Los detectives Mills y Somerse. Foto: PULL

‘Seven’: ¿reflejo o advertencia?

Opinión

Han pasado treinta años desde los asesinatos de Seven, una película dirigida por David Fincher, que mostró una cara violenta y sombría de la sociedad. La trama muestra la investigación de dos detectives, William Somerset y David Mills, quienes se enfrentan a una serie de homicidios relacionados con los siete pecados capitales. Con su obra, Fincher ha creado un espejo de la realidad, y aunque nos haga apartar la mirada por sus desagradables escenas, es inevitable replantearnos el trasfondo de la misma. Por ello habría que empezar a preguntarnos si, después de treinta años, el mensaje de Seven queda en la película o se fortalece en nuestra sociedad.

El núcleo de Seven se relaciona directamente con el tránsito por el Purgatorio, en La Divina Comedia de Dante Alighieri, que explora la penitencia y el castigo de quienes pecan. De hecho, todas las víctimas tienen un hilo conductor, en la enrevesada lógica del asesino, cada quien es culpable de un pecado capital. Convendría hacer introspección de aquello que denuncia la película, dejando el radicalismo de sus crímenes a un lado, por supuesto.

Vivimos en un mundo que fomenta la comparación. De forma cada vez más consciente, alimentamos una cultura de inconformismo mediante nuestras redes sociales. Y esto no es sorpresa para nadie. La envidia nos ha acompañado en nuestra evolución, según el sociólogo alemán, Helmut Schoeck, «jugó un papel importante en la Revolución Francesa». Quizás en la actualidad no se traduzca en una revuelta, esperemos, pero lo cierto es que las redes son caldo de cultivo para la insatisfacción y la envidia.

Por otro lado, la avaricia funciona como motor de los peces gordos. En países como Sudán del Sur, Nigeria o Zimbabue, la codicia ha condenado al propio pueblo. Mientras los líderes políticos y las grandes empresas llenan sus bolsillos con la explotación de recursos naturales, el continente africano sigue siendo el más afectado por la pobreza extrema.

Asimismo, tenemos normalizada la cultura de cancelación. Un fenómeno que surge con el auge de las redes sociales y que se emplea en las plataformas de internet a modo de presión social. En torno a este tema se ha creado un debate extenso, si bien hay quienes piensan que fomenta la justicia y se crea un espacio más tolerable, hay otra vertiente que critica este movimiento ya que se censura y se ataca directamente al individuo. Lo cierto es que la censura ha existido siempre, pero la gran diferencia ahora, es que hay miles de perfiles (de gente que ni siquiera conocemos) que puede descargar su ira contra nosotros. Precisamente eso es lo peligroso, el linchamiento a través de las redes es cada vez más común, y hemos normalizado el odio.

«Nadie acude a una llamada de socorro, pero grita ‘fuego’ y todos saldrán corriendo»

¿Piensas más como Somerset o como Mills? Ambos detectives se unieron para investigar acerca de los asesinatos, pero tenían diferencias en sus formas de entender el mundo. Mientras David Mills tenía esperanzas en la ciudadanía y creía en un futuro mejor, su compañero Somerset, ya se había rendido ante la decadencia de una sociedad cínica.

Con el giro final de la película se pierde por completo esa visión optimista y acabamos coincidiendo con el detective Somerset. Treinta años más tarde, hay quienes aún se mantienen esperanzados. Pero hay cada vez más corrupción. En la televisión, cada vez son peores las noticias. Y en las redes sociales, hay cada vez más crueldad. Entonces, ¿es Seven una advertencia para nuestra sociedad o un reflejo de la misma?

Lo último sobre Opinión

Querer y no poder

Los estudiantes que planeaban estudiar fuera de su lugar de residencia han

No, no quiero

En este mismo instante, mientras que una niña de 9 años está
Ir a Top