‘The Evil Within 2’, un ‘crescendo’ perfecto hacia la maestría

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Hace unas semanas te hablamos sobre The Evil Within en GAMING PULL. Pues bien, hace apenas una semana se lanzó al mercado su esperada secuela, cuatro años después del lanzamiento del título original. Ya lo hemos jugado para contarte si esta segunda entrega está a la altura del título magistral que vimos en 2013 y la valoración es que estamos ante  un más que digno sucesor de la primera entrega. Un salto hacia la innovación que se mantiene fiel y respeta sus orígenes; una obra que va aumentado de intensidad y calidad a medida que avanza. Un crescendo hacia la maestría.

En The Evil Within 2 volvemos a encarnar al inspector de policía Sebastián Castellanos, varios años después de lo ocurrido en la primera entrega. Tras los macabros acontecimientos que nuestro protagonista vivió en el psiquiátrico de Beacon fue suspendido de su puesto y tomado por loco. Las circunstancias lo empujaron al abismo de la bebida y el abandono, convirtiéndolo en la sombra de lo que fue en su día. Todo esto cambia cuando los sucesos del pasado vuelven a atormentarle una vez más.

El objetivo en esta aventura será encontrar a la hija de nuestro protagonista, dada por muerta hasta que una vieja conocida de Sebastián aparece para contarle la verdad y decirle que hay una forma de arreglarlo todo, de recuperar a la hija de nuestro protagonista. Sin embargo, tendremos que volver a conectarnos al STEM, ¿cómo no? STEM es un dispositivo que todos aquellos que jugaron a la primera entrega conocerán bien. Este artilugio conecta las mentes de varios sujetos a una mente central, introduciéndolos así en un mundo imaginario creado por dicha mente central.

En el primer juego, esa conexión entre las mentes era Rubén Victoriano, un psicópata homicida entorno al cual se desarrolla el argumento de la historia. En esta secuela, la mente central del STEM será, ¿lo adivinas?, Lilly Castellanos, la hija de nuestro protagonista.

Un giro radical al estilo de juego, las mecánicas y desarrollo


The Evil Within 2 venía prometiendo cambios respecto al juego original desde que fue anunciado, y vaya que si cambió. Aunque seguimos frente a un survival horror en toda regla, este juego da un giro  radical al estilo de juego, las mecánicas y el desarrollo del mismo. Como casi todos los títulos de este género, el juego original se basaba en un desarrollo lineal, con una libertad de exploración limitada y una progresión perfectamente acotada, un guion escrito para que el jugador lo recorriera de una determinada manera.

Esta secuela se desmarca de esa fórmula, al menos parcialmente. El juego nos permite explorar extensas áreas abiertas a nuestro ritmo, en el orden que nos apetezca y con la posibilidad de volver sobre nuestros pasos en cualquier momento. Se trata de tres grandes territorios abiertos que componen la ciudad de Union, conectados entre sí por una red de túneles subterráneos que nos servirán para viajar a las distintas secciones del mapa.

Sin embargo, como todo buen juego de terror, habrá algunos capítulos que nos llevarán de nuevo a espacios cerrados y perfectamente acotados, en los que la narrativa del juego toma la batuta y nos conduce por un recorrido establecido, perfectamente orquestado para meternos en tensión, crear una atmósfera aterradora y darnos una buena ración de sustos.

Tendremos que explorar la ciudad de Union mientras buscamos a nuestra hija, y en un principio puede resultar chocante el hecho de encontrarnos en un espacio tan abierto para tratarse de un juego de terror. El cambio puede sacarte del ambiente del juego inicialmente, pero en cuanto le eches un par de horitas te acostumbras a la novedad, y te das cuenta de que estos añadidos le vienen al juego como anillo al dedo. Tango Gameworks, el estudio desarrollador, ha hecho una apuesta arriesgada e innovadora al introducir mecánicas de mundo abierto en un survival horror, y se nota, con creces, el cambio en la dirección de esta obra.

Consideramos un acierto que un título de este género incluya, por fin, exploración, crafteo y misiones secundarias. ¿Por qué? Muy sencillo. El desarrollo lineal que suelen tener estos juegos hace que, muchas veces, se nos “hagan cortos” y nos quedemos con ganas de más. Los elementos añadidos en The Evil Within 2 se traducen en largas horas de juego, unas cuarenta horas de juego en total, aproximadamente (solo en la primera partida). El sistema de crafteo, mejora de armas y potenciación de habilidades también se ha llevado un buen lavado de cara.

Esta vez tenemos a nuestra disposición muchos más ingredientes y podremos fabricar munición de todo tipo, no solo arpones, como en la primera entrega. Además, para mejorar las armas utilizaremos unas piezas de mejora, dejando así el característico gel verde, en exclusiva, para mejorar las habilidades de Sebastián.

A excepción de los añadidos comentados anteriormente, esta secuela se mantiene muy fiel al espíritu de predecesor, y es evidente que, aunque Mikami ya no se encuentre sentado en la silla del director, su mano está detrás de muchos detalles del juego. La jugabilidad es muy similar, incluso el esquema de control, que es idéntico. Para enfrentarnos a nuestros enemigos tendremos que utilizar una proporción equilibrada de sigilo y acción, administrando bien los escasos recursos y municiones. Los horrores que nos encontraremos como enemigos también nos recordarán a la precuela.

Aunque con nuevos diseños, habrá enemigos que harán de sustitutos de los antiguos. Un ejemplo de ello es la horrorosa mujer gigante que nos perseguirá con una motosierra industrial, y cuyo cuerpo está formado de numerosos cadáveres. Este enemigo reaparecerá por todo el mapa, regenerándose a partir de las pilas de cadáveres que hay por toda Unión. ¿Os suena de algo? Sigue exactamente la misma mecánica el Guardián de primer juego.

Los enemigos finales también tienen mucha presencia, tienen personalidad y unos diseños realmente increíbles. Especialmente dos de ellos, el excéntrico artista y psicópata, Stefano Valentini, y el sectario fanático Padre Theodore.  Serán los dos enemigos más importantes del juego, y tendrán un carisma y una personalidad equiparables a la del mismismo Rubén Victoriano.

Por último, en cuanto al diseño de niveles, The Evil Within 2 también se mantiene fiel a su predecesor, a excepción, claro está, de las zonas de mundo abierto. Niveles muy variados entre sí, para evitar caer en la monotonía y saltos increíbles de un entorno a otro que nos dejarán descolocados hasta que comprendamos el porqué de los mismos. A excepción de las calles de Union, dominaran los entornos oscuros y claustrofóbicos.

 

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