La Facultad de Filosofía celebró ayer, 9 de noviembre, la charla Transformaciones performativas: vulnerabilidad y ciudadanía sexual, dada por Leticia Sabsay, socióloga, escritora, doctora en Estudios de Género e investigadora asociada de la Open University de Londres. Además, es autora de numerosos libros y artículos como Fronteras Sexuales, Espacio urbano, cuerpos y ciudadanía (Paidós, 2011) y Las normas del deseo. Imaginario sexual y comunicación (Cátedra, 2009). Se trata de una jornada celebrada dentro del marco Conversaciones con del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUEM) en la que se reflexionó sobre temas relativos a la transformación de las etiquetas sexuales dentro del paradigma social y la resistencia política.
Sabsay comenzó contextualizando el objeto de sus investigaciones. Estas tuvieron origen en la ciudad de Buenos Aires durante la época de los ochenta y los noventa, después de la caída del régimen dictatorial. Ante la implantación de la democracia, los poderes políticos se hacían preguntas tales como “¿Quiénes pertenecen a esta ciudad y cuáles son sus derechos y deberes?”.
Marcados por las políticas neoliberales de la presidencia de Menem, la autora describió cómo la sociedad argentina se compartimentalizó, desde el sector rural y cosmopolita, hasta el de las minorías. Esta jerarquización conllevó una desigualdad social que se nutrió de parapetos como sexualidad unido a respetabilidad. “Se fija un modelo respetable de pareja gay modélica con propiedad privada. Sin embargo, relaciones que se establecieran en círculos trans sin esta propiedad privada no alcanzaban el mismo estatus”, confirmó la ponente.
Asimismo, señaló cómo “en la época pre-Sida tuvo lugar un progreso liberalizador sin parangón que hoy en día tildaríamos de políticamente incorrecto. Ahora nos encontramos ante una libertad, sí, pero una más regulada”.
Vulnerabilidad de los cuerpos como una resistencia progresista
Otro de los términos abordados fue el de vulnerabilidad. “Hasta ahora este se ha relacionado con una visión pasiva que induce a pensar en el cuidado de una víctima. Esto también sirve para justificar la intervención estatal, pero a lo que aquí nos referimos es a la funcionalidad política”. Estas reflexiones de la argentina beben de la teoría de Judith Butler, filósofa y feminista estadounidense, que antepone la “vulnerabilidad de los cuerpos como una resistencia progresista” como sucedió durante la Primavera Árabe o el 15-M. «De esta forma, la ocupación del espacio de manera pacífica era lo que dirigía la protesta», aseguró la experta.
No obstante, la ponente destacó que no todas las personas poseen las mismas aptitudes físicas o rango social para enfrentarse a estas situaciones. Sin embargo, “tomamos un papel más activo que el que se lleva a cabo en redes, que algunas veces cae en una coartada para no hacer nada. El cuerpo se convierte en una metáfora de compromiso”.
Una de las cuestiones más controvertidas durante la jornada fue la petición que se le hizo a la escritora para que expresara su opinión acerca de la gestación subrogada donde matizó el concepto de la vulnerabilidad asociado al de propiedad.
“Hoy en día el cuerpo está reducido a un objeto de mi propiedad con el que decido lo que hacer. Es algo permeable. Tenemos derecho a la autodecisión, pero, ¿cómo lo visibilizo sin que sea necesariamente un producto?”. Si bien se posicionaba en que esta tenía que ser una decisión autónoma, «habría de realizarse dentro de un contexto en donde la pobreza y la desigualdad no sean sus precursores», finalizó Leticia Sabsay.