Secretos de África – Periodismo ULL
El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife gira este 2025 en torno al continente africano. Foto: PULL

Secretos de África

Opinión

Como suele ocurrir todos los años, el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife tiene una temática. En 2023 se eligió Nueva York: la ciudad que nunca duerme; La Televisión, en 2024 , y este 2025 gira en torno al continente africano.  Probablemente, no sea la única que piensa que no es el momento más adecuado para haber enfocado el carnaval con este tema. En el año 2024, las Islas Canarias registraron la llegada de 46 843 migrantes irregulares. Esto marcó un récord histórico que superó cifras de años anteriores, como las 39 910 personas de 2023 y las 31 678 de 2006 durante la crisis de los cayucos. Sin embargo, parece que nos mueve lo exótico y desconocido del continente africano. 

A modo de venda para los ojos, las personas salimos a la calle disfrazadas de lo que durante todo el año criticábamos: «Estos negritos que vienen a quitarnos el trabajo». Pero cuando «estos negritos» se convierten en una temática carnavalera y un disfraz, ¡por supuesto que lo aceptamos! Y si, además, eso atrae a turistas y a la gente que reside en las Islas, bienvenido sea. 

«Si fuera al revés, nos ofenderíamos bastante»

Estos días no he parado de toparme con personas vestidas de las cosas más extrañas que he visto en mucho tiempo, aunque no me sorprende teniendo en cuenta las fechas. Lo que sí me ha llamado la atención son las que presumen de ir con caras pintadas de negro, hablando con un acento un tanto peculiar y con prendas de estampado africano, aunque más que africano parece del neolítico. Todo esto me lleva a pensar que si esta situación se diera al revés, nos ofenderíamos bastante.

Según el Departamento de Seguridad Nacional, el 44 % de migrantes que vinieron a Canarias el pasado año no presentaban documentación que acreditara su nacionalidad. Entre aquellas personas  cuya procedencia pudo ser identificada, las principales fueron: Senegal con un 17 %, Marruecos con un 14 % y, en tercer puesto, Malí, 6 %. La mayoría no vienen soñando con vivir en casetas hacinadas en La Esperanza. Y aunque esto suene algo cliché, sí, vienen buscando un lugar donde puedan sentir que se les tiene en cuenta, donde se les dé una vida algo mejor que lo que han experimentado. Estas personas optan por puestos de trabajo con muy poca demanda, como la agricultura. Dudo mucho que alguien de veinte años prefiera dedicarse a plantar papas con su abuelo antes que optar por estudios universitarios.

Me resulta interesante cómo el ser humano se contradice una y otra vez, de manera constante. Mientras celebramos este año el Carnaval con el título de Secretos de África, nos quejamos de estas mismas personas porque aparentemente «llegan para delinquir y destruir el país». Así que, deberíamos de darle una vuelta. Igual que podríamos  hacer a la hora de disfrazarnos «como negritos», porque hasta donde la ciencia ha podido estudiar, la especie humana ha evolucionado cognitivamente por igual, sin tener en cuenta los continentes. En otras palabras, dejamos de ser primates hace miles de años, aunque estas situaciones me hacen pensar lo contrario.

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