Farmacia Vuelta de los Pájaros, en Santa Cruz de Tenerife. Foto: PULL

«En primera línea de batalla»

Sociedad

La Fundación Princesa de Asturias ha reconocido con el Premio de la Concordia 2020 a la vocación de servicio de la comunidad farmacéutica durante la pandemia. Sin embargo, al profesional de la farmacia no se le considera sanitario, aunque estuviera en primera línea contra el virus. El cierre de farmacias no se produjo durante el confinamiento y se siguieron desarrollando sus funciones para colaborar con el sistema sanitario de cada comunidad.

Olga Marichal y Rafael Rodríguez están al frente de una farmacia en Santa Cruz de Tenerife que permaneció abierta durante los meses de confinamiento. La demanda de medicamentos y el alarmismo popular provocaron que tanto ella como sus trabajadores alargaran su jornada laboral y trabajaran «intensamente».

Los días anteriores al estado de alarma la clientela que se acercaban a su farmacia compraban hasta tres cajas de paracetamol por miedo a que se agotase. La histeria colectiva desembocaba en la compra desproporcionada, primero de termómetros, luego de geles hidroalcohólicos y guantes, y, por último, de mascarillas. Estos productos no solo se agotaban del establecimiento, sino también del stock de las distribuidoras.

Rafael Rodríguez se adelantó a la recomendación de instalar una mampara para protegerse del contagio y su farmacia fue una de las primeras en dotarse de ella. Eso sí, critica que no recibieron ningún tipo de ayuda económica ni asesoramiento para adecuar su trabajo a esta nueva situación.

«Me enseñaban qué tipo de tos tenían tosiéndome en la cara. Más de una vez tuve que mantener la respiración»


El miedo a acudir a un centro de salud se extendió en la población por lo que la farmacéutica confiesa que «el primer sitio al que acudían la mayoría de personas si tenían algún tipo de síntoma era a la farmacia». Además, confiesa que «los primeros días había personas que  me enseñaban qué tipo de tos tenían tosiéndome en la cara y más de una vez tuve que mantener la respiración». Quiere subrayar con estas circunstancias que su labor está «en primera línea de batalla».

Asimismo, Olga Marichal destaca que las farmacias son las grandes olvidadas de esta pandemia puesto que «los colegios farmacéuticos tuvieron que tomar la iniciativa para establecer protocolos antes que la propia Administración». También aclara que la farmacia es uno de los lugares mejor preparados para realizar pruebas de antígenos o de anticuerpos que tenga una buena comunicación, en este caso, con el Servicio Canario de Salud. Recalca que, en la actualidad, se han restringido las visitas de consultas médicas a los pacientes, «pero a la farmacia sí se sigue yendo».

«Las personas que están haciendo los protocolos no tienen conocimientos o no están preparadas»


La farmacéutica echa en falta la difusión de información correcta por parte de la Administración. No comprende cómo en los colegios no se utilizan mascarillas quirúrgicas, sino higiénicas que no protegen igual. «Las personas que están haciendo los protocolos no tienen conocimientos o no están preparadas», asevera. De la misma manera, declara que las medidas del Gobierno de Canarias se han implantado «tarde y mal».

Olga Marichal revela que el sector privado tuvo que abastecerse de mascarillas «donde encontró y donde pudo, porque las instituciones no se preocuparon de dotar a la población de este imprescindible». Por ello subraya que la regulación del precio de las mascarillas se tenía que haber realizado mucho antes.

Añade que después de esta pandemia se debería valorar más la labor de las farmacias ya que «hemos sido un punto de apoyo muy importante en esta realidad». Detalla que desde marzo mucha clientela se acercaba para agradecerles que estuviesen abiertos y que fuesen un punto de referencia. También las personas mayores le agradecían su labor puesto que los colegios de farmacéuticos de Canarias llevaron a cabo una iniciativa que permitía llevarles los medicamentos a su domicilio. Sin embargo, lamenta que «el Gobierno no ha nombrado ni ha reconocido este proyecto».

Marichal quiere aclarar que «gracias a la industria farmacéutica se realiza la investigación y la elaboración de muchos medicamentos y que eso necesita una gran inversión que no subvenciona el Gobierno». De la misma forma, comenta que es inevitable que la industria farmacéutica se enriquezca con la vacuna. «Es cierto que al principio no me hubiese puesto la vacuna, pero ahora sí que lo haría», ultima Olga Marichal.

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