. «No disputé todos los minutos que me hubiera gustado a raíz de las lesiones».

«Mientras tenía el yeso, no notaba dolor y tenía muchas ganas de empezar», expone el tinerfeño mientras su estado de ánimo es cada vez peor. Su recuperación fue mejor de lo que el deportista esperaba. La incomodidad al principio y bastante rehabilitación hicieron que Alonso cogiera el toro por los cuernos y fuera poco a poco involucrándose con el equipo. 

«La peor parte es cuando siento un pinchazo, lo que vuelve a tenerme un tiempo parado y a la semana de volver recaigo, así que no pude tener la continuidad entrenando para estar al 100 %», argumento Alonso. Aunque pasaba por un mal momento, el joven tinerfeño nunca se planteó dejar de competir, en lo único que pensaba era en volver lo antes posible para ayudar al equipo. 

«En la vida no siempre se gana ni sale todo como se planea»


Dentro del mundo futbolístico, Alonso destaca su mejor y peor momento que ha vivido. «El peor sin duda el descenso de división de honor con el Juventud Laguna hace ya unos cuatro o cinco años», comenta el joven, añadiendo que ha tenido la suerte de tener buenas temporadas tanto dentro de la base de su club actual como en el Ofra, por el que pasó dos años magníficos: «Todavía conservo la mayoría de amigos a los que aprecio y este año, a pesar de las lesiones ha sido sobresaliente también».

Sin embargo, a lo largo de su trayectoria profesional como futbolista, el tinerfeño admite que este deporte le ha enseñado muchos valores, pero sobre todo a aceptar la frustración es el principal. Alonso lo tiene claro: «En la vida no siempre se gana ni sale todo como se planea». Pese a estar pasando por un momento muy difícil en esa fecha, asumir en muchas ocasiones esa frustración le sirve para la vida en general, tanto académica como personal. «Esta situación de lesionarme, de querer volver y no poder, me llevó a varias frustraciones. Simplemente hay que afrontar que es parte de la vida, y trabajar para superarlos sin nunca perder la pasión», añade. 

«Solamente los apasionados del fútbol lo hacemos con gusto»


Alonso indica con entusiasmo que nunca hubo un objetivo como tal dentro del conjunto y que era más bien una ambición de todos al saber que había un buen grupo humano y comprometido: «Sabíamos que con esfuerzo y sacrificio podía darse la oportunidad del playoff y ya una vez en ellos luchar por el sueño». Su próximo destino aún no está claro, de momento él sigue celebrando el ascenso y sobre todo, hablará de su continuidad cuando el míster quiera, sintiéndose pensador al admitir que «en el fútbol regional, tanto entrenadores como jugadores cambian mucho de equipo».

«Pasión, sacrificio y felicidad». Así define Rubén Alonso este deporte con tan solo tres palabras. Aun así, confiesa con voz entrecortada que el poder practicar fútbol, limitando el tiempo de tu vida privada, es algo que «solamente los apasionados del fútbol lo hacemos con gusto». Por último, recalca el significado de felicidad dentro del mundo futbolístico: «No tengo una explicación exacta para eso. Yo, como todos los que jugamos, somos felices entrenando, jugando o incluso viéndolo y es complicado de explicar si no sientes esa pasión».

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