El cambio en la presidencia se hizo efectivo el pasado miércoles en la Junta de Accionistas. Foto: PULL

Cambio de ciclo

Opinión

Paulino Rivero es el nuevo presidente del Club Deportivo Tenerife tras aprobarse, en la pasada Junta de Accionistas, su candidatura. El empresario palmero Miguel Concepción abandona el cargo tras su llegada en el año 2006. Diecisiete años de luces y sombras, tanto en lo institucional como en lo deportivo, que ahora quedan atrás para abrir una nueva etapa en el Club insular. El primer discurso de Rivero como presidente insufló una bocanada de esperanza en la afición, que, aún así, coge todo con pinzas.

Concepción ha estado al mando del Tenerife durante 6144 días. Una larga etapa que deja al equipo en la misma categoría dónde lo cogió, con una temporada en Primera División, dos finales de ascenso a la máxima categoría y dos temporadas en Segunda B. Así mismo, se ha logrado reducir la deuda, crear la Fundación y el área de fútbol femenino y construir una nueva Ciudad Deportiva.

La llegada de Rivero a la presidencia no viene sola. También hay más cambios en el Consejo de Adminstración, dónde, aparte del cambio en la presidencia, abandonan Milagros Luis Brito, Juan Manuel Quintero y José Francisco Mares. En su lugar entran Alba Aula, secretaria del Consejo; Juan Guerrero, que será consejero del área deportiva; y Santiago Pozas, nuevo director general del club.

Asimismo, el accionariado del Conjunto blanquiazul también cambia de manos. José Miguel Garrido se convertirá en junio de 2023 en el nuevo máximo accionista del Tenerife, reuniendo la mayor parte de las acciones gracias a un acuerdo con los accionistas de referencia: Miguel Concepción, Amid Achi y Conrado González, a la espera de ver si Juan Pelayo se suma a este acuerdo, denominado el Pacto de Roma.

«Tras el primer discurso de Rivero, la masa social del Tenerife se ha ilusionado y espera que esto no quede en agua de borrajas»

Paulino Rivero comenzó su mandato con un discurso que no leyó y visiblemente emocionado. Tocó varios puntos que se criticaron siempre, y con razón, a su predecesor: la cantera, a la que Rivero da mayor relevancia; fomentar el sentimiento blanquiazul alrededor de la Isla; abrirse a la prensa y favorecer las entrevistas a jugadores, cuerpo técnico o los propios directivos; la Fundación; y la importancia del aficionado, ya sea accionista, abonado o simpatizante.

Un aspecto a destacar de ese primer discurso fue la intención del expresidente del Gobierno de Canarias de elevar a quince mil personas el aforo techado del Heliodoro Rodríguez López en los próximos meses. Con el debate de un nuevo estadio más candente que nunca, ¿se posiciona Rivero en su contra? Veremos como se desarrollan los acontecimientos entorno a este asunto.

La llegada de Rivero a la presidencia se ha cogido, desde que comenzaron los rumores, con pinzas por los aficionados blanquiazules, más aún con la llegada de Garrido como máximo accionista. Aunque muchos hacía tiempo que querían a Concepción fuera del Club, el cambio no terminaba de convencerles. Tras el primer discurso de Rivero, la masa social del Tenerife se ha ilusionado y espera que esto no quede en agua de borrajas.

Las medidas e intenciones que el sauzalero enumeró en su primera intervención como presidente del Tenerife podrían ser firmadas por cualquiera de los simpatizantes del conjunto tinerfeño. Una bocanada de aire fresco, que no nuevo, llega para intentar hacer del Tenerife un equipo de Primera División, tanto dentro del campo como fuera de él. Le deseo la mejor de las suertes, señor Rivero.

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