Wenceslao Peñate es catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de la Laguna (ULL). También es director de la Unidad de Servicios Psicológicos y Logopédicos de la Institución. Se trata de una iniciativa que comenzó en enero de este año y que tiene como objetivo prestar ayuda, en estas dos áreas, a la comunidad universitaria. Además, la Entidad funciona como vía para promocionar la salud.
¿Qué tipo de ayuda ofrece la Unidad de Servicios Psicológicos y Logopédicos? «La Unidad presta seis servicios de psicología que atienden a todas las áreas que engloba esta disciplina como, por ejemplo, la neuropsicología, la psicología ambiental, la psicosocial, la forense, la educativa y, por supuesto, la salud mental. Respecto a los servicios logopédicos, ofrecemos cuatro y comprenden los problemas de atención temprana, de lenguaje, de expresión, y aquellos derivados de alteraciones neurológicas, entre otros».
¿Cuántas personas han solicitado los servicios en lo que va de año? «El pasado mes de noviembre registramos 200 peticiones, de las cuales 167 ya han recibido o están recibiendo ayuda psicológica. El servicio que más demanda la población estudiantil es el de salud mental y es abrumadoramente mayoritario».
¿La labor del centro es preventiva o de acción inmediata? «La labor del centro es de intervención, es decir, una vez que las personas nos escriben solicitando los servicios, o un servicio determinado, tratamos de abordar los problemas que cada paciente presenta. Nos dedicamos principalmente a lo que son tratamientos psicológicos».
«La ansiedad y los trastornos depresivos son algunos de los problemas más comunes y repetitivos»
¿Cuál es el problema de salud mental más frecuente? «Los problemas más comunes que observamos son los mismos que se presentan en la población general, es decir, los problemas emocionales. Los más usuales son los trastornos depresivos y la ansiedad. Esta última suele ir ligada a las dificultades con las que se encuentra el alumnado en la etapa universitaria».
¿Y cuál diría que es la causa de estos problemas? «Las emociones son el modo en el que analizamos la realidad y, además, constituyen el vehículo cotidiano con el que nos relacionamos con el entorno, con el resto de personas e incluso con nuestro interior. Por tanto, cuando estos sentimientos se alteran, nos afectan significativamente, haciéndonos sentir tristeza, miedo, angustia…».
¿Considera que el abordaje de los problemas de salud mental ha mejorado? «Sí, y ha mejorado de manera significativa gracias al progreso científico. Los avances actuales han permitido el desarrollo de la investigación básica, especialmente en psicología. Hoy en día tenemos tres grupos de terapia, de primera, segunda y tercera generación, que recorren todo el espectro del abordaje de los principales problemas de salud mental. Con frecuencia, no tenemos un solo tratamiento para los trastornos mentales, sino varios de elección».
«La pandemia sirvió para visibilizar la salud mental y poder aumentar los recursos sanitarios»
¿Cómo afectó la pandemia a la concepción de la salud mental? «Permitió visibilizar los problemas de salud mental, que siempre han tenido y tienen un estigma social. Fue en ese momento cuando empezamos a ver los trastornos mentales como algo más cotidiano. La pandemia también supuso un reconocimiento por parte de las políticas sanitarias, que sirvió para aumentar los recursos, que son claramente insuficientes, y para atender los problemas de índole psicológico o psiquiátrico».
¿Qué aspectos cree que se podrían mejorar con respecto a la atención de problemas de salud mental? «La necesidad de tener un servicio psicológico en atención primaria. Hay personas que presentan problemas leves de salud mental y que deben ser abordados de manera eficaz para que no pasen a un nivel mayor. Normalmente, estos problemas son tratados por equipos médicos especializados en familia. Si contaran con un apoyo psicológico, el tratamiento podría ser más eficiente y recuperarse relativamente pronto».
