El itinerario de la Vacuguaua se publica de forma progresiva en las redes sociales de Sanidad. Foto: F. K.

Dos de Moderna y una de Pfizer

Sociedad

En agosto del año pasado el Servicio Canario de Salud (SCS) habilitó la Vacuguagua, un vehículo que recorre diferentes puntos estratégicos de Tenerife y Gran Canaria para favorecer la vacunación contra la covid-19. Tener una cita no es necesario, solo interés y un DNI o NIE vigente que acredite la residencia en el Archipiélago. Recientemente estuvo en el Campus de Guajara de la ULL con el propósito de que el colectivo universitario pudiera beneficiarse de una inoculación rápida que no supusiera el traslado a un centro médico.

La guagua no pasa desapercibida gracias a su llamativa rotulación. Muestra numerosos hashtags como #YoMeVacuno en un tamaño que facilita la lectura desde muy lejos. Los rayos de sol bañan la zona donde se ubica, justo en frente de la Cafetería. El ambiente es tranquilo. Aunque no hay mucho movimiento, sí una gran disposición por parte del equipo de profesionales del SCS para atender a quien se acerque.

Sergio Saavedra, uno de los enfermeros, invita a tomar asiento en una de las sillas que están dispuestas cerca de la puerta del vehículo. El pinchazo será rápido e indoloro. Pasan quince minutos y Saavedra apunta que «el volumen de personas está siendo el esperado porque estamos en una etapa bastante final de la vacunación. Al principio venían más. Quien quiere vacunarse otra vez es porque lo necesita para viajar».

Una alumna recibe la tercera vacuna contra la covid-19 en el Campus de Guajara. Foto: C.E.

Alcanzar la inmunización colectiva siempre fue uno de los objetivos principales para frenar la propagación del virus, a pesar de que este evolucione con facilidad y sus distintas variantes no permitan que desaparezca por completo. Lo que sí se consigue recibiendo las dosis pertinentes es una mayor probabilidad de que su entrada en el organismo cause menos estragos. «Mantener nuestro sistema inmune con niveles altos hace que la enfermedad a desarrollar pase inadvertida o de una forma muy suave», afirma Saavedra.

Melania García, estudiante del Grado en Educación Primaria, se acerca al vehículo para solicitar su dosis. «A la tercera va la vencida», comenta mientras se sienta y espera su tercer pinchazo. No pretende viajar, pero lo considera necesario. «Qué menos que acudir a un punto de vacunación y contribuir para que esto acabe pronto o para que las consecuencias de convivir con el bicho sean menos nefastas», asevera. Se despide entre risas: «Ahora soy del grupo Dos de Moderna y una de Pfizer».

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