Inaugurados los congresos de Parasitología e Ingeniería y Software

ULL

La Sección de Farmacia de la Universidad de La Laguna acoge estos días el vigésimo encuentro de la Sociedad Española de Parasitología (SOCEPA) y el décimo quinto encuentro del European Veterinary Parasitology College (EVPC), en este caso a partir del mañana viernes día 21. La reunión nacional arrancó con una conferencia de Óscar Noya, director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, quien expuso la situación de la malaria en el país sudamericano, una patología que ha pasado de estar prácticamente erradicada a expandirse, en esos últimos años, por todos los estados del país bolivariano.

Noya, al que le han desmantelado el laboratorio 48 veces en los últimos tiempos, realizó un recorrido histórico sobre cómo esta enfermedad, que fue importada y se extendió por todo el país, fue finalmente controlada gracias a unos rigurosos planes sanitarios y, añadió, a mucha investigación, para ahora pasar a la situación contraria, debido a la crisis institucional del país, que afecta lógicamente al sistema sanitario.

Venezuela es un país muy receptivo a esta patología. La gran cantidad de ecosistemas en su interior y unas temperaturas en los márgenes ideales para su transmisión, hace que se den hasta once especies de anofelinos, explicó el investigador. Esa gran riqueza de vectores hace a la nación sumamente receptiva para la transmisión de la malaria, con condiciones ideales por su humedad y su temperatura. A ello se añade las consecuencias del cambio climático, que ha logrado que si antes había transmisión de la enfermedad a 1.200 metros de altura, ahora llegue hasta los 1.800. El fenómeno climatológico de El Niño empeoró aún más las cosas y produjo mayor proliferación de la epidemiología en el país.

Noya explicó que el programa de control nacional empezó en 1936, cuando uno de cada tres venezolanos tenía malaria: “Lo primero que se hizo fue formación, capacitación e investigación”. De hecho, se acompañó de un programa nacional de salud a través de una revista que llegaba a todos las escuelas del país, de tal modo que un equipo de trabajo impresionante hizo que la tasa de mortalidad disminuyera al 0,2.

«Venezuela, con más de 200 000 casos de malaria, reúne el 43 % de la infecciones de toda América Latina»


En 1959 había unos 900 casos detectados, para luego elevarse un poco más en 1970 y agravarse con la crisis del petróleo en 1973, que supuso un empeoramiento de los programas de control. El ponente destacó la relevancia del doctor Gabaldón, científico que enfatizó el conocimiento y desarrollo y logró llevar la enfermedad a límites insospechados.

El ponente recordó que el investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo fue invitado por su instituto en 1989 para probar su medicación en Venezuela, con el primer ensayo en población civil en una zona al sur de Orinoco, sin que hubiera que reseñar efectos colaterales y con gran efectividad. De hecho iba a realizarse un segundo estudio al año siguiente en otra zona del país y finalmente no se llevó a cabo, porque la enfermedad estaba erradicada.

“Ahora hemos pasado a todo lo contrario, todos los países vienen disminuyendo sus tasas de malaria menos nosotros, que hemos aumentado, especialmente a partir de 1998”, subrayó, para añadir que «el año pasado hubo en Venezuela más de 200 000 casos de malaria. De hecho representa una prevalencia del 43 % de las infecciones de toda América Latina.

Inauguración


El acto inaugural contó con el director del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, adscrito a este centro académico, Basilio Valladares, y organizador local de este congreso. Tanto él como el rector, Antonio Martinón, destacaron el hecho de que esta  cita nacional tenga lugar coincidiendo con el 225 aniversario de la institución académica. “Esta universidad acoge con los brazos abiertos a todos los que trabajan en ciencia”, expresó Valladares en la inauguración del evento que acoge a alrededor de 200 personas matriculadas.

Domenico Otranto, presidente del colegio europeo veterinario, señaló que es una gran oportunidad para esta entidad el organizar cada año sesiones científicas y una asamblea general de alguno de los países de los socios europeos. Luisa Fernández, presidenta del colegio profesional de veterinarios de Santa Cruz de Tenerife, destacó la importancia de lograr una sola sanidad y un mayor control parasitario.

Por su parte, la viceconsejera de Presidencia del Gobierno de Canarias, Alessandra Betancort, agradeció traer a Tenerife a los mejores expertos del mundo en parasitología clínica humana y parasitología animal. “Canarias es el lugar adecuado, por su confluencia tricontinental, para acoger esta reunión. La investigación científica es uno de nuestros mayores valores”, añadió.

El rector recalcó la importancia del 225 aniversario de la ULL, “momento de recapitulación de nuestra historia y de reformulación de nuestro compromiso con la sociedad canaria”. Este congreso, dijo, es una expresión de esa identificación de la institución con el entorno que la acoge. Hizo referencia a la reunión de jóvenes investigadores en parasitología que se celebra paralelamente al congreso, para recordar que estos son los héroes de hoy y que sigue siendo imperioso aumentar los fondos dedicados a la investigación. Apuntó que España está por debajo de la media europea dedicada a la I+D. “Y Canarias está a la cola en inversión nacional en este ámbito, es bueno recordarlo”.

Jornadas Científicas Sistedes


Por otra parte, la ULL acoge desde ayer 19 de julio las Jornadas Científicas Sistedes (Sociedad de Ingeniería de Software y Tecnologías de Desarrollo de Software), que se celebran en la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología. Y lo hace a través de Sistedes, una asociación sin ánimo de lucro, creada en 2005 para promover esta materia entre los agentes implicados. Su presidente, Antonio Valleidillo, señaló en el acto de apertura que los ingenieros e informáticos que forman parte de Sistedes ya no solo se dedican a resolver problemas técnicos, la mayoría de ellos en las universidades y centros de investigación aunque también en empresas, sino que cada vez se interesan más por el “impacto ético” de lo que hacen; “nos interesa conocer cómo servimos a la sociedad”, explicó.

Valleidillo señaló que lo importante es hacer comunidad y por eso destacó la relevancia de los congresos y reuniones anuales como la que celebra Sistedes este año en la Universidad de La Laguna, en este caso organizada por el profesor José Luis Roda, como responsable del comité local.

Sistedes acoge tres conferencias en paralelo: en el ámbito de la Ingeniería del Software y Bases de Datos (JISBD, creada desde 2001 y a la que se han presentado 78 artículos), Ciencia e Ingeniería de Servicios (JCIS, fundada también en 2001 y con 27 artículos) y la relativa a Programación y Lenguajes (PROLE, más reciente, desde 2011, con 18 artículos).

Por eso este congreso se celebra en la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la Universidad de La Laguna en cinco salas simultáneas, además de contar con tres conferencias plenarias a cargo de Don Gotterbarn, director del Instituto de Investigación de Ética de la Ingeniería del Sotware; Javier Esparza, de la Cátedra de Fundamentos de Fiabilidad de Software y Ciencias de la Computación de la Universidad Técnica de Munich; y Cesare Pautasso, profesor asociado de la Facultad de Informática de la Universidad de Lugano, en Suiza.

Sistedes otorga además en su reunión anual un premio anual a la mejor tesis doctoral, de la que también se hará entrega estos días en la Universidad de La Laguna.

Por su parte, el vicerrector de Investigación, Francisco Almeida, apuntó que este evento es importante tanto para la escuela anfitriona como para la propia universidad. Señaló que más de veinte años de trabajo conjunto, como sucede en el caso del grupo de Ingeniería del Software y Bases de Datos, no es sencillo de conseguir, y supone que hay detrás mucha gente involucrada en su avance.

Almeida relató que Canarias tiene un modelo económico basado principalmente en el turismo y que ahora ese está haciendo un esfuerzo por lograr otro modelo que integre más el conocimiento y la investigación: “Espero que de este encuentro se generen nuevos proyectos y sinergias que redunden en nuevas colaboraciones”.

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