Rosa María Aguilar es doctora en Informática por la Universidad de La Laguna y docente en este centro desde 1993. Su implicación desde el punto de vista de gestión en la ULL ha sido bastante completa. Ha sido subdirectora del Centro Superior de Informática y directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Civil e Industrial, secretaria del Departamento de Física Fundamental y Experimental o vicerrectora de Servicios Universitarios y también de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Además, es una de las cinco mujeres que forman parte del Consejo de Gobierno y Claustro de la ULL desde 2007. Asimismo, actualmente es la portavoz del grupo claustral Renovación Convergente (RC), perteneciente al sector del profesorado.
Después de tantos años formando parte del Claustro de la ULL, ¿cómo cree que ha ido cambiado el funcionamiento de la Universidad? «El problema es que creo que no ha cambiado, o sea, que seguimos teniendo unas estructuras muy jerarquizadas. El Claustro de la Universidad no ha evolucionado, al contrario que la sociedad que ahora mismo es mucho más abierta. No todos pensamos igual. Para mí el gran hándicap es que no hemos llegado a ser capaces de debatir sin que haya enfrentamientos entre las distintas opiniones”.
«El profesor no se tiene que centrar en dar clases magistrales, sino en guiar la formación del alumno»
Un informe realizado por la ULL advierte del déficit formativo de los estudiantes en física, matemáticas y redacción. ¿En qué aspectos cree que se ha fallado? “Para mí lo fundamental es que para resolver un problema lo primero que tenemos es que diagnosticarlo. Los alumnos que nos llegan hoy tienen competencias totalmente diferentes a los que nos llegaban hace quince años y, probablemente, en lo que hemos fallado es en no dar respuesta a sus necesidades. Si nosotros sabemos transmitir nuestro conocimiento y lo relacionamos con el mundo que ellos se relacionan, vamos a conseguir que aprendan mucho más. Yo sí creo que nuestros jóvenes tienen mejores competencias y van a avanzar mucho”.
¿Cree que es un déficit que solo se puede mejorar desde Bachillerato? “Creo que la Universidad tiene una responsabilidad. Tenemos que formar a los alumnos que nos llegan. Es muy fácil echarle la culpa a los de fuera. Hay que ver cómo nos llegan y actualizarnos en función de ello. Hablar en el mismo término en que hablan ellos y nunca bajar los requisitos o la formación. Tenemos que darles más pero con nuevos métodos”.
¿Qué se puede hacer desde la ULL para solucionar el problema? “Tendrían que ser clases no tan numerosas, en contra de las políticas que ha tenido el Equipo de Gobierno de aumentar el número de alumnos por aulas. Evidentemente, eso no nos ayuda a seguir estrategias del tipo del que el alumno es el centro. El profesor no se tiene que centrar en dar clases magistrales sino en guiar la formación del alumno”.
«Debemos compaginar el trabajo docente e investigador. Y eso no se cuida»
¿Y como lo pueden conseguir? “Es importante que el profesor universitario investigue. La investigación nos abre la forma de ver el mundo y la capacidad de abstracción que le inculcamos a los alumnos. Nunca podremos entender a un profesor universitario que no investigue. Debemos compaginar el trabajo docente e investigador. Y eso no se cuida”.
¿Se prevé algún plan de mejora para resolver este problema? “Me consta que en el Equipo de Gobierno el vicerrectorado competente planteó un plan de la calidad, pero a día de hoy ese plan de mejora no ha sido debatido en los distintos centros ni se le ha comunicado a los profesores, con lo cual es papel mojado. La política, de facto, ha sido aumentar el número de alumnos en las clases. Poco vamos a poder hacer si lo que nos están obligando es a dar las clases de forma incorrecta”.
Con respecto al sistema del 3+2 ¿cuál es su opinión? ¿Cree que se acabará implantando? “Es un debate que estuvo vigente y ahora parece que se ha parado. En la actualidad, tenemos la posibilidad de tener el 3+2, de hecho ya nos han posibilitado poner grados diferentes a los que existen, de tres años. Yo sí creo que se va a terminar imponiendo precisamente porque hay muchas nuevas profesiones que podrían estructurarse con una formación de tres años y luego un máster de uno o de dos».
¿Se están llevando a cabo medidas para ayudar a los estudiantes a costear másteres y doctorados? “Las políticas de financiación las desconocemos como grupo claustral, de hecho, el rector firmó un protocolo con el Gobierno de Canarias sin ponerlo en conocimiento de la comunidad universitaria. Todo lo que sabemos es lo que la consejera de Educación, Soledad Monzón, comentó en El Día el 6 de agosto que a cambio de esa financiación las universidades tenían una serie de compromisos y que esos estaban relacionados con ajustar las titulaciones y la plantilla. Desconozco si en ese protocolo hay alguna ayuda para los alumnos. Lo que sí es cierto, y yo me he visto implicada, es la falta de interés del Equipo de Gobierno por los títulos oficiales anteponiendo los títulos propios, que no son públicos sino privados”.
«Si tenemos grupos de 120 alumnos, no hay método que valga»
El Consejo de Gobierno de la Universidad ha dado el visto bueno a la ampliación de personal docente e investigador ¿Realmente lo que hace falta es ampliar el personal o simplemente reciclar el que ya hay, pues muchos utilizan técnicas y métodos anticuados? “Me preocupa la falta de personal. Hemos perdido un 6,7 % de profesorado y un 20 % de funcionarios. Cuando contratamos profesores asociados es personal cuya vida universitaria es reducida. Lo positivo es que trasmiten la experiencia de la calle, pero la Universidad no es un college o una formación profesional. Tenemos que enseñar a aprender, con lo que la parte investigadora del PDI es fundamental. Tenemos que mejorar las condiciones del PDI para incorporar la investigación en su vida académica y no maltratarlo. Y, en general, no creo que los métodos de mis compañeros docentes sean anticuados. Si tenemos grupos de 120 alumnos, no hay método que valga”.
¿Puede adelantarnos nuevas iniciativas que se vayan a poner en marcha por parte de su grupo claustral? “Desde el Claustro pondremos sobre la mesa un plan de ordenación docente equilibrado. Consideramos que el número de alumnos por grupo debe adecuarse a la disciplina que se imparta. Dar clases a cuarenta personas en aulas con veinte ordenadores no tiene sentido. En cuanto a la investigación intentaremos defender la libertad académica, una libertad que tenemos los profesores universitarios en las que se nos permite investigar en cualquier problema de la sociedad. A día de hoy, el Equipo de Gobierno no nos autoriza determinados proyectos porque no siguen la estrategia de investigación de esta universidad. Otra de las iniciativas es que se contrate a funcionarios, tenemos una lista de acreditados a cátedra y a titulares, que han sido valorados a nivel nacional para ser buenos profesores universitarios. La calidad de la docencia pasa por ahí”.
¿Qué opina del trabajo del actual Equipo de Gobierno? “El Equipo de Gobierno está fallando en lo más importante: que el plan de ordenación docente se haya hecho de forma arbitraria con falta de transparencia y que haya dejado solo a los profesores frente a los grandes retos de formación que tienen los alumnos. Esto oscurece cualquier otra buena acción que hayan hecho. Si tuviera que ponerles una nota, le suspendería”.