Las Jornadas de Trabajo Social se iniciaron ayer, 9 de abril, con una conferencia de Jonathan Regalado, profesional de este sector especializado en diagnósticos clínicos y doctor en Psicología. La charla tuvo lugar en el Aula Tomás y Valiente de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación a las 9.30 horas. Bajo el título de Resiliencia, un paradigma imprescindible para el Trabajo Social, la ponencia se centró en qué es este concepto y su importancia en la disciplina.
«La resiliencia solo se manifiesta ante un infortunio», explicó Regalado. Dijo que “la persona que la sufre es la que interpreta el hecho como adversidad o no». El término es subjetivo, ya que solo el que pasa por una desgracia puede definir lo que implica, ante qué la manifiesta y si ha aprendido algo.
El ponente expresó que la habilidad de superar positivamente una dificultad es un proceso dinámico porque cambia a lo largo de nuestra vida. “Nos comportamos de manera resiliente ante determinadas calamidades”, aseveró. Además, añadió que es inapropiado decir que somos capaces de asumir situaciones límite al igual que lo es manifestarlo. Lo correcto es decir ante qué casos lo demostramos.
Especialmente, el profesional señaló que la resiliencia “no es protección, no es un antídoto, no te protege de nada”. Va acompañada de una adversidad y esta, a su vez, implica dolor, que es la consecuencia inevitable de cuando las cosas no van bien. Entonces, ayuda a caminar por el dolor y transformarse por él. Así, el trabajador social expuso: “no solo afronto una desgracia, sino que salgo fortalecido, aprendo algo que me servirá para el futuro”.
«No seremos competentes si no somos capaces de trabajar los factores personales»
Regalado aclaró que dentro de la capacidad de sobreponerse ante lo adverso existen tres factores: los individuales, relacionales y comunitarios. Los dos últimos son de la especialidad del trabajo social. Por tanto, “como profesionales tenemos mucho que aportar en el desarrollo de la resiliencia en el ser humano”, manifestó el conferenciante. De la misma manera, agregó que la comprensión de los tres elementos supone la posibilidad de derivar a ciertos pacientes a expertos que puedan encargarse de ellos. Igualmente, dijo que “no podremos ser trabajadores competentes en la intervención si no somos capaces de trabajar los factores personales”.
El orador sostuvo que, para promover la resiliencia desde el servicio social clínico, es necesario conocerla, y para eso se necesita formación. Comentó que para poder intervenir en ella necesitamos saber en qué punto está la persona, cuáles son los componentes a su favor y cuáles tiene que desarrollar.
«Si algún paso desvía al profesional del objetivo final, se tendrá que renunciar al proceso»
El disertador indicó que los profesionales de este tipo de servicios actúan para conseguir un objetivo concreto, específico y general para aumentar la afectividad, metas y vínculos que conduzcan a ganar una mayor resiliencia para superar la adversidad. El ponente también afirmó que todo eso sirve para conseguir algo, y el último para qué siempre va a estar orientado hacia los derechos humanos y la justicia social. «Si alguno de los pasos previos desvía al profesional de este objetivo final se tendrá que renunciar al proceso», recalcó Regalado.
Asimismo, añadió como ejemplo que hoy en día es habitual que a una consulta privada lleguen padres con hijos que no quieren estudiar. De este modo, Regalado señala que no es coherente, según los derechos humanos y la justicia social, que el problema sea el niño. Por último, el trabajador agregó que el conflicto reside en todo el entorno, y que para ayudar al niño tienen que implicarse tanto los padres como los profesores.