El espectáculo De Jarana se presentó en el Teatro El Sauzal el pasado viernes, 4 de abril, a las 20.00 horas. El objetivo de la función era celebrar las fiestas canarias y la conexión intercultural de las tradiciones del Archipiélago. Los artistas protagonistas fueron los músicos Benito Cabrera y Tomás Fariña, junto al bailarín Jep Meléndez, quienes ofrecieron un recorrido emocional mediante la música, la percusión corporal y el claqué, despertando el espíritu festivo de la celebración popular canaria.
La actuación comenzó con el sonido del timple que tocó Cabrera, dando entrada a Meléndez con el claqué, seguido por la guitarra de Fariña. Juntos crearon un ritmo melódico en perfecta armonía. Cada paso y cada acorde estaban coordinados para hacer llegar al público las fusiones entre lo tradicional y el arte contemporáneo. Acto seguido, Cabrera dio la bienvenida al público con una declamación poética: «no falta quien se afana en brindar como es debido, celebremos lo vivido que nos vamos de jarana». Cuando terminó de recitar esas palabras, comenzó una pieza melódica, donde se mantuvo la conexión entre movimiento y sonido.
Durante varias escenas, el foco se centró en el bailarín Meléndez, quien con un vaso y percusión corporal, logró construir un ritmo envolvente y único. Una vez establecido el patrón rítmico, se incorporaron nuevamente los músicos, generando una atmósfera donde el ritmo de todos los elementos se fusionó a la perfección. La guitarra y el timple estuvieron constantemente acompañados por el claqué y escenografías llenas de creatividad. Una de las más destacadas fue la de las fichas de dominó, que Meléndez iba colocando sobre una mesa simulando una partida en sincronía con los acordes, produciendo una base sonora que se integraba con la melodía.
Más allá del claqué, también hubo momentos en medio del silencio donde solo se oía el roce de la arena esparcida por el bailarín. El sonido que generó fue muy suave y al combinarse con el movimiento de sus pies, dio paso a un nuevo ritmo, sin perder la esencia isleña.
El público se mantuvo en completo silencio, hasta mitad del espectáculo donde invitaron a la audiencia a participar en la creación de una melodía colectiva. Los artistas marcaron el ritmo y las personas asistentes lo replicaron, sirvió como calentamiento para lo que vino después. Luego, se dividió el teatro en dos mitades, y cada grupo interpretó distintos patrones de percusión corporal. Esta dinámica culminó con la unión total del elenco y las personas presentes en el teatro en un gran momento de armonía rítmica.
Al igual que inició, Cabrera se despidió con una nueva intervención poética, en la que expresó que «la vida no nos confiesa qué nos depara el mañana pero, si te viene en gana, la próxima te avisamos y de nuevo nos juntamos para irnos de jarana». El acto se cerró con una última representación melodiosa, aunque el público, entusiasta, pidió a los artistas otra actuación más. La propuesta escénica que fusiona danza y música en vivo, rindiendo homenaje a las tradiciones festivas de Canarias terminó con la ovación de la audiencia.