Las jornadas culturales de Érase 2025 comenzaron el pasado viernes, 4 de abril, bajo la inspiración de Charlie y la fábrica de chocolate. «Es el evento del área de cultura más potente cada año», señala Samuel Farrais, concejal de Cultura. A pesar de las fuertes rachas de viento que había dejado la borrasca los días previos, el evento se pudo realizar sin problemas, acompañado de un cielo despejado. Durante las jornadas se celebrarán más de 80 actividades, como cuentacuentos, títeres, teatro y talleres, entre los 10 escenarios que funcionaron simultáneamente y llenaron la zona de fantasía, cultura y participación familiar. «Se entiende como una parada obligatoria y una de las actividades más importantes del mes de abril», añadió José David Cabrera, segundo teniente alcalde.
«Este año hay muchas novedades»
Las actividades culturales comenzaron a las 16.30 horas, con la batucada del CEO La Pared de Icod el Alto marcando el ritmo, la jornada prometía emociones. La música percutiva recorrió las calles con la fuerza de un preludio carnavalesco, y no tardaron en sumarse familias y personas curiosas que se dejaban llevar por la alegría del arranque. «Este año hay muchas novedades», adelantó Cabrera.
La jornada cultural ofreció un espacio único para la infancia, con una bebeteca que rápidamente se llenó de familias ansiosas por disfrutar de esta propuesta. A las puertas del recinto, se formó una larga cola, reflejo del interés y la expectación que despertó este rincón especial, donde cualquier menor podía explorar y disfrutar de actividades pensadas especialmente para su disfrute y diversión.
La Plaza de la Iglesia estaba repleta de stands donde vendían libros, marionetas, entre otros; y de gente tanto en la cafetería como de pie pendiente del cuentacuentos CuenteAndo, de Güicho Estévez. Este abrió la tarde a las 17.00 horas con una mezcla de humor y ternura que logró atrapar a la niñez. «Siempre tenemos la intención de buscar una temática para el siguiente año que tenga mucho juego en cuanto a decoración y actividades a poder realizar», reveló Farrais. A su vez, en el denominado Espacio foodie tuvo lugar una breve degustación de una deliciosa tarta de queso presentado bajo una versión humorística del mismísimo Charlie.

La comida y la literatura de la mano
También hubo espacio para saborear historias en la Asociación de Vecinos Dos Palmeras. El Espacio foodie ofreció de nuevo un viaje entre sabores y cuentos donde ofrecían cruasanes de chocolate. Y como si todo fuera poco, sobre las 18.30 horas, la denominada Operación Ópera de la Ciudad llegó a la Plaza de la Iglesia para cantar ópera a su apasionado público.

Pero el corazón del festival latía al mismo tiempo en múltiples escenarios. En el Parque de La Parra, los títeres regresaban con fuerza con Atención a quien viene, de Fabiola Company contando con una gran y animada audiencia, mientras que la noche se vestía de clásico a las 21.00 horas con una versión musical de El mago de Oz, interpretada por la Agrupación Musical Cruz Santa. Un cierre mágico que reunió a familias enteras bajo el cielo de abril.

Así transcurrió el primer día de esta feria, donde cada rincón del Realejo Bajo se convirtió en un relato vivo, un refugio para la palabra y un escenario para la magia.