Querer vivir y saber morir – Periodismo ULL
«Querer vivir es encontrar algo, aunque sea mínimo, que merezca la pena ser recordado». Foto: PULL

Querer vivir y saber morir

Opinión

Hay que querer vivir y saber morir. Es una frase que leí en un libro. Me gustó, la robé y la guardé. Y quizás suene a un cuñadismo sexagenario. Algo así como una frase hecha que soltaría alguien mayor sin mucha reflexión, pero la verdad es que me hizo pensar. No hablo de reflexionar sobre la muerte para invocarla, sino para dejar de temerla y afrontarla en el futuro. Y que quede claro. No medito ni escribo desde la teoría. Tampoco desde la tragedia. Solo desde la cercanía que azota la muerte en mi vida y que, quizás, ya golpeó en las vidas de muchas personas. Entonces me expreso desde esa extraña calma que a veces aparece cuando estás cansado de pensar.

¿Qué es morir? Es lo primero que se me viene a la cabeza al leer la frase. En este punto me puedo poner melancólico, nostálgico, vulnerable, frío… Pero mi cerebro me lleva a intentar definirlo por naturaleza. Y en ese intento, a veces siento que pierdo la entereza. Es decir, mantenerme firme para no estropear el razonamiento de algo que no alcanzo a comprender. Pero bueno, entiendo que morir es el estado final que sufrimos cuando nuestro organismo deja de responder. 

«El olvido duele mucho. Es la segunda muerte»

Más allá de la definición, me interesa cómo seguimos conectados a quienes ya no están. En ese punto, cuando te paras, aunque tan solo sea un segundo de tu vida para recordarles, creo que los devuelves a la realidad. No mueren del todo. No mientras no olvidemos aquella sonrisa o lloremos. Por eso el olvido duele mucho. Porque es la segunda muerte: la silenciosa. 

Una persona puede dejar de recordar. Olvidar al resto y romper el hilo que lo conecta con el Mundo. Eso es fallecer en vida. En cambio, cuando alguien ya no es rememorado tras su partida, es como si la muerte le castigara por partida doble. Una, cuando su cuerpo dejó de funcionar y, otra, cuando nadie lo devuelve a la vida en forma de recuerdo. 

«Hay quien muere y deja paz. Hay quien muere y deja ruido»

Existen muchas formas de morir, de olvidar y de recordar. Cuando pensamos en la muerte solemos hacerlo poniéndonos en lugar de quien fallece. Pero también entiendo a los que pelean contra la muerte para no borrar su presencia. Hay quien muere y deja paz. Hay quien muere y deja ruido. Y hay muertes que siguen pesando mucho después del último aliento. Porque la vida pesa más cuando se llena de fantasmas. Algunos son buenos, pero otros pueden pegar puñetazos. 

¿A quién quiero recordar? ¿Qué me gustaría que recordaran de mí? Tenemos el poder de devolver a la vida a quienes no queremos olvidar. Y lo admito: me gustaría vivir bonito y que quien me recuerde me dedique el lujo de morir más de una vez. Porque, tal vez, saber morir no sea otra cosa que aceptar que serás olvidado. Y querer vivir es encontrar algo, aunque sea mínimo, que merezca la pena ser recordado.

Estudiante de periodismo en la ULL y entrenador del Atlético Victoria. “Si su madre dice que lo ama, verifíquelo”.

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