Marc Martín es biólogo marino, colabora con la ONG Condrik y trabaja como técnico en Gesplan. Realizó el Máster Universitario en Biología Marina: Biodiversidad y Conservación en la Universidad de La Laguna y participó en proyectos de cetáceos y otras especies marinas protegidas en biodiversidad, ecología marina y conservación, BIOECOMAC. Fue el encargado de donar el ejemplar de pez diablo negro capturado recientemente en aguas de Tenerife al Museo de Naturaleza y Arqueología.
Recientemente, se ha registrado por primera vez el avistamiento de un diablo negro adulto vivo cerca de la superficie en Tenerife. ¿Qué implicaciones tiene este hallazgo para la comunidad científica y el estudio de las especies abisales? «Esta aparición ha despertado interés tanto en la comunidad científica como en la población. Para nuestro equipo es relevante, aunque no increíble porque ya teníamos constancia de esta especie en Canarias. Pero lo realmente significante fue el hecho de que estuviera vivo nadando en la superficie, lo que pudo permitir la observación de su comportamiento y natación».
Suele habitar entre los 200 y 4000 metros de profundidad. ¿Qué factores podrían haber provocado que este ejemplar ascendiera hasta aguas superficiales? «Hay varias hipótesis, aunque no lo sabemos con certeza. Durante las salidas que hacemos con la embarcación en el medio pelágico solemos encontrar ejemplares de aguas profundas como peces hacha o mictófidos en la superficie, muertas o moribundas, estos casos suelen darse porque sufren alguna persecución y tienden a subir para huir. También porque Canarias es un archipiélago volcánico en la que se alcanzan profundidades muy cerca de la costa, lo que implica que haya fuertes corrientes ascendientes y por último puede ser por alguna enfermedad o patógeno que haya sufrido el ejemplar».

El vídeo se hizo viral tras unas horas de haberlo publicado y se creía que tenía un gran tamaño. ¿Por qué se generó ese miedo, cuando realmente cabe en la mano? «Desafortunadamente, dado el poco conocimiento que hay de nuestros fondos marinos, la gran parte de la población desconoce su tamaño real. Al sacar las fotografías, pensaron que el bicho era de gran tamaño, incluso que medía más de medio metro. Y ese fue el miedo y peligro que sintieron al tenerlo en Canarias, cuando realmente habíamos puntualizado a los medios de que se trataba de un ejemplar pequeño, pero aun así para llamar la atención decidieron exagerar su tamaño. Esto generó todo este clima de tensiones que viralizó aún más la situación».
¿Podría el cambio climático estar afectando los hábitats naturales del diablo negro obligándolo a acercarse a la superficie? «Si se produce un calentamiento progresivo de nuestras aguas, eso repercutirá en toda la biodiversidad, tanto en las capas superficiales como en las capas más profundas de nuestros ecosistemas. Aunque a día de hoy podemos visualizar como cada vez son más frecuentes la aparición de especies de afinidad tropical».
«Esta aparición nos da esperanza para conocer mejor nuestros fondos marinos»
¿Cómo puede este descubrimiento contribuir al conocimiento y conservación de las especies abisales en el Archipiélago? «Este avistamiento, dado el impacto tanto a nivel nacional como internacional, ha generado este interés que hasta ahora no se tenía tan en cuenta. No es raro observar peces de profundidad en nuestras aguas y esto permitió que la gente que no está tan vinculada al mar sea consciente de ello y de la riqueza que tenemos en nuestros fondos marinos».
¿Existe preocupación en el equipo científico ante la aparición de estas especies? «Más bien esperanza, fuerzas y ganas para seguir investigando, generar interés para el estudio y aumentar el conocimiento de la fauna marina que es increíble».
¿Cree que hace falta más conciencia en los colegios y universidades sobre la fauna marina? «Sí, hace falta y es necesario porque en Canarias tenemos una biodiversidad marina que esta increíblemente amenazada, tanto a nivel turístico como a nivel pesquero. Se pueden hacer las cosas mucho mejor de modo que pueda haber un desarrollo más sostenible en la población local y en los ecosistemas marinos ya que tienen un potencial enorme y podría ser un hito para preservar».