Prepararse para el éxito

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Entrenar y jugar, entrenar y jugar y así sucesivamente. Esta es la secuencia que sigue la persona deportista desde que empieza a hacer lo que le gusta. La rutina permite preparar de forma adecuada el cuerpo de quien juega. Sin embargo, eso no lo es todo en el deporte, ya que solo un tándem perfecto entre lo físico y lo mental permitirá alcanzar el éxito. Aunque parece que en ocasiones la competición no mira más allá de lo inmediato.

La psicología deportiva se erige como una de las facetas más desapercibidas y olvidadas del mundo del deporte. Ejemplos como los ocurridos con atletas como Simone Biles plantean que el sistema aplicado en la actualidad no funciona correctamente. Y es que es común que las personas competidoras no reciban una preparación mental idónea para competir. La sociedad cree que entrenar el cuerpo es suficiente para obtener un logro, sin embargo, con una mente inestable resulta casi imposible centrarse en el objetivo.

Además, esta ciencia no solo ayuda a que la persona se centre, sino que también posibilita entrenar la mente para obviar lo que ocurre fuera de la competencia. En los últimos años no son pocos los movimientos que luchan contra casos discriminatorios desde el propio terreno de juego. El No Room For Racism de la Premier League de Inglaterra para el racismo o el #WePlayStrong de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA) para el fútbol femenino son algunos de estos ejemplos.

La persona que compite no es ajena a lo externo, por ello requiere de una preparación mental mayor para evitar que la presión le afecte dentro y fuera del campo. Esto, aun siendo un grave problema social, debe servir para ver la gran importancia de este tipo de psicología.

La importancia del conocimiento


La psicología deportiva no solo debe centrarse en recuperar a la persona que juega, sino que también debe servir como elemento de aprendizaje para quien la aplique. Francisco Javier Batista, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna, opina que esta disciplina es bastante útil para el deportista: «La mayoría de las personas que la prueban no suelen dejarla». Aun así, Batista piensa que esta enseñanza es desconocida para el público en general.

Esta disciplina comienza a tener un auge en España a partir de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, que supusieron un salto de calidad para el deporte nacional. Con ellos, y hasta la actualidad, la psicología del deporte ha ganado relevancia en la sociedad. Aun así, Batista insiste en que esta doctrina está dando sus primeros pasos en el país, por lo que queda mucho trabajo por hacer.

Para mejorar la situación, el profesor cree que existen dos aspectos clave. Uno de ellos es que desaparezca el estigma social de que la psicología solo es necesaria cuando hay un problema. Esto hace que, según Batista, «se siga rechazando a la figura de la persona especialista». En el caso específico del deporte, no es necesario tener una dificultad para requerir la ayuda de un profesional. El otro aspecto que eliminar es el intrusismo laboral, ya que, en palabras del tinerfeño, existen muchas personas que realizan cursos y creen tener la capacidad de poder ayudar en determinadas situaciones cuando realmente no es así.

Francisco Javier Batista también trabaja en el campo de la educación emocional. Foto: Y. García

Una de las figuras mas importantes en el desarrollo psicológico es la persona que entrena. Para Batista, quien entrene «debe desempeñar el papel del líder del equipo», dejando al psicólogo deportivo como uno más del equipo técnico. El profesor piensa que el profesional de la mente tiene a su disposición todas las herramientas necesarias para el desarrollo psicológico esperado, pero afirma que realmente la persona que entrena es la que decide si esto se aplica o no.

El equipo técnico puede evitar la contratación de un psicólogo deportivo por dos razones principales. Una de ellas es creer que el profesional se está entrometiendo en la labor de la plantilla técnica. El profesor tiene claro que «el técnico entrena el cuerpo y el profesional la mente». El desconocimiento sobre los beneficios de tener un especialista en salud mental también ejerce un papel clave sobre el staff, por lo que resulta indispensable que quien ejerza la profesión tenga una labor divulgativa de las herramientas y el rendimiento que puede aportar.

Para Alejandro Arbelo, periodista y componente del cuerpo técnico de la UD Las Zocas en Tercera División, la psicología deportiva resulta esencial para conseguir objetivos. Arbelo cree que «si la mente no está sana, el cuerpo no va a reaccionar, ya que el estímulo debe venir del cerebro». Como en nuestras vidas, si la mente no se encuentra bien, viviremos una vida que no es plena del todo. Por esto es muy importante acudir a especialistas para aclarar las ideas.

Nadie se queda atrás


En los últimos años hemos asistido a un crecimiento exponencial de casos discriminatorios dentro de los terrenos de juego. La sociedad intenta obviar este hecho, pero la realidad es que permanece en nuestras vidas. La psicología deportiva debe ser una de las principales herramientas para evitar estas conductas. Para Batista, el deporte contiene «unos valores implícitos que deberían asegurar que estos sucesos no ocurran, como el juego de equipo o el compañerismo».

La persona que sufre discriminación no puede desarrollar su actividad de una forma tranquila y normal, ya que no se siente centrada en la competición. Para el profesor, sufrir un caso discriminatorio siendo deportista se asemeja a sufrir bullying siendo menor. Esto puede derivar en varias afecciones, como «pérdida de autoestima, autoconcepto o personalidad, además de cambios en sus relaciones sociales». En este caso, quien ejerza la profesión de psicología puede ofrecer herramientas para aportar una mayor integridad a la persona afectada.

Para Arbelo uno de los principales problemas para que ocurran situaciones discriminatorias es la sociedad en la que nos encontramos, calificándola como una «basura». Según su opinión, las redes sociales han hecho mucho daño, ya que vierten opiniones desde detrás de una pantalla de una forma desmedida. «Que por un color de piel se tenga que discriminar a una persona me parece ridículo», sentencia el tinerfeño.

La dolencia y la mente


El bienestar es primordial para la salud de un deportista, ya que es la única forma de conseguir un rendimiento efectivo. Sin embargo, las lesiones son un elemento bastante común en el deporte, algunas incluso terminan carreras de promesas de la pista. La psicología deportiva también tiene lugar en esta parte del deporte. En los últimos años se ha demostrado que existe una relación directa entre el estado psicológico y las lesiones musculares.

Esto indica que quienes hacen deporte pueden recaer en lesiones tan solo por su situación mental. Estas situaciones se pueden deber a la presión que es ejercida sobre quienes juegan, sobre todo en los niveles de competición más altos. En estos casos, la psicología puede ayudar estableciendo pautas o aportando herramientas para evitar que la persona deportista sufra una recaída emocional que derive en una lesión.

En el caso del periodo de recuperación de lesiones, debemos tener claro que el papel de quien ejerza la psicología debe ser igual de importante que el del equipo médico. «Mientras el equipo prepara el cuerpo para la vuelta a la competición, la psicología se encarga de preparan la mente de quien juegue para que vuelva en forma a los terrenos de juego», afirma Batista. El principal objetivo es evitar que exista el miedo del deportista a la recaída, que ya de por sí es un factor de riesgo para volver a tener la dolencia.

Alejandro Arbelo, integrante del cuerpo técnico de la UD Las Zocas y entrenador del Juvenil B. Foto: Y. G.

También, debemos tener claro que el principal objetivo de la psicología no debe ser acortar los plazos de lesión, sino conseguir la mejor vuelta posible a la competición. Aun así, «si el proceso psicológico ayuda a acortar los tiempos, bienvenido sea», afirma Batista. Las heridas psicológicas tardan un tiempo en cicatrizar, por lo que a veces es mejor esperar a que los tiempos de dolencia se cumplan según lo previsto.

Sin duda, el cuerpo y la mente forman un tándem perfecto que debe estar sincronizado para poder competir. Para Batista, cuerpo y mente deben entrenarse de forma conjunta, ya que no tendría sentido centrarse solo en un de ellas. El profesor admite que cada vez más se llevan a cabo sesiones de entrenamiento conjunto, algo que antes no se hacía.

El mundo del deporte parece evolucionar hacía una disciplina más salubre para quien la ejerza. No solo en el ambiente profesional, sino también en el ámbito personal. Solo el paso del tiempo no dirá hasta qué punto avanzaremos y cómo tendrá que evolucionar la psicología para lidiar con los problemas del futuro.

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