La Universidad de La Laguna ha puesto en marcha hoy martes 21 de febrero unas jornadas de docencia en línea, con las que pretende dar a conocer la realidad de este tipo de enseñanza, acercarse al panorama nacional e internacional sobre la docencia no presencial e impulsar estrategias para que este centro académico ofrezca un catálogo de títulos virtuales más amplio. Con más de 160 profesores inscritos, las jornadas han suscitado verdadero interés entre los docentes de la Universidad de La Laguna, la mayoría de los cuales trabajan en el campus virtual de la institución académica y están por tanto entrenados en este tipo de competencias. Para el rector de la institución docente, Antonio Martinón, este hecho ejemplifica la gran demanda a favor de la modernización de las titulaciones y su adaptación a las necesidades de los estudiantes.
“Somos una universidad presencial de gran valor para nuestro entorno, pero sin perder de vista este hecho, debemos abrir horizontes hacia nuevas formas de enseñar”, agregó el rector. “La enseñanza en línea es un poderoso instrumento para conseguir la igualdad, porque supera barreras geográficas y limitaciones de tiempo, y sirve para extender la formación universitaria al conjunto de la población, ya que su amplia flexibilidad permite nuevos modos de aprender. Con ello ampliaríamos la responsabilidad social de acercarnos más a la sociedad”, ultimó.
Ponencia de apertura
Lorenzo García Aretio, catedrático emérito de Teoría de la Educación de la UNED, presentado por Manuel Area como el gran teórico en lengua española de la educación a distancia, fue el encargado de ofrecer la ponencia de apertura de estas jornadas. Para el experto, la docencia en línea es un fenómeno que está en plena ebullición, aunque ha tenido un recorrido reciente. A comienzos de los setenta comenzó la Open University del Reino Unido y poco después lo hizo la propia UNED. “Es un ámbito complementario a lo presencial que no pretende suplantar a la enseñanza tradicional, donde también hay mucha innovación”.
Elaborar cursos en línea requiere de la colaboración de muchos agentes, mucho más que en la docencia presencial, en la que el profesor decide contenidos de forma más autónoma, sostuvo García Aretio, para quien el fenómeno del aprendizaje a lo largo de la vida es relativamente reciente y viene de la mano de la necesidad de un reciclaje permanente en los entornos profesionales: “Si queremos atender la demanda de formación creciente de profesionales es necesario hacerlo en línea, porque la presencial tiene un cupo de plazas limitado y no lo puede superar”. De hecho, recordó cómo la enseñanza virtual se ha ido adaptando a los tiempos, y así se ha pasado de del texto impreso ordinario, a la enseñanza en radio, videocasetes, la aparición de la televisión, el correo electrónico y la videoconferencia, luego llegó Internet, el e-learning, los entornos personales de apps, hasta llegar al blended learning o aprendizaje semipresencial.
Sea de una manera o de otra, el estudiante está en el centro del sistema, pero ha cambiado sustancialmente su perfil, por eso los estudios en línea no son competencia de los presenciales, volvió a recalcar el ponente. “Se trata de ampliar el servicio y recuperar personas que si no tienen esta posibilidad nunca van a progresar personal y profesionalmente”.
La clave: un adecuado diseño pedagógico
La clave para el profesor emérito de la UNED es un adecuado diseño pedagógico, materiales docentes de calidad y vías de comunicación eficaces entre profesorado y alumnado. Esa es la receta para el mejor aprendizaje, sin olvidar la evaluación, añadió. Este sistema se encuentra ahora mezclado, porque las presenciales hacen docencia en línea y lo contrario: las universidades a distancia completan su servicio con facetas presenciales de tutorías, como es el caso de la UNED.
Indicó que la UNED se ha preocupado de explicar mucho la enseñanza a distancia, su credibilidad y su misión, de tal forma que ofrece resultados académicos similares, si bien se le achaca un alto grado de abandono. “Hay estudiantes de los que no consta ni un solo registro, no se han presentado a nada, no han entrado siquiera en el campus virtual. Es decir, no es que abandonen, es que ni comienzan”, afirmó el experto. Esto es así porque seguramente no saben dónde se meten, explicó, en el entendido de que algunos estudiantes piensan que se trata de algo más sencillo, menos riguroso, cuando estamos hablando de docencia universitaria en toda regla. Por el contrario, el abandono real de los que sí cursan estudios universitarios es similar al de las instituciones presenciales, aclaró.
A la hora de cuestionarse qué tipo de campus virtual queremos y qué enseñanzas en línea se van a poner en marcha, aconsejó equilibrar el número de estudiantes, el tipo y número de docentes, la dotación tecnológica y el nivel de interacción. “Este análisis se debe hacer antes de decidir y dónde se pone el énfasis debe fijarlo la universidad en cuestión”, concluyó.