María José Enríquez, voz e imagen de innumerables spots publicitarios. Foto: Melanie G.L.

«Gracias a empezar en una emisora local me empezaron a escuchar»

Sociedad

«Somos personas únicas por nuestro timbre de voz»

María José Enríquez es una formadora de oratoria, locutora y presentadora de radio y televisión nacida en Santa Cruz de Tenerife. Desde muy pequeña comenzó a interesarse por el mundo de la locución a través de Andrés Aguilar, locutor, en aquella época, de Los 40 PrincipalesPara ella era su mayor inspiración y tuvo claro desde el principio sus metas. Por lo tanto, quiso dar un paso hacia adelante formándose y pudiendo conseguir su primer trabajo con tan solo dieciséis años. «Gracias a empezar en una emisora local me empezaron a escuchar», relata.

Asimismo, comenta que en pocos meses consiguió tener una gran audiencia y se llegó a sentir muy orgullosa por ello. Como resultado, pudo formar parte de otras cadenas como Radio Club Tenerife y Cadena Ser. Más adelante, se propuso especializarse en Madrid, en la Escuela Europea de Oratoria y en la de Doblaje y Cine.

Ahí tuvo la oportunidad de conocer a grandes profesionales en el sector que, actualmente, son dobladores y dobladoras de voces mundialmente conocidas, tanto en dibujos animados como en películas famosas. «Me gustaba que el profesorado fueran voces conocidas, como por ejemplo la voz de Lois Griffin, personaje principal de la serie Padre de Familia. Tener la oportunidad de ponerle cara a todas esas voces no solo me parecía fascinante, sino también muy divertido», destaca.

«Sé jugar dándolo todo y creo que así puedes destacar»


Enríquez garantiza que «si no hubiera sido capaz de luchar por mis sueños, hoy en día no estaría donde estoy y quiero seguir creciendo laboralmente porque observando no basta, hay que hacer todo lo posible para poder aprender». Además, confía en todos sus proyectos actuales y futuros y no va a desperdiciar ninguna oportunidad. «Sé jugar dándolo todo y creo que así puedes destacar», asegura.

Su andadura dentro de la televisión comenzó con el proyecto de TV Canaria donde pudo enviar varias pruebas de su voz para diferentes promos, y tuvo la suerte de entrar como la voz principal de la cadena durante los ocho primeros años. Cabe destacar que, en ese momento, entró en el mundo de la televisión porque según la locutora: «La radio te absorbe de lleno y tuve que dejarla para involucrarme no únicamente con mi voz, sino también con mi propia imagen».

Una de las primeras experiencias que le marcó fue un directo que tuvo que realizar el día de sus majestades los Reyes de Oriente donde pudo vivir de primera mano la ilusión que se desprendía en las calles de Santa Cruz de Tenerife: «Soy creyente, creo en los Reyes Magos y también creo en su magia».

Dicha vivencia le hizo darse cuenta que sabía detallar muy bien las cosas porque venía anteriormente de la radio. Sin embargo, como comenta, en la televisión no es así porque la audiencia ya lo ve todo y no hace falta explicar de manera tan detallada. Por lo tanto, fue muy difícil pero pudo conseguirlo. «Tuve que aprender como se manejaba todo desde cero. Fue como un arte», afirma.

«El mundo empresarial me encanta y quise ayudar a sus profesionales»  


A través de una productora audiovisual en la que tuvo la oportunidad de trabajar, también en Madrid, surgió la idea de realizar un  taller de oratoria online para ayudar al personal que presentaba problemas para hablar en público y no podía explicar bien su marca. Es por ello que «me contrataron para realizar diferentes vídeos y explicar diversas pautas para que pudieran hablar de sus contenidos sin ninguna complicación, «añade Enríquez.

Cabe destacar que hace pocos años le surgió la pregunta de porqué no realizar ella misma los talleres presenciales para poder enseñar de manera más directa y que las personas se sintieran más cómodas con otras que estuvieran en el mismo ámbito laboral y presentaran su mismo problema. «El mundo empresarial me encanta y quise ayudar a sus profesionales», expresa.

Por lo tanto, la formadora empezó a obtener especializaciones de Psicología o Negocios para poder transmitir al alumnado todos los conocimientos aprendidos: «Quería que todo fuera más profesional, por lo que seguí especializándome en diferentes sectores y, lo más importante, es que entendí como funciona nuestro cerebro humano».

La presentadora hace hincapié en el pánico escénico y en que no hay que tener miedo a hablar en público porque «es algo natural». También asegura que todas las personas pasan por lo mismo y ella se vio comprometida en muchas conferencias y presentaciones con ese miedo pero afirma que se puede luchar contra él. «Ya no me importa ponerme ante miles de personas porque mi formación me ayudó», manifiesta.

Al hablar de este trabajo considera que es un éxito conseguir ayudar a muchas personas. «Cambio la forma que tienen de pensar porque les doy esa seguridad que tanto necesitan. Simplemente les doy las herramientas necesarias para que puedan superar sus dificultades pero lo hacen por su cuenta», zanja.

«Somos la imagen pero en voz»


Para Enríquez es importante saber locutar correctamente porque «puedes tener una voz muy bonita pero si no se te entiende, no hay nada que hacer. Hay que saber vocalizar y eso se consigue trabajando de manera constante». En este sentido, añade que aún ya trabajando en la radio, seguía mejorando su voz: «No quería aburrir al oyente, ya que muchas veces se escuchan locuciones muy planas y yo no quería eso».

Por otro lado, opina que si las personas supieran cómo entonar cada frase «captarían toda la atención de la gente». Además, agrega que es imprescindible saber cuándo hay que hacer una pausa, un grave o un agudo. «La voz es lo más valioso que tenemos, es muy importante y no somos consientes de ello. Somos la imagen pero en voz», subraya.

De la misma manera, apoya a todas aquellas personas que quieran potenciar todas sus cualidades. «Lo mejor es salir de tu zona de confort aunque sea duro, ya sea porque echas de menos a tu familia o tu entorno. Debemos saber nuestros talentos y batallar para obtener recompensas porque yo siento que no he llegado todavía a la cima de la montaña», concluye.

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