José Luis Cantero Llorente en el Aula de Audiovisuales de le Sección de Psicología de la Universidad de La Laguna.

El doctor Cantero da las claves de por qué envejecemos de forma diferente

Ciencias de la Salud

José Luis Cantero Llorente es doctor en Neurociencia y pertenece al Departamento de Fisiología, Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Pablo de Olavide (Sevilla). Desde 2008 forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) como científico principal. Este pasado viernes, 2 de marzo, ofreció una conferencia en el Aula de Audiovisuales de la Sección de Psicología de la Universidad de La Laguna, para dar respuesta a una cuestión fundamental: entender realmente las razones por las que la gente envejece de forma distinta.

Dentro de este marco se han elaborado una serie de estudios estructurales. Entre ellos, la variabilidad interindividual, es decir, la diversidad que presentan los miembros de una misma población, que es la que explica el envejecimiento desigual entre las personas, en el que intervienen factores ambientales, genéticos y epigenéticos. La fisiología del sueño es un agente de primera magnitud ya que los sujetos mayores tienen peor calidad de somnolencia, puesto que se pierde su ciclo y da lugar a menos continuidad en la fase denominada REM (Rapid Eye Movement), en español Movimientos Oculares Rápidos (MOR), lo que produce un aumento en el riesgo de padecer alzhéimer porque no se descansa bien.

Otro peligro que puede inducir a la aparición de esta enfermedad se debe a la composición de la grasa corporal. Existen dos tipos: subcutánea y visceral, y esta última se incrementa con la edad y se convierte en colesterol. A su vez, esto ocasiona que haya más probabilidades de que aparezca una patología cardiovascular, trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, y por consiguiente puede conducir a un daño en el cerebro causado por la falta de flujo sanguíneo.

Distintas trayectorias que explican el deterioro 


El especialista expuso tres caminos diferentes para explicar el envejecimiento. El primero está relacionado con el gen reloj PER3, que participa en la regulación de la ritmicidad circadiana, es decir, de las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un ciclo regular relacionado respecto a los estados de sueño y vigilia. En sujetos jóvenes, su variable alélica PER3 5/5 supone una mayor somnolencia a lo largo de la vida y peor ejecución en tareas cognitivas después de privarlos del descanso. Por tanto, su cerebro tiene más vulnerabilidad ante la supresión del reposo.

La segunda trayectoria tiene relación con las quejas subjetivas de memoria porque las personas se fastidian por olvidar ciertos momentos de su vida. Los individuos que presentan estas molestias poseen un incremento de atrofia en la parte del cerebro denominada hipocampo, encargada de recibir informaciones ópticas, acústicas, táctiles y viscerales.

La última opción posible se encuentra en la fase preclínica de la enfermedad de alzhéimer. Los pacientes muestran en su cerebro características bioquímicas propias de la enfermedad como una disminución de las células nerviosas denominadas núcleos basales de Meynert; pero no padecen la patología, ya que todavía no experimentan sus síntomas. José Luis Cantero señaló que el 80 % de estas personas desarrollan el trastorno.

Finalmente, el doctor dio tres soluciones claves a la pregunta acerca de si es posible prevenir el alzhéimer. Según el resultado de la investigación, entre los mejores consejos están: seguir una dieta saludable para compensar la grasa visceral y el colesterol, realizar actividad física y dormir mejor. Además, añadió que las personas mayores que pasan por una cirugía con anestesia general tienen más riesgo de sufrir esta enfermedad.

«El sueño ayuda a estabilizar y a consolidar la nueva memoria»


La segunda parte de la charla continuó con la exposición de su compañera Mercedes Atienza Ruiz, quien desempeña las mismas funciones como investigadora principal en la Institución. Esta, profundizó en la cuestión de por qué la memoria es tan vulnerable al sueño. Mediante la explicación del experimento y sus resultados, la doctora en Neurociencia por la Universidad de Sevilla señaló que la formación del recuerdo es un proceso continuo.

La especialista recalcó: «Cualquier interacción que se produzca en alguna de las fases de la somnolencia va a tener consecuencias sobre el desenlace final de las remembranzas».

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