Tras actuar con su nuevo espectáculo en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna el pasado 9 de abril, Jorge Bolaños comienza una nueva etapa en su vida como humorista. Las restricciones ocasionadas por la Covid-19 tras el confinamiento, fueron un reto para el cómico y sus monólogos, que lanzó al mundo a través de redes sociales como TikTok o Instagram. El respaldo de las personas a través de esas aplicaciones fue lo que lo lanzó a los auditorios de España. Debido a esto, el cómico Jorge Bolaños comentó sobre sus orígenes en el mundo del humor.
¿Cómo empezaste en el mundo del humor? «Yo me fui en 2015 a vivir a Inglaterra a buscar trabajo allí a la vez que me puse a estudiar interpretación. Era un infeliz, iba del trabajo a casa y de casa al trabajo, y me aburría tanto que, en ese trayecto, empecé a imitar a famosos como Rajoy, Apu de Los Simpson o Shakira. Llegó un momento en esos dos años que estuve en Inglaterra que tenía como treinta imitaciones y me pregunté qué podía hacer con todo esto. Ahí es cuando decidí escribir un monólogo con esas treinta imitaciones. Cuando lo tuve, me planteé que en ese país no era feliz y quise intentarlo, así que me volví a Gran Canaria y participé en concursos de monólogos.
¿Cuándo fue el gran paso de estar en concursos a actuar en el Paraninfo con tu propio monólogo? «Las redes sociales son muy importantes. Yo empecé el concurso de monólogos en 2016, pero solo hacía eso. No hacía vídeos y tenía redes sociales, pero no las usaba para subir ese contenido. Al hacer monólogos y subirlos, me di cuenta de que me empezaba ver más gente. Y el gran cambio a los teatros fue a causa de la cuarentena. Durante le confinamiento estaba en mi casa y todo el mundo estaba con el móvil. He notado el gran cambio de que los teatros se llenan y vienen más personas a verme».
«Creo que estamos en una época de oro en el humor en Canarias»
¿Cómo recibiste la idea de que te viera tanta gente por redes sociales? «Antes del confinamiento subía algún que otro vídeo y notaba que a la gente le gustaba, que llegaba a un número de personas en concreto. Después del confinamiento no notamos nunca ese cambio porque la gente no se podía tocar, no se podía hablar, con las mascarillas por la calle… Ahora en esta época que está la cosa un poco más suave, he notado que la gente me reconoce más, que acude más a mis eventos y compra la entrada al momento».
¿Cómo es la sensación de hacer reír a las personas? «Los vídeos están muy bien para las redes, pero yo con lo que disfruto es sintiendo a la gente cerca. En el teatro disfruto como un niño pequeño viendo a la gente reír a pocos metros de mí, y me quedo con eso. La gente a día de hoy, aunque haya pasado lo del confinamiento, me sigue agradeciendo el que les haya sacado una sonrisa durante un minuto del día a través de mis vídeos y eso no tiene precio ninguno. Como le dije a un compañero. qué guay es dedicarte a algo que va por la calle y la gente te sonríe cuando te ve, que no en todos los trabajos pasa».
¿En qué consiste el espectáculo Ate-Risa como puedas? «En mi espectáculo anterior había muchas cosas inventadas y a la gente le gustaba porque imaginaba muchas situaciones. Pero en este espectáculo, me he dado cuenta que a la gente lo que más le gusta es lo que es verdad, así que les hablo un poco de mi vida. Risa es el nombre de mi perrita y el espectáculo se basa en lo que es mi día con ella y lo que es tener un perro, que es increíble. Hablo de mi vida y es un texto del cual estoy súper orgulloso porque creo que es un salto profesional que he dado respecto al anterior show.
«Tener a las personas con la atención puesta en ti y que no miren el móvil, eso es lo más esencial»
¿Cómo se prepara un monólogo y cómo se consigue mantener la atención del público tanto tiempo? «Sin duda, eso es lo más difícil de este trabajo. Tenerlos pendientes de lo que vas a decir, que no miren el móvil. Eso es lo más esencial. Eso es lo que tuvo este espectáculo, está más estudiado, digamos. Están más estudiadas las risas, cada cuántos segundos tienen que venir. Hay una regla que dice que cada treinta segundos debe haber una risa. Que la gente se ría cada treinta segundos es muy bueno para el espectáculo».
¿Cómo sientes el nivel humorístico en las Islas? «Creo que estamos en una época de oro en el humor en Canarias porque hace años solo estaba Manolo Vieira. Ahora está habiendo un auge y hay tanto donde elegir, lo cual lo hace increíble. Que tengas la posibilidad de elegir el tipo de humor que te gusta consumir y que vayas eligiendo la rama que te gusta ver, es muy guay. El otro día actué en Madrid, en el Palacio de la Prensa, y un amigo cómico me dijo: «en Canarias se está moviendo algo que llega hasta aquí. Algo muy guay y que ofrece mucha variedad».
Las redes sociales, imprescindibles para darse a conocer
¿Crees que las redes sociales hacen que el humor salga del nivel insular? «Sí, sí. Yo lo digo claramente porque sin redes sociales no me conocería nadie. Yo por ejemplo las utilizo para publicitar sobre todo los eventos que voy a realizar, porque me gusta más que la gente venga al teatro que es donde yo soy yo al 100 %. Si no fuera necesario, pues a lo mejor subiría dos vídeos al mes. A día de hoy, la tele ya no es lo que era antes y creo que las redes sociales se tienen que utilizar si quieres que la gente vaya a verte a los teatros».
Ya que has mencionado la prensa audiovisual, ¿qué opinas sobre hacer monólogos en la radio? ¿Incrementa el nivel de dificultad a la hora de no ver al público? «He trabajado en diferentes proyectos en radio, como técnico de sonido, y me encanta la radio, pero lo cierto es que es un mundo distinto. En la radio imaginas las risas de las personas. Al terminar el confinamiento, cuando se comenzaron a abrir los teatros había muchos ayuntamientos que te hacían actuar dentro del lugar, pero sin público porque lo podían ver online. Fue lo más difícil que he hecho en mi vida porque nunca había una respuesta, sino emoticonos. Tuve que interactuar con los cámaras que estaban allí para tener algún contacto».
¿Cómo fue volver a actuar en público con las normativas sanitarias tras el confinamiento? «La primera actuación que tuve después del confinamiento fue la peor actuación del mundo, pero a la vez fue la mejor. Porque salimos de estar encerrados y me pudieron ceder un teatro con treinta personas dentro. Todas separadas entre sí y con mascarilla. Que la primera actuación que realizas después de meses oigas risas pero no sabes de dónde vienen, fue muy difícil. Te imaginas de donde vienen, pero tuve que irme acostumbrando».