Glenda Hernández es nutricionista especializada en trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Como creadora de la plataforma Miananutri, compagina su trabajo junto a un equipo de especialistas en psicología y nutrición, además de crear contenido en redes sociales para concienciar y acompañar a personas con TCA y otras patologías. Su propia experiencia personal con un trastorno alimentario fue el motor que la impulsó a dedicarse a ayudar a quienes atraviesan situaciones similares: «Mi sueño era ayudar a todas las personas que han pasado lo mismo que yo, para acompañarles en este camino y que sea un poco más fácil».
¿Qué le llevó a iniciar su proyecto en redes sociales y a dirigirse especialmente a gente joven o personas que están pasando por patologías similares a las que usted vivió? «La verdad es que se lo debo a mi pareja, que me ayudó mucho. Él me decía que tenía un mensaje muy bonito que transmitir y eso me dio un poco el impulso. Me vi en la situación de decir ‘a ver, ¿qué es lo que me hubiera gustado a mí ver en redes sociales para ayudarme en la recuperación?’ y por eso empecé. No hubo un día o una hora clave, sino que fue hablando con mi novio, escuchándolo a él, y al final dije ‘bueno vamos a tirar para adelante y lo que salga salió’, y por ahora va bien».
«Empecé mi proyecto pensando en lo que a mí me hubiera gustado encontrar en redes»
¿Cómo surgió el nombre de Miananutri y qué hay detrás de él? «No hay mucho detrás. Simplemente quería enfocar la nutrición en los TCA, ya que cuando enfermé había muchas páginas Pro Mia y pro Ana, que al final pro Mia es la princesa de la bulimia y pro Ana la princesa de la anorexia; entonces sabía que quería tener eso en el nombre. Mi novio los juntó y Miana me encantó, creía que tenía engagement».
¿Qué es lo más gratificante y lo más desafiante de ser nutricionista y compartir su conocimiento en redes sociales? «Lo más gratificante es ayudar a la gente, ver cómo cada día ayudo a muchas personas, no solo por consulta sino también en redes sociales cuando me mandan mensajes como ‘gracias Glenda me has ayudado con esto, gracias por los recordatorios’. No hay cosa que te llene más el corazón que eso. Lo más desafiante es cuando hay casos muy complicados o en los que ves que lo das todo pero al final tampoco depende de ti. Separar eso y no enfocarlo todo hacia ti es lo más complicado. Cuando hay casos más graves, de ingresos o intentos de suicidios, es bastante duro porque al final somos personas y nos llega».
¿Cuál es el mayor mito sobre la nutrición que encuentra entre sus pacientes, especialmente en el ámbito de los TCA? «La falsa creencia de que por comer cualquier cosa vas a engordar, cuando no es real. Hay un gran miedo a subir de peso y a que si te saltas la dieta lo estás haciendo mal. Detrás de todo esto se esconde la gordofobia. Para subir o bajar de peso intervienen muchos factores no solo la comida, pero la gente solo se centra en eso. Para alguien con un trastorno, ese miedo no es racional, pero se refuerza al hacerles pensar que cualquier comida es negativa cuando no todo es causalidad».
«Hay que dejar de mirar a una persona solo por su peso porque no nos dice nada de la salud»
¿Cómo percibe la gordofobia en redes sociales y en la sociedad? «La gordofobia sigue muy presente. Si dejara de existir, probablemente no habría tantos TCA. Es un estigma social muy fuerte: a las personas con cuerpos normativos se les trata de una forma y a las gordas se les juzga directamente por su peso, sin tener en cuenta su salud real. Como profesionales sanitarios, debemos dejar de mirar solo el peso y tener en cuenta muchos más factores antes de juzgar
¿Qué consejo le daría a la gente joven que está empezando a tener complejos con su cuerpo para llevar una vida más saludable y no centrarse solo en la apariencia? «El primer consejo es que si les está afectando demasiado que vayan a terapia, que es lo mejor para trabajar ese tipo de cosas. También que vayan a un nutricionista con enfoque integrativo, no solo de dieta. Que investiguen mucho sobre gordofobia, alimentación intuitiva, aceptación corporal, que se les abra un mundo porque yo tampoco lo sabía y desde que investigué sobre esto se me ha abierto un mundo completamente nuevo. Escuchar a otras personas, recordar que no enfrentan estos procesos en soledad».
¿Cómo decide qué contenido compartir en redes sociales? «Siempre pienso en lo que puede ser más útil para quienes me siguen, en lo que a mí me habría ayudado en su momento. También me guío por las peticiones de mi comunidad y por los temas que generan más interés, pero siempre con mucho cuidado y respeto, porque en este campo cualquier cosa puede ser delicada».
«Abrirse a la aceptación, al autocuidado y a conectar con lo que una personas es realmente, es la clave»
¿Qué tipo de contenido tiene más impacto? «El que más conecta es el que hace sentir a las personas que forman parte de algo, que no están solas. Cuando hablo de lo que piensa o siente alguien con un TCA, mucha gente se identifican y eso genera comunidad. También suelen tener impacto los temas polémicos, pero lo que más se valora es cuando se genera esa sensación de apoyo y compañía».
¿Ha recibido críticas o comentarios negativos en redes? ¿Cómo lo gestiona? «Afortunadamente no he recibido muchos comentarios negativos, pero cuando ocurre intento no tomármelo de forma personal. Mi cuenta no está centrada en mi vida privada, sino en ayudar y compartir información basada en evidencia, así que trato de centrarme en lo positivo y en el impacto real que puedo tener en la vida de las personas».
¿Qué mensaje final le daría a quienes le siguen o a quienes están pasando por situaciones similares a las que usted vivió? «Que siempre hay más gente en el proceso para ayudarles, que hay épocas complicadas y que es normal sentirse mal, pero que lo importante es buscar ayuda e investigar. Abrirse a la aceptación, al autocuidado y a conectar con lo que una persona es realmente es la clave. Que recuerden que siempre hay personas que los entienden y que pueden acompañarles en su camino».
