La cultura como una herramienta comunicativa (y IV)

Opinión

Siempre he sido fiel defensora de que la cultura y la educación son un arma letal contra lo que se nos ha arrebatado: información, derechos, dignidad y un largo etcétera. Tuve la suerte de poder coincidir con el maravilloso equipo del FiSahara, los cuales buscan con su proyecto conectar con los saharauis para dotarlos de conocimiento y empoderarlos a través del cine. El FiSahara cuenta con Festival Internacional de Cine del Sáhara, en el que se ponen proyecciones, mesas redondas con ponentes realmente interesantes, talleres de cine y muchísimas cosas que giraran siempre en torno a la cultura y a los derechos humanos. Un festival a que acuden distintos y reconocidos artistas como los actores Willy Toledo, Itziar Ituño, algunos cineastas, periodistas, etc.

Conocimos la escuela audiovisual, Abidim Kaid, un proyecto que capacita y empodera a la juventud saharauis, permitiéndoles formarse en técnicas como la narración, el sonido o la edición. Allí mismo, convirtiéndoles en sujetos, en el centro y sean capaces de poder contar sus historias sin tener que contar o recurrir siempre a lo ajeno. A que sea otra persona quien hable la juvetud saharaui.

Este año el FiSahara hará su primer encuentro la primera quincena de diciembre, al que asistiremos para ver nuevos cortometrajes y talentos que hablen de sus vivencias. Además de las jornadas que se darán en diciembre, volveremos en abril de 2024 a los campamentos para poder volver a visitar la escuela.

Tras el paso por la escuela y poder compartir y convivir con estudiantes saharauis, algo que para mí fue un completo regalo y un aprendizaje. A día de hoy estoy realizando mis estudios en el Instituto de Cine de Madrid. Creo que es de vital importancia que se financien sus proyectos como nosotros conseguimos financiación para los nuestros, ya que cuentan con la formación, con la gente, con las ganas y con los sueños. No es necesario que tengan que recurrir a gente de fuera para que los formen o que tengan que viajar lejos de casa para poder buscar una vida mejor o un lugar en el que realizarse.

Foto: M. González

El discurso de Salama, en el que habla de que se bastan por si solos, pero necesitan recursos que deben ser proporcionados por la ayuda internacional debido al conflicto en el que se encuentra el Sáhara actualmente, es necesario. Y, en segundo lugar, el poder de la cultura como herramienta emancipadora de los pueblos. A través de programas o proyectos como los del FiSahara podemos conectar ambos países que tanto arraigo y cercanías comparten. De esta forma, a través del cine que cuenta las historias de los saharauis, hechas por la población joven, podemos comunicar al resto del Mundo de forma más atractiva y sencilla qué es lo que realmente pasa en el Sáhara.

Un problema sin resolver

El Sáhara es una descolonización pendiente que España no ha logrado resolver, una descolonización no finalizada legalmente como afirma incluso las Naciones Unidas. El territorio se encuentra ocupado, por lo que una parte del pueblo saharaui vive en los campamentos de refugiados de Tinduf en una situación crítica que vulnera los derechos humanos.

La población saharauis es un ejemplo de resistencia y de lucha por la autodeterminación de su pueblo. Llevan en esta situación casi cincuenta años. Hay una negativa por parte del Régimen de Marruecos, que además ejerce como potencia ocupante, a la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental que dista mucho de la propia doctrina de Naciones Unidas, poniendo en riesgo la paz y la seguridad internacional. Es deber de todos los Estados, sobre todo de Francia, España y Estados Unidos, que deben tomar cartas en el asunto y posicionarse legalmente tomando medidas que apoyen al pueblo saharaui para que lleve a cabo su ejercicio a la libre determinación y por el Proceso de Paz siendo. Es inadmisible la postura de Marruecos cuando decide oprimir y ocupar este territorio de forma, además, violenta y llevando a cabo detenciones ilegales a la población saharauis.

Foto: M. González

El papel de España en este conflicto internacional es de vital importancia, ya que España en su momento recurrió a los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid, traicionando así la palabra y las promesas que le había hecho al pueblo saharaui. el Sáhara es la última colonia que queda en el continente africano, siendo España su potencia colonial. Esta cuestión ha perjudicado drásticamente las relaciones de Marruecos con España, debido a que la autodeterminación del Sáhara no parece ser una prioridad para el Régimen de Marruecos, entre otras cuestiones por el saqueo y la explotación de recursos naturales que ha sufrido sistemáticamente el Sáhara violando, así, el Derecho Internacional.

«Tenemos una responsabilidad innegable»

Mientras tanto, son cada vez más las personas que salen a la calle para exigirle al Gobierno de España que se posicione en esta cuestión y que reconozca la autodeterminación del pueblo saharaui para finalizar con el proceso de descolonización del que nunca se hizo cargo.

Tenemos una responsabilidad innegable con el pueblo saharaui y una de las cosas por las que podemos empezar es por la comunicación veraz sobre esta cuestión. Por incluirnos y hacernos partícipes de este conflicto y asumir nuestras responsabilidades. Por no blanquear los discursos que se han vertido en favor del pueblo marroquí, mutilando la historia y la situación en la que se encuentran los saharauis.

Los avances con respecto a este tema son pocos y lentos, pero son significativos. Por primera vez en la historia de España una activista saharaui, Tesh Sidi, ocupa un escaño en el Congreso de España, dando voz a las problemáticas por las que pasa el pueblo saharauis. Es de recibo y un acto de generosidad ceder los espacios públicos, el discurso político, dotar de medios y recursos a la población saharaui para que sigan llevando el proceso emancipador hasta lograr la descolonización y, así,  poder suplir esa deuda histórica que tenemos con el Sáhara.