La chicas de La Roja, con el trofeo de campeonas del Mundo. Foto: PULL

La Selección española rompe barreras

Opinión

La Selección española de fútbol ha ganado su primer Mundial femenino tras vencer a Inglaterra en la final disputada el pasado domingo, 20 de agosto, en el Accor Stadium de Sidney, Australia. Se espera que esta victoria histórica sea el paso definitivo hacia el avance del fútbol femenino en España porque queda demostrado que con el apoyo y visibilidad adecuados pueden lograr mucho más, llegando a cuestionar y desafiar las normas y expectativas tradicionales. Las campeonas levantaban una copa que trata de romper las barreras a las que se enfrenta el deporte femenino a diario.

España es la vigente campeona del mundo sub’17, sub’20 y absoluta y Salma Paralluelo ha estado presente en todos los triunfos. Es decir, nos hemos convertido en campeonas de todos los mundiales disputados en la modalidad futbolística. Desde el año 2010 en nuestro país no lográbamos levantar el trofeo que nos coronaba como campeones del mundo. Hace diez años no habían logrado clasificarse para un Mundial femenino y ya tiene una estrella sobre su escudo.

La lateral izquierdo de la selección española Olga Carmona que aportó dos goles fundamentales en el campeonato, el primero contra Suecia y el segundo en el minuto 29 de la final, vivió el mejor y el peor día de su vida tras enterarse del fallecimiento de su padre. Su familia y amistades decidieron no decírselo antes del partido para que pudiera concentrarse en la final, y su madre y sus hermanos llegaron a Australia el sábado para apoyarla.

La futbolista publicó un mensaje en sus redes sociales en honor a su padre: «Y sin saberlo tenía mi estrella antes de que empezase el partido. Sé que me has dado la fuerza para conseguir algo único. Sé que me has estado viendo esta noche y que estás orgulloso de mi. Descansa en paz, papá». Un mensaje que acompañó con una foto besando su medalla de ganadora.

«Una media de 5,6 millones de personas siguió en TVE el triunfo ante Inglaterra»

La Copa Mundial Femenina de la FIFA demostró que el fútbol femenino sí genera expectación, lo que mucha gente niega. El fenómeno no sólo ha sido aquí, también lo ha sido en Reino Unido y en Australia, por citar dos ejemplos a nivel global.

Más allá del éxito deportivo esta victoria cambiará para siempre la forma en la que el fútbol femenino es visto por la televisión y las empresas audiovisuales al convertirse en un éxito de audiencias. Con este trofeo han conseguido que la selección femenina se convierta en un fenómeno de masas como hasta ahora nunca había sido.

El once titular de la final del campeonato disputado en Australia y Nueva Zelanda, formado por: Cata Coll en la portería; Ona Batlle, Irene Paredes, Laia Codina, Olga Carmona, en la defensa; Teresa Abelleira, Aitana Bonmatí; Jenni Hermoso, en el medio campo, y Alba Redondo, Mariona Caldentey, Salma Paralluelo, en la ofensiva pasará a la historia.

El fútbol es el deporte más masculinizado por excelencia. Quienes se emocionaban este domingo saben lo que cuesta pelear contra la injusticia: el equipo levantaba la copa y lleva detrás sueldos indignos y condiciones de segunda. Aun así, que hoy en día te digan la frase: «Juegas como una mujer», es un cumplido. Las mujeres han revolucionado el mundo del deporte, ganan mundiales y demuestran su valentía ante las adversidades. Pero no debemos engañarnos, han tenido que levantar el trofeo que las corona como campeonas del Mundo para que hablemos de ellas y para ser portada en los medios. Queda mucho trabajo por hacer.

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