«La lucha por los derechos LGTBIQA+ no acaba»
Meritxell Salazar es una de las activistas que conforman la asociación LGTBIQA+ Diversas. La Fundación nació en el año 2015 en el norte de Tenerife, a raíz de aquellas personas que necesitaban referentes dentro del colectivo que visibilizaran su existencia y sus derechos. La iniciativa comenzó con la idea de realizarse fuera de la zona metropolitana de la Isla para así dar voz a las minorías en los entornos más descentralizados.
Desde un principio, la fundación Diversas quiso realizar un activismo desde una perspectiva integral, cubriendo las necesidades de la comunidad en todos los ámbitos de la vida cotidiana. «La lucha por los derechos LGTBIQA+ no acaba. Luchamos para no sufrir violencia o discriminación y para erradicar los tabúes, estigmas y prejuicios acerca del colectivo», apunta. Para tratar de conseguirlo, han implantado una serie de servicios que ayudan mejorar la calidad de vida de aquellas personas que conforman la comunidad.
Bajo el lema Solo podemos ser iguales si somos diversas, la Asociación cuenta con servicios de atención jurídica, con el fin de acompañar a todas aquellas personas del colectivo víctimas de delitos de odio por su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o características sexuales. Además de un servicios de salud integral, con un programa de atención a la salud sexual y reproductiva, prevención y detección precoz del VIH y otras ETS, independientemente de la inclinación sexoafectiva de la persona implicada, entre otros servicios.
«Me da esperanza saber que las personas de nuestro colectivo no estamos solas»
Salazar decidió involucrase en el activismo tras percatarse de que la discriminación que sufría por su orientación, identidad y corporalidad no era algo individual sino un fenómeno que afectaba a muchas personas. «Pongo lo colectivo por encima de todo, me da esperanza saber que las personas de nuestro colectivo no estamos solas y que somos más a pesar del ruido que hacen quienes odian nuestra existencia», subraya.
Para ella, su vida personal y el activismo social son dos ámbitos que van completamente ligados. Ambos se desarrollan conjuntamente en todos los aspectos de su vida, además afirma que no solo es activista el tiempo que pasa en su trabajo, sino que lo es las 24 horas del día.
Ratifica, finalmente, que priorizar las necesidades colectivas a las individuales es una de las cosas más importantes que ha aprendido en Diversas, «ya que la lucha contra la LGTBIfobia se conseguirá realizar en grupo y no individualmente».