La obra se estrenó en la sala Barts de Barcelona. Foto: Amanda D.

‘La ansiedad no mata, pero fatiga’ emociona en el Auditorio de Adeje

Cultura / Ocio

En el soleado atardecer del pasado jueves, 18 de abril, el Auditorio de Adeje abrió sus puertas a la psicóloga Patricia Ramírez y al humorista Rafa Blanca para convertir el escenario en un lienzo en blanco en el que plasmar situaciones típicas de la ansiedad. El espectáculo titulado La ansiedad no mata, pero fatiga, comenzó a las 19.10 horas de aquella tarde y se extendió hasta pasadas las 21.00 horas. Dos horas y cuarto de actuación que fue, para muchas de las personas que acudieron, el momento de respirar y poder compartir, solas o en compañía, el placer de parar por unos minutos.

El evento dio comienzo con las voces de los personajes principales, advirtiendo de que la función estaba a punto de empezar. La sala quedó sumergida en un silencio absoluto. En ese momento salió la psicóloga y el público aplaudió con entusiasmo. «Tenía muchas ganas de verla», se escuchó a lo lejos. La luz se volvió más tenue y a medida que la música se disipó los focos alumbran las siluetas de Ramírez y Blanca, quienes captaban la atención de la multitud.

«Salir corriendo de un problema no lo soluciona»


El público asistente entre risas y lágrimas de felicidad viajaron por las distintas tramas. Un encuentro fortuito entre la terapeuta y el actor inició la que será una travesía de aprendizaje y conocimiento. La sencillez y escaso material usado durante la obra ayudó a a centrarse en exclusiva en la narrativa de la pieza teatral. A su vez, no necesitaron nada más que sus voces y gestos para embelesar a un auditorio repleto. Asistentes que buscaban empaparse de ideas para saber manejar sus emociones.

Desde el año 2021 hasta el año 2024 el acto fue visto por cuarenta mil personas. Foto: Amanda D.

A medida que la función tomaba forma, Ramírez y Blanca tenían encuentros casuales en los que el cómico intentaba expresar cómo se sentía en su día a día siendo una persona con ansiedad. La especialista interpretaba su papel dándole forma a su pensamiento y ofreciéndole posibles soluciones o alternativas a su preocupación. La magia estaba en que esa circunstancia en la que él se encontraba se trataba de un reflejo de nuestra propia vida. Insistiendo en que entendiera que: «Salir corriendo de un problema no lo soluciona».

Con cada cambio de panorama la sala se quedaba en absoluta oscuridad. Cuando eso ocurría el público compartía opiniones y debatía sobre lo que sucedería después. Se sentía el afán de saber qué más tenían preparado. En varias ocasiones, se dirigían al grupo o hacían alusión a él, lo que generaba conexión y permitía que mantuviesen la atención durante toda la función.

«Lo que da paz es ocuparte de lo que controlas y desocuparte de lo que no»


La representación teatral estaba bañada por un manto de color azul durante casi toda la obra. La luz en ese tono genera calma y serenidad, reflejada en quienes estaban presentes. A medida que la actividad finalizaba, se tornaba más formal, pero sin abandonar el toque jocoso que la caracterizaba. La psicoanalista comenzó a cerrar su discurso con una serie de consejos para la ansiedad. El montón de participantes apuntaban en sus teléfonos móviles o libretas los datos que ella aportaba. Escuchaban con atención e interés. «Controlar algunas cosas nos da seguridad pero, lo que da paz es ocuparte de lo que controlas y desocuparte de lo que no», sostuvo Ramírez.

Las despedidas no siempre son desagradables. En esta ocasión se sintió como un hasta pronto, no dejaba un vacío sino una mochila llena de lecciones. Cada una de las personas presentes bailó, cantó, rió, dejó brotar alguna lágrima y salió de aquella estancia con el objetivo principal del encuentro: aprender a vivir de forma más consciente, plena y sobre todo con más calma.

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