«Mi trabajo de educador es como otro cualquiera, pero es solidario»

Solidaridad

Dorian Sébastien Bourguignon, de madre inglesa y padre francés, es trabajador de la organización Aldeas Infantiles dentro de la iniciativa Social Desk de Tenerife. Terminó el Grado en Ingeniería Electrónica en el año 2017, en La Universidad de La Laguna.  A parte de disfrutar de su labor es un apasionado de los e-sports, aunque su punto fuerte es el Overwatch, un videojuego de disparos. Además, aprovecha el tiempo que le queda y se mantiene activo haciendo deporte.

Cuando terminaste la carrera, ¿tenías alguna idea de lo que ibas a hacer? “No tenía ninguna y tampoco sabía si iba a seguir estudiando.  Al final, lo que hice fue empezar a estudiar inglés y de manera paralela estaba buscando becas de la FGULL (Fundación General de la Universidad de La Laguna), pero no salió nada”.

¿Cuál hubiera sido tu trabajo ideal? “Aunque estudié electrónica, me gusta mucho el mundo de la programación, de hecho, hice mi TFG sobre eso. Aunque las dos disciplinas no tienen del todo que ver, se pueden mezclar. Yo lo que hice fue programar una pantalla táctil, que de por sí es electrónica, pero necesitas del uso de la programación para darle vida”.

Sobre el trabajo actual


¿En qué consiste la iniciativa “Social Desk” de Aldeas Infantiles?  “Es un proyecto subvencionado por el Gobierno de Canarias y la Unión Europea a través del fondo social europeo.  El objetivo del mismo es acercar a la población la tecnología en general. Las personas que están dentro del programa de aldeas no tienen tantos recursos como otras, entonces, no tienen alcance esos recursos. Contamos con gente de  todas las edades, desde los 3 años hasta los 70, ya que trabajamos en distintos talleres. Por ejemplo, yo trabajo en una guardería de la organización y allí son prácticamente bebés. Con los niños trabajamos la robótica infantil y contamos con robots que parecen mascotas. Además es muy variable, un  día puedo estar allí y otro enseñando un curso de informática a personas mayores”.

¿Tiene una fecha límite esta iniciativa? “El 17 de diciembre se acaba el contrato. Cada año se crean muchos proyectos, y este nuevo curso se creará otros, pero serán diferentes.

¿A qué tipo de personas le impartes los talleres y cursos? “Hay distintos perfiles, con más o menos recursos. Algunos niños viven en las aldeas con más compañeros y una persona que hace de madre. Por el contrario hay gente que no viene de una familia desestructurada y que tiene vivienda. Cuando vamos a dar un taller no se especifica de qué campo son”.

“Pretenden ayudar a que el niño no corra peligro, a cambio reciben actividades”


¿Cómo se apuntan entonces?  “Está todo muy guiado, no creo que se les dé opción, ellos reciben ayuda y a cambio tienen que participar en los talleres. Lo que puedo decir, es que los chicos que vienen desde fuera y no viven en aldeas tampoco es que tengan muchos recursos aunque vivan en su casa. Existen centros de día, que son edificios a los que vienen los inscritos al programa de aldeas y allí tienen actividades.  El programa, al igual que el resto de las propuestas pretenden ayudar a que el niño no corra peligro, pero a cambio reciben actividades y sus  padres también”.

¿A cuántas personas contratan cada año? “Dentro de este proyecto  de Social Desk, en concreto, somos tres trabajadores, una diseñadora, un informático y yo, que soy electrónico. Digamos que son las tres ramas de la tecnología que queremos acercar”.

¿Cómo contactaste con la asociación para formar parte del proyecto? “Publicaron la oferta de trabajo y la vio un compañero de carrera, nos lo comentó a varios amigos y todos intentamos entrar. Casualmente me aceptaron a mí, habían requisitos mínimos como tener el carnet de conducir”.

¿Qué has aprendido en tu primer año laboral? “Lo primero a conducir, porque desde que me saqué el carnet no había practicado y allí me dieron el coche de empresa.  La razón es que me tengo que desplazar de un lugar a otro.  Asimismo, en el mundo educativo no tenía ninguna experiencia, ni estaba en mis expectativas de futuro”.

“Ejercer de educador no es fácil, y en mi caso, aprendí a base de palos”


¿Qué te llevas de la experiencia?  “Toda la gente que he conocido y un montón de vivencias super gratificantes con los niños. También todo lo que aprendí, porque ejercer de educador no es fácil, y en mi caso, aprendí a base de palos”.

¿Qué ha sido lo más difícil? “Todo lo previo a ser el monitor, es decir, desde que me contrataron hasta que di el taller. Es estresante no saber cómo va a salir ni si va a ir todo bien, pero luego ves que es una bobería”.

¿Hay alguna anécdota de este año primer año de trabajo? “Los chicos son graciosos a su manera.  Tuvimos un campamento de verano en la graja de Aldeas Infantiles, que está en El Tablero. Era uno de mis primeros días y uno de los chicos del  grupo me preguntó si le podía coger el móvil un momento, y yo se lo di. Cuando me lo devolvió, estaba la pantalla rota y me quedé en shock, no sabía que había pasado. No le conocía de nada y me había dado mi teléfono en ese estado. Al final  resulta que  era de otra persona, el mismo modelo, y me lo había cambiado.  Son gente muy picaresca ja ja ja. Esa es una anécdota  pero el día a día me ha dado muchas”.

¿Qué piensas hacer una vez pase el año y termine el contrato? “No tengo expectativas, cuando se acabe me pondré otra vez a mirar si hay alguna oferta interesante. También seguiré estudiando inglés, porque aunque lo tengo de base necesito algún papel que lo certifique y me gustaría mejorarlo”.

¿Hay posibilidades de que te  contraten de manera indefinida después del plazo? “Si lo hacen tendría que ser a través de otro proyecto completamente distinto. En el caso de que se genere uno en el que doy el perfil como contratado puedo entrar perfectamente, sin problema. Sí, hay probabilidades siempre que exista un proyecto que se adecue a mis características, o al revés”.

“Son experiencias diferentes, los voluntarios no tienen tantas responsabilidades”


¿Algún voluntario de la organización te ha dicho su experiencia? ¿Hay mucha diferencia entre los voluntarios y los trabajadores? “Los voluntarios me han dicho que su experiencia ha sido positiva y suelen repetir en alguna que otra actividad. La diferencia más clara es que ellos no cobran y nosotros sí.

¿Eso les hace tener más vocación? “Es muy fácil decir que como ellos lo hacen sin cobrar tienen más vocación, pero ellos solo van un día, dos o alguna semana. Lo combinan con otras actividades  y lo hacen porque les gusta, pero en un corto espacio de tiempo. Si tuvieran que estar con nuestro mismo horario no sería lo mismo. Son experiencias diferentes, los voluntarios no tienen tantas responsabilidades”.

¿Estar en una asociación sin ánimo de lucro ha hecho que te intereses más por ese tipo de organizaciones? “No me lo he planteado, pero se podría decir que ahora veo a las ONGs con distintos ojos. Antes no sabía mucho del funcionamiento y me ha resultado interesante conocerlo”.

¿Trabajarías otra vez para alguna asociación o de voluntario? “Por supuesto, e incluso repetiría  en aldeas para alguna que otra actividad. Seguro que volveré algún día”

En definitiva, ¿recomendarías a otras personas para que se apuntasen? “Sí, la experiencia ha sido positiva en muchos sentidos. Es un trabajo como otro cualquiera, pero con el plus de que ayudas a los niños y además es solidario”.

Faceta gamer


Estas en un equipo de e-sport llamado Aequor gaming, ¿es difícil lograr ser profesional en este ámbito? “En el archipiélago no hay ningún equipo profesional porque no hay recursos y el mundo de los videojuegos no tiene visibilidad. A lo largo del tiempo creo que eso va a ir cambiando, de hecho, se va a hacer una liga de e-sport canaria patrocinada por Hiperdino, poca gente sabe de este proyecto”.

¿Cuántas horas diarias dirías que utilizas en jugar al ordenador? “Los días laborables poco,  pero los fines de semana sobre las 10 horas”.

¿Has pensado dedicarte a tiempo completo a jugar? ¿Se puede vivir de ello? “En Canarias es imposible, tienes que ser muy bueno y llegar a las mejores ligas, además, le tienes que dedicar un tiempo increíble. Si no eres bueno también puedes hacer streaming, como los youtubers. Vivir de los videojuegos es algo muy nuevo y que hoy día no te asegura nada”

Aequor gaming quedó finalistas en el campeonato Overwatch durante la TLP, ¿cómo fue? “Quedamos segundos y en la TLP Weekend de la Victoria también.  La experiencia fue inolvidable y  mucha gente vio la partida, las gradas estaban completas y animando. Jugar delante de todo el mundo fue una inyección de adrenalina bastante interesante. No solo había público de manera física, sino  que también a través de la plataforma de streaming”.

Tú que eres mitad inglés y francés, sabemos que estamos desde hace años en plena fuga de cerebros, ¿no te planteas irte fuera? “Pues sí, de hecho tengo 4 hermanos y tres ya están fuera. Para nosotros es más fácil por el nivel de idiomas y además tenemos familia, no sería tirarme al vacío. Lo he pensado, pero no es algo que vaya a hacer pronto y quizás no lo haga nunca, sería un caso extremo en el que de verdad en Tenerife no hubiera nada. Me gusta estar aquí.

¿A quién lees? Pues yo diría que a una persona activa, inquieta o más bien nerviosa y que le gusta controlar la situación. Intento aprender rápido y espero que a partir de ahora lo hagamos juntos.

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