Antonio Martinón recoge un manifiesto de las bodegueras de Canarias

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Con motivo del primer encuentro REWINE del pasado 10 de marzo, se ejemplificó que el papel de la mujer en el mundo del vino canario se ha consolidado en los últimos años en materia de innovación, creatividad y calidad. Las ponentes participantes de este evento del Aula Cultural de Enoturismo y Turismo Gastronómico de la ULL, en coordinación con el Ayuntamiento de Santa Úrsula, realizaron un manifiesto con todos los retos propuestos para el futuro. El documento fue entregado esta semana al rector de la universidad lagunera, Antonio Martinón.

En total fueron más de cincuenta profesionales del sector en el Archipiélago las que se reunieron en el municipio norteño. Allí, se pudieron conocer las experiencias de las especialistas invitadas, desde las más jóvenes bodegueras de Canarias, las hermanas Yanira y Cynthia Florido Ortega, de Bodega Hinojo situada en la isla de Gran Canaria, pasando por Trinidad Fumero García, técnico del Consejo Regulador de Abona, o la enóloga y bióloga onubense de tradición bodeguera Rocío Márquez Ortega de Bodegas Robles.

Las invitadas junto a todas las personas asistentes mantuvieron un debate intenso. Durante el transcurso de la cita se recogieron las opiniones que allí se planteaban, y con ellas se adquirió el compromiso por parte del vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, y los directores del Aula universitaria, Gonzalo Brito y Gabriel Santos, presentes en la sesión, de preparar un manifiesto, que fue entregado, el pasado 27 de abril, al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, así como al rector de la Universidad de La Laguna.

Siete retos para visibilizar a la mujer en el ámbito vitivinícola


Con el manifiesto se pretende visibilizar mujer en el ámbito vitivinícola canario, pidiendo colaboración de las administraciones. Algunos de los puntos que se incluyen son la reivindicación y conquista de espacios comunes y compartidos por mujeres y hombres, en equidad e igualdad,  así como normalizar su presencia y valía, generar contextos que reflejen la realidad o una educación en igualdad que incluya la perspectiva de género, y que redunde en la generación de capital humano y profesional cualificado.

Asimismo, se incide en la disminución de la supuesta exclusividad del mundo del vino, aumentar los lugares formales e informales de intercambio y transferencia de conocimientos y experiencias y, por último, acercar todo a la sociedad canaria para aumentar su interés e implicación.

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