Poder practicar algún deporte siempre ha sido un sueño para muchas personas, especialmente para jóvenes, un reflejo de compromiso, superación personal y trabajo en equipo. Desde la infancia, se transmite la idea de que hay deportes que son para hombres y otros para mujeres. Esto limita mucho la libertad a la hora de elegir la actividad que realmente les apasiona, creando un ambiente donde lo que piense la sociedad y las expectativas sociales son más importantes que el disfrute o la vocación.
Desde pequeña, una de mis películas favoritas siempre ha sido Billy Eliot. El protagonista descubre su pasión por el ballet, pero tiene que enfrentarse al rechazo de su familia, en especial, al de su padre, que desde un principio opone su opinión sobre que es un deporte solo para chicas. A medida que va transcurriendo, se ve claramente como el actor, Jamie Bell, demuestra que los estereotipos de género no deben definir lo que cada persona puede hacer.
Por suerte, no todos iban a estan en desacuerdo con él, su profesora y su amigo le apoyan aceptando su gusto y sueño. Este apoyo es esencial porque le ayuda a tener la confianza necesaria para luchar por lo que realmente desea. Sin ellos, lo más probable es que no hubiese superado este obstáculo. Ojalá quienes se encuentren en una situación similar tuvieran el valor que tuvo el protagonista para alacanzar su objetivo, sin dejarse influenciar por lo que la gente opina.
«Los estereotipos siguen estando presentes en nuestras vidas»
En la película podemos ver como Billy va más allá de las dificultades que le rodean, desafiando a la sociedad que por desgracia le tocó, ya que asocian este deporte exclusivamente con lo femenino. Como todo menor en su infancia, quiere perseguir sus sueños: entrar en la escuela más famosa de Londres.
A pesar de que sea ficción, refleja situaciones reales a las que se enfrentan muchas personas en la vida cotidiana. La danza siempre ha sido considerada para niñas, esto le pone obstáculo a quienes desean seguir sus pasiones sin dejarse afectar por los prejuicios sociales, aunque en la actualidad hemos visto un cambio para mejor en la aceptación de hombres en deportes que son considerados para mujeres y viceversa. Los estereotipos siguen estando presentes en nuestras vidas, sobre todo en competiciones importantes o de alto nivel.
Esta historia debería de hacer reflexionar, ya que nos deja claro que las reglas impuestas sobre lo que deben hacer las personas, según su género, no deberían de definir el rumbo de nadie. Cuando algo se hace con pasión, no importa al género al que pertenezcas, sino el esfuerzo con el que luchas por tus sueños.