Snezhana Yavnikova, joven ucraniana refugiada tras la guerra de 2022. Foto: Melanie G.L.

Un camino hacia la superación

Solidaridad

En Los Campitos, a tan solo diez minutos del centro de Santa Cruz de Tenerife, se encuentra la TENIER Tennis Academy. Rodeada de naturaleza, esta Academia fue fundada en 2011 por tres hermanos apasionados del deporte. Desde el principio, compartían un sueño en común: crear una escuela donde, sobre todo, la juventud pudiera desarrollar sus habilidades deportivas en un entorno saludable y acogedor. En la actualidad, han convertido su visión en realidad, contando con cinco pistas de tenis de tierra batida que fueron pioneras, en su momento, en la Isla, lo cual les confiere un gran valor y orgullo.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, un gran número de personas en todo el mundo se han unido con el deseo de brindar ayuda a su población. En medio de esta época tan difícil y dolorosa, la Academia de Tenis decidió no limitarse a ofrecer apoyo a distancia, sino también a proporcionar alojamiento y seguridad total a los refugiados.

En ese momento, a través de un contacto conocido por uno de los directores, se estableció comunicación con la familia de Snezhana Yavnikova, una joven ucraniana de 16 años nacida en la ciudad de Járkov. El 26 de abril de 2022 llegó a Tenerife junto a su madre y su hermano pequeño. El viaje no fue nada fácil para ella ya que tuvo que dejar a su padre, quien se había ofrecido como voluntario en la guerra junto con otros familiares.

«Echo de menos mi ciudad natal»


Yavnikova considera que es muy afortunada por estar a salvo después de todo lo que esta pasando en su país. A pesar de la distancia, sigue de cerca todo lo que ocurre y sabe que muchas personas se encuentran en situaciones desgarradoras. «Conozco gente que han perdido sus hogares e incluso algunas que han sufrido amputaciones y nunca podrán volver a caminar….», señala emocionada. Además, encuentra estresante adaptarse a una nueva vida porque «extraño mucho mi ciudad natal», pero expresa que «venir aquí me ha ayudado mucho, ya que me han dado la oportunidad de seguir estudiando online y entrenando».

Desde los ocho años, ha estado involucrada en el tenis. «Mis padres encontraron el Unicourt Tennis Club, donde tuve la oportunidad de entrenar con uno de los mejores preparadores del lugar. Con el tiempo, empecé de manera más profesional y obtuve muy buenos resultados», destaca. Sin embargo, hace algunos años sufrió una lesión que le impidió continuar jugando y tuvo que someterse a una operación. Justo cuando estaba a punto de retomar su carrera deportiva, estalló la guerra, lo que la dejó sin poder practicar durante los primeros tres meses. Posteriormente, su vida se encontraba tomando rumbo a Tenerife.

La tenista admite que tener la oportunidad de entrenar nuevamente en el deporte que tanto ama «me hace sentir mucho mejor» porque «cuando estoy en la pista, puedo dejar a un lado todos mis problemas por un momento». Además, se siente querida por sus nuevos entrenadores: «Día tras día me brindan apoyo para seguir luchando por mis objetivos y mejorar mi juego».

Snezhana Yavnikova con Raúl Pulido, uno de los directores y entrenadores de la Academia. Foto: Melanie G.L.

«Sabíamos que teníamos que estar atentos a sus necesidades»


Pablo Pulido, uno de los directores y entrenadores de la TENIER Tennis Academy, destaca que al llegar Snezhana a la Isla, no se encontraba en buen estado, como era de esperar. Sin embargo, pudieron darle apoyo emocional a través de la psicóloga deportiva de la Academia, siempre teniendo especial cuidado porque «sabíamos que teníamos que estar atentos a sus necesidades».

En la medida de lo posible, procuraron realizar varias actividades fuera del terreno de juego para que pudiera conocer la Isla, su cultura y otras actividades que le pudieran distraer, aunque fuera por poco tiempo ya que sabían la situación caótica que había vivido y no querían forzarla en ningún momento a hacer nada que no quisiera.

Yavnikova fue bien recibida por todo los integrantes del equipo. Al no saber español, hablan con ella en inglés. Tener la posibilidad de comunicarse de esta manera ha sido un gran alivio. En la escuela se fomenta el uso de la primera lengua más hablada  ya que que muchos de sus jugadores y jugadoras son personas extranjeras.

Amigos y amigas de Snezhana. Foto: Melanie G.L.

La familia que ha cultivado aquí han llenado un vacío en su corazón, brindándole una sensación de auténtica alegría. «En el buen sentido, me parecían personas locas, pero eso me gusta porque son diferentes a lo que he estado acostumbrada. Son personas muy honestas con un buen corazón y me lo paso genial», destaca.

Para ella, han sido el remedio a su nostalgia cuando recuerda a todas las amistades que ha conocido durante su vida y a quienes no puede ver en este momento. Desde el primer instante,  todos en la Academia comprendieron su situación y se volcaron en ayudarla para que cada día fuera un poco más llevadero, evitando que se hundiera en la tristeza.

«Por favor, mantén viva la esperanza y ¡no te rindas!»


La deportista explica la actual trayectoria de su familia en Ucrania. Su padre, Maksym, es el director de la Organización benéfica SLOBODA UA, dedicada a brindar ayuda a personas que se encuentran en situaciones difíciles. Además, su tía María es enfermera militar y varios hombres de su familia están involucrados en el ejército, trabajando duramente para sacar adelante al país. «Es difícil estar aquí mientras mis seres queridos se enfrentan a circunstancias tan extremas», confiesa.

Por último, Snezhana brinda su apoyo a todas las personas que están pasando por situaciones similares. Muestra optimismo y comprende que es normal sentir enojo o dolor cuando la vida parece difícil y no encuentran ningún tipo de salida. Sin embargo, al encontrarse en Tenerife, ha descubierto un rayo de esperanza y está convencida de que esta situación de guerra llegará a su fin. Les recuerda que no están solas en su lucha: «Por favor, mantengan viva la esperanza y ¡no se rindan!». Este camino de superación marcará sus vidas para siempre, llenándolas de fuerza y determinación como ha sido la suya.