El director del Observatorio Solar Nacional de Estados Unidos (NSO), el físico solar Valentín Martínez Pillet, estuvo recientemente en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Realizó su doctorado en la Universidad de La Laguna y el IAC, donde es coordinador de Proyectos, si bien, en la actualidad, se encuentra en situación de servicios especiales tras aceptar, en 2013, la oferta de dirigir el centro que construye el mayor telescopio solar del Mundo: el Daniel K. Inouye Solar Telescope (DKIST).
¿Cómo recibió la propuesta para dar el salto transoceánico? «Fue hace cinco años. El proceso duró seis meses. Al principio pasé a una lista en la que había cinco personas, después a otra de dos personas y, poco a poco, vi que tenía posibilidades. Sabía que era un buen candidato y, aunque no tenía claro que me lo fueran a dar, dije ‘me voy a presentar a ver lo que ocurre’. Tengo amigos en Estados Unidos que me animaron y, cuando finalmente me lo ofrecieron, coincidió con que también tenía la oportunidad de ser gestor del Programa Nacional del Espacio en Madrid. Entonces estaba mucho más dedicado a satélites y temas espaciales. Y tuve que decidir entre ser gestor del Programa Nacional del Espacio por tres años o director del Observatorio Solar Nacional por cinco años, extensibles a otros cinco. Como el Observatorio Solar Nacional estaba construyendo el DKIST en Maui, la oportunidad científica era inigualable, por lo que decidí irme a Estados Unidos».
¿Cuáles son los principales problemas con los que se ha encontrado al dirigir un centro de la categoría del National Solar Observatory? «El principal problema fue entender cómo funciona la Ciencia en Estados Unidos. El proceso presupuestario de este país está más consolidado. Lo definieron después de la II Guerra Mundial y siguen manteniéndolo, pero yo tuve que aprenderlo de cero. Cómo se aprueban los presupuestos, cómo van a impactar a tu institución, quiénes son las personas claves a las que tienes que preguntar las cuestiones que tengas sobre tu financiación y cómo conseguir financiación a más largo plazo y nuevos proyectos. Fue lo que más me costó, pero, después de cinco años, creo que ya lo conozco. Pienso que es un sistema más rico, más abierto, más flexible. No digo que haya que hacerlo así en España. Digo que es distinto, que a mí me parece más consolidado y que da más oportunidades».
«Un centro absolutamente pionero en Astrofísica en general»
¿Qué diferencias encuentra entre la investigación en Estados Unidos y en Canarias? «El Instituto de Astrofísica de Canarias es un centro absolutamente puntero en Astrofísica en general y, desde luego, en Física Solar en particular. La Física Solar que se hace aquí es absolutamente competitiva con la que se hace en Estados Unidos y, en muchos aspectos, es superior. Hasta el punto de que, parte de las razones por las que, seguramente, eligieron a alguien de Canarias como director del NSO fue porque ellos lo veían como una aportación neta positiva. Luego, a nivel de la Física Solar, comparando la que se hace aquí en el IAC con la que se hace en Estados Unidos, es muy parecida. Colaboramos muchísimo. No hay unas diferencias muy grandes».
¿Y en cuanto a los telescopios? «Los telescopios solares que hay en Estados Unidos y los que hay en las Islas Canarias también son muy parecidos. Lo que pasa es que, cuando se tenga el telescopio solar DKIST, de cuatro metros, dará una ventaja a la Física Solar americana por mucho tiempo, hasta que se construya el European Solar Telescope (EST), de también cuatro metros, que se instalará en Canarias. Son dos telescopios similares, pero con algunas diferencias».
«Lo más importante es poder predecir las tormentas magnéticas solares»
¿Qué no sabemos todavía de la corona solar? «De la corona solar no sabemos por qué existe. No debería de existir. El Sol es un objeto caliente pero, según te alejas de él, esperarías que cada vez fuera más frío. Sin embargo, la superficie solar está a 6000 grados kelvin y la corona solar, a millones de grados kelvin. Se encuentra más hacia fuera, pero está más caliente. No se entiende por qué la corona solar tiene millones de grados kelvin y está más caliente. Está claro que tiene un origen magnético, incluyendo episodios de liberación de energía magnética por procesos que observamos en el Sol, pero no sabemos exactamente cuál es la física que da lugar a esos millones de grados kelvin».
¿Qué esperamos conocer del Sol en los próximos 10 o 15 años, cuando empiecen a funcionar el DKIST y el EST? «Lo más importante es poder predecir las tormentas magnéticas solares. La corona solar tiene millones de grados y, a veces, ocurren explosiones que expulsan materia de esta. Se llaman expulsiones de masa coronal (Coronal Mass Ejections) y también están relacionadas con las fulguraciones o flares. Cuando se produce una de estas erupciones, si se propaga y llega a la Tierra, choca con el campo magnético de la Tierra. Entonces es cuando se producen las auroras boreales y los problemas de comunicación de los satélites, incluyendo los GPS».
Entrevista: Alejandra Rueda (IAC)