El trabajo fue desarrollado por Saida Chemlal El Yamani y tutorizado por Lidia Cabrera Pérez. Foto: PULL

Un TFM de la ULL busca empoderar a las niñas de un colegio senegalés

Solidaridad

El abandono escolar es una problemática social muy extendida entre la infancia senegalesa, que afecta, sobre todo, a la población rural. En gran medida, por la inexistencia de infraestructuras educativas sólidas y porque es común comenzar a trabajar en edades muy tempranas. Según Unicef, alrededor de 1 500 000 menores en Senegal no van al colegio. Las niñas son las que más abandonan sus estudios a causa del rol social y familiar que deben cumplir. Saida Chemlal El Yamani, graduada en Educación Infantil por la ULL, realiza su Trabajo de Fin de Máster (TFM) en Intervención Psicopedagógica en Contextos de Educación Formal y No Formal para tratar de cambiar esta realidad.

Bajo la tutorización de la docente y vicerrectora de Internacionalización de la ULL, Lidia Cabrera Pérez, Chemlal desarrolla una metodología que combina el aprendizaje cooperativo y la resolución de problemas. A través de cuentos, elaborados por ella misma, el alumnado debe encontrar soluciones para las situaciones que se plantean y escribir su desenlace. Una vez cerrado el TFM, se implementará por primera vez en la escuela elemental del barrio pesquero de Hydrobase, Senegal.

Dicho centro educativo, rehabilitado este año por la ULL, es el único que hay en la zona, sobrepoblada y con altas tasas de analfabetismo. Además de servir como lugar para la educación en el barrio senegalés, sus instalaciones se utilizarán para que una parte del estudiantado universitario realice allí sus prácticas, a través de acuerdos establecidos entre ambas instituciones.

Escribir su propio final


Chemlal explica que su programa educativo «no actúa sobre lo superficial, sino que se centra en lo más profundo», es decir, en las raíces de la desescolarización. Los cuentos que escribió, dice, sirven como medio para «liberar los miedos y las ataduras mentales que han sido transmitidas de generación en generación. Es un círculo que siempre se repite hasta que no sea ‘liberado’ de la opresión de la cultura».

Por ese motivo, insiste en que debe haber «cooperación familiar y entre el alumnado para poder solventar los problemas que se plantean en las historias». En cada capítulo de su obra, «se aborda un tema distinto acerca de la educación y del abandono escolar», como son la motivación, la drogodependencia o la pobreza. Según afirma, son una serie de cuestiones en las que no se incide dentro del sistema educativo, pero, aun así, influyen directamente en el abandono escolar.

En relación a esos temas, las historias plantean distintos problemas que el alumnado ha de resolver con el resto de la clase o con sus familias, de modo que aprendan a razonar y solucionar los obstáculos que aparecen en sus vidas. Al final, tienen que escribir cómo desenlaza la historia y de qué modo se resuelve una dificultad para que lo implementen en su día a día. «No quiero que se quede solamente en el pensamiento, en la idea y ya está», comenta Chemlal, para añadir: «Quiero que pasen a la acción».

Reducir la estereotipación femenina


El proyecto educativo innovador de Chemlal, además de intentar reducir el abandono escolar, pone un foco especial en las niñas. Por un lado, debido a que son quienes más perjudicadas se ven por tener que dejar sus estudios. Por otro lado, porque el impacto social y la herencia cultural crean unos estereotipos muy arraigados en sus mentes sobre quiénes pueden llegar a ser. Por ello, pretende contribuir al empoderamiento de las niñas, en su imaginario y en el seno de sus familias, para que sean capaces de decidir qué caminos tomar.

En concreto, Chemlal asegura que sus intenciones van hacia «hacer una reivindicación del papel de las mujeres, que siempre está reprimido y relegado, no a un segundo plano, sino a un tercero».

Además, su origen africano y amazigh la llevó a querer desarrollar este TFM. Se trata, pues, de un proyecto con el que se siente fuertemente implicada, aunque lo haya estado trabajando desde la distancia. A razón de ello, «siempre estoy pensando en un plan B, C o D. He escrito alternativas por si no se puede realizar por algún motivo o por si surgen dificultades».

Empezar desde cero


Chemlal es consciente de que «el impacto que pueden tener los cuentos, tanto a largo como a corto plazo, va a depender de la implicación real a la hora de llevarlos a cabo». No obstante, se la percibe moderadamente optimista. El equipo docente senegalés que recibe su propuesta educativa «se muestra con muchas ganas debido a las carencias y necesidades que existen. Es importante que haya un cambio», declara.

A la espera de que su TFM esté definitivamente cerrado y comience a implementarse, Chemlal admite que le gustaría ser capaz de trasladarlo también a otras escuelas del país «y, si es posible, a muchos otros lugares. Se trata de empezar desde lo más bajo y, poco a poco, ir subiendo para poder abarcar muchos más países. Pero, para llegar a ello, hay que empezar desde cero».

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