El icodense tocando la caracola. Foto: Elena Hernández

Ricardo González o el resonar de la caracola

Sociedad

Ricardo González es un carpintero, rescatador e impulsor de la cultura de la caracola canaria que vive en el municipio de Icod de los Vinos. Con 55 años ha dedicado parte de su vida a rescatar esta tradición para que no quede en el olvido. Además, ha participado en numerosos medios de comunicación para difundir sus estudios y es el creador del Resonar del Bucio. González declara que está agradecido de poder tener la oportunidad de haber hablado con personas de primera mano y escuchar todas las vivencias pasadas para aprender.

¿Qué es el Resonar del Bucio y por qué lo creó? «El Resonar del Bucio no es otra cosa que hacer tocar una caracola en un lugar con sonoridad de eco que se utilizó en tiempos pasados como medio de comunicación. Al estar globalizada esta sociedad, donde los medios de comunicación de antes ya están obsoletos, decidí que no podía quedar en el olvido un instrumento natural como es la caracola, que fue utilizado inteligentemente por nuestros antepasados para comunicarse entre las personas que se hallaban lejos del interlocutor».

«Era como la prensa rosa de hoy o esos programas de televisión donde se cuentan las vidas de las personas»


¿Cuál fue su motivación? «La motivación que me lleva a rescatar este medio de comunicación fue debido a que en mi casa había un bucio, caracola marina, sobre el televisor. Un día por el año 1986 me dio por preguntarle a mi madre por qué tenía el vértice de la caracola cortado. Su respuesta fue: ‘Porque con eso nos comunicábamos en los altos de Icod, concretamente en la zona donde se llama La Cueva del Viento'».

¿Por qué se utilizaba la caracola? «Se utilizaba para emitir diferentes mensajes como: llamar a comer, como reloj para salir a buscar la pinocha al monte, en las Noches de San Juan para celebrarlo y para avisar que las hogueras se estaban encendiendo, así como para anunciar al vecindario cuando se incendiaba el monte y subieran a ayudar a extinguirlo, en la entrada y salida de los trabajadores y trabajadoras a la zona de trabajo en las plataneras, en plan jocoso cuando se moría un animal, cuando se casaban las mujeres embarazadas, cuando habían infidelidades… Era como la prensa rosa de hoy o esos programas de televisión donde se cuentan las vidas de las personas».

¿Por qué se enfocó especialmente en el bucio? «Porque hablaba con la gente joven y no tenían ni idea de lo que era un bucio ni para que se utilizaba. Alguno te decía que lo escuchaba en alguna romería pero que no tenían ni idea del bucio. Al hablar con la gente mayor ahí sí que sabían lo que era, y todas las personas me decían lo mismo que mi madre, se utilizaba para comunicarnos y para ser informados. Según fuera el tipo de toques que se dieran con el instrumento natural marino su resonancia podía llegar a kilómetros de distancia».

¿Cómo descubrió la existencia de la cultura del bucio? «Como te dije antes, por mi madre que fue la que me dio la información para que se utilizaba el bucio, y después hablando con la gente mayor de esa generación de antes de mediados del siglo pasado que todavía quedaban vivos, y que para mí han sido auténticas bibliotecas de información oral porque sobre el bucio no había nada escrito antes del 2009».

Ejemplar
Ejemplar de caracola. Foto: Melanie G.L.

«Han realizado tesis de final de carreras universitarias y hasta másteres universitarios sobre el Resonar del Bucio»


¿Qué medidas tomó para aprender de ella y comprenderla? «Pues sentarme muchas horas con los mayores y escucharlos, haciéndoles muchas preguntas de: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Para qué?, etc».

¿Qué impacto ha tenido el Resonar del Bucio en la comunidad canaria? «Pues que antes no se escuchaba un bucio, sino alguno en las romerías por aquello de que lo utilizaban los aborígenes canarios. Ahora hasta se están escribiendo libros con la información que he dado en los distintos medios de comunicación. Han realizado tesis de final de carreras universitarias y hasta másteres universitarios sobre el Resonar del Bucio».

¿Cómo se siente al haber logrado rescatar y preservar esta cultura? «Me siento agradecido de poder haber hablado con gente de primera mano, de cómo vivió esa época al escuchar los bucios para comunicarse. También la cantidad de menores que ya saben lo que es y para qué se utilizaba, gracias a las charlas que voy dando sobre este instrumento en los sitios que me han invitado a exponer. Pero también me siento un poco afligido al ver el nulo interés que se tienen por nuestras tradiciones dando a entender lo acomplejado del canario y el poco orgullo que se tiene con lo nuestro, es una pena».

¿Cuáles son para usted los beneficios culturales y sociales tras la recuperación del bucio en Canarias? «Primero, que no se vuelva a perder esta tradición. Segundo, el interés que está mostrando los niños y niñas con esta tradición. Tercero, que lo que nuestros antepasados utilizaban como medio de comunicación, hoy se utiliza como diversión. Cuarto, un instrumento por el cual se siente identificada la sociedad canaria».

¿De qué manera involucra a las nuevas generaciones a tener conocimiento y a la apreciación de esta cultura? «Promocionando el Resonar del Bucio con la publicidad que hago en los medios de comunicación cada año para las fiestas patronales de San Juan de la Rambla y con las charlas en los colegios, asociaciones y demás entidades que me invitan para saber más sobre estas caracolas marinas».

Cartel publicado este año para las fiestas de San Juan. Foto: Ricardo González

¿Qué consejo le daría a todas las personas que deseen emprender proyectos similares al suyo dentro de sus propias comunidades? «Que lo tengan muy claro antes de emprender cualquier proyecto que en el camino van a estar solos durante mucho tiempo, que solo la constancia y la perseverancia van a dar los frutos que deseas y que hay momentos malos, pero, que también hay momentos que dices: vale la pena seguir, sino es por los que están, que sea por dejarle el legado a las personas que todavía no han nacido. Que se rodeen de gente positiva y hacer oídos sordos a los comentarios negativos».

¿De qué manera el Resonar del Bucio ha contribuido al turismo cultural en Canarias? «Pues en dar a conocer las costumbres que tenían nuestros abuelos y abuelas por medio del senderismo, fiestas y el despertar las ganas de saber más de lo nuestro preguntando a nuestros familiares, sobre todo, a las personas más mayores para llevar a las universidades un medio de comunicación que ha sido poco estudiado y a día de hoy es la punta del iceberg del trasfondo que tiene».

¿Ha recibido reconocimientos o premios por su trabajo de rescate cultural? ¿Cuáles? «Sí, unos cuantos: El de La Casa Real del Rey, cuando estaba el rey emérito Juan Carlos I; uno del Ayuntamiento de El Tanque y de la A.C. Cumbres de Erjos de El Tanque; otro de la Asociación musical XIX de Marzo de San José en San Juan de la Rambla y de la A.F.C. Raíces de Santiago del Teide. Además, recibí otro de la Cofradía del Santísimo Cristo de las Caídas de La Laguna y de la Venerable Hermandad de San Juan Bautista de La Laguna, así como de la Murga Ni Pa Tanto de Icod de los Vinos».

«Las Islas Canarias son una fuente de información todavía por descubrir»


¿Cuál es el legado más importante que el Resonar del Bucio dejará para las futuras generaciones? «Que se pudo rescatar información efímera que pudo perderse y poder quedarse escrita para conocimiento de las nuevas generaciones».

¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad canaria que reside fuera de las Islas ante su labor de rescate cultural? «Alegrarse de que se pudiera rescatar para no perderse y dar pie a otras personas para emprender el trabajo de rescate de más  tradiciones perdidas. También sentir el orgullo de Canarias al tener un rescate de un medio de comunicación que utilizaron sus antepasados y llevarlos a otras países como Cuba».

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las personas interesadas en conocer más sobre la cultura canaria y el Resonar del Bucio? «Que hablen con las personas mayores, que las escuchen, que los graben para que quede constancia, que son los verdaderos protagonistas y catedráticos de la cultura y así no se pueda adulterar la información y quede al antojo de la persona que las escriba. Que busquen en la ciudadanía y las personas  lugareñas de los  pueblos y barrios de las Islas Canarias que son una fuente de información todavía por descubrir y muchísimo por aprender».

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