No es ni ha sido universitario, pero ya es todo un veterano en el Club de Rugby de la Universidad de La Laguna (CRULL). Lleva en la asociación desde los 16 años y ya afronta su séptima temporada. Él es Karim Amaioua, pilar del equipo de la institución lagunera. Raudo, recuerda sus orígenes en la disciplina: «Teníamos un equipo en mi instituto, y llegó un momento en el que el centro no pudo seguir manteniendo esa actividad, pero nosotros queríamos seguir jugando. Es ahí cuando nuestro el entrenador decidió enviarnos al equipo juvenil de CRULL».
Aunque hablamos de un equipo universitario, hay que recalcar que, en la etapa de juveniles, todos los jugadores tienen un perfil similar. Es decir, provienen de otros institutos, ya que entran teniendo entre 16 o 17 años, y no están en edad universitaria.»Muchos, al cumplir la mayoría de edad, se deciden por estudiar en la ULL, pero otros optan por seguir otros caminos», explica el entrevistado. Además, añade que, a pesar de su veteranía, sigue conservando la misma ilusión que en la primera temporada.
El joven tinerfeño ha practicado varios deportes a lo largo de su vida, y parece que en el rugby ha encontrado una práctica en la que se siente realmente cómodo. A la pregunta del porqué, explica que en este disciplina nadie es más que nadie, y que dentro de los equipos «no existen estrellas». Además, cuenta la gran diversidad que existe en el club.
«No existe la discriminación que podría verse en otros deportes. Tengo compañeros de todas las edades y ámbitos, además de haber jugadores con todo tipo de físicos, como chavales que pesan 60 kilos y otros que pesan 120, ya que cada posición dentro del campo exige una cualidades determinadas», señala Amaioua García.
«El rugby no es tan peligroso como parece»
A nivel personal, el rugby le ha inculcado muchos valores. «Me ha enseñado la importancia del compañerismo y del esfuerzo, nos ayudamos entre nosotros, y somos conscientes de que el éxito del compañero es bueno para el conjunto», añade el jugador.
A la pregunta sobre la naturaleza de este deporte y de si es tan «peligroso» como se dice, el jugador defiende que es «poco lesivo», y que en los propios entrenamientos le enseñan cómo prevenir posibles percances para la salud. «Todos los movimientos tiene que ser ejecutados de una manera determinada, hay ciertas pautas que permiten movernos con cierta seguridad a la hora de placar, entrar en la melés (formación fija cuya función es disputar y volver a poner el balón en juego) o actuar en los rucks (situación donde, al menos, un jugador de cada equipo está en contacto, sobre sus pies y sobre la pelota que está en el suelo)».
También aborda el tema de la coyuntura del rugby en la región. Defiende que «la situación del deporte en la Isla ha ido mejorando» pero que, desgraciadamente, a nivel autonómico, se están dando pasos atrás. Tanto el equipo de rugby de Lanzarote como el club Mahoh de Fuerteventura no están compitiendo en la liga este año. Es decir, que a día de hoy solo hay cuatro clubes disputando el campeonato. Al preguntarle sobre las posibles soluciones para este problema, Karim Amaioua responde que la clave está en «aumentar la visibilidad del deporte», y que así se logre aumentar la inversión.
Ahora mismo, el CRULL es líder de la liga regional, y el objetivo a corto plazo del jugador es «mantener el liderato». «Tenemos una gran plantilla este año y podemos completar una buena temporada», transmite el pilar lagunero. Todos los oponentes son muy «competitivos». Asimismo, añade que el ambiente entre los jugadores es fantástico, y que es la propia esencia del rugby la que lo promueve. «Puedes darte de golpes con los rivales, que luego en el tercer tiempo todo se arregla: lo que pasa en el campo se queda en el campo», sostiene el jugador.
