La terapia con caballos produce beneficios en los pacientes con esclerosis múltiple

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La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) participa en un proyecto que pretende demostrar los efectos de la terapia asistida con caballos en personas con esclerosis múltiple. Esta enfermedad se caracteriza por el cansancio, el aumento del tono muscular y la incontinencia urinaria. El equipo de investigadores está formado por profesionales del Hospital Universitario de Torrejón, la Complutense de Madrid, la Fundación MHG y la Cátedra de Animales y Sociedad de la URJC. En este estudio se analizan los beneficios que las Intervenciones Asistidas con Caballos (IAC) aportan a estos pacientes.

Los resultados muestran importantes progresos en los principales síntomas de esta dolencia. El ejercicio al aire libre y el contacto con los animales mejoran los niveles de depresión y de ansiedad. Además, según apunta el informe, la actividad física potencia el aumento de la velocidad en la marcha y favorece la recuperación del equilibrio y la regulación del tono muscular. Nuria Máximo, docente de Terapia Ocupacional de la institución madrileña asegura que «estos progresos se conocían con el uso de animales en otras patologías como en la parálisis cerebral».

Para el desarrollo del estudio, se seleccionó a doce personas con esta enfermedad que recibieron sesiones de terapia durante seis meses. Máximo expresa que un progreso en cualquiera de los ámbitos generará beneficios: «Puede producir mejoras en las relaciones sexuales, la disminución de la apatía y la depresión y un aumento en la calidad del sueño”. Una vez seleccionados los objetivos del proyecto, se constituyeron dos grupos, uno de terapia y otro de control.

Durante el tratamiento, cada paciente estuvo acompañado por un guía, un monitor a cada lado y un terapeuta. “Trabajamos con jinetes con nivel cero de equitación y en condiciones físicas especiales”, subraya la doctora Muñoz Lasa, investigadora de la Cátedra y profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Algunos ejercicios realizados demuestran que la forma y la temperatura del caballo, en contacto con el suelo pélvico, activan esa zona corporal.

He vivido desde que nací en Buenavista del Norte (Tenerife). Ahora estudio Periodismo en la Universidad de La Laguna y colaboro en el diario digital PERIODISMO ULL. Me he dado cuenta de que estoy en el lugar correcto. Me gusta la música, el deporte, viajar y, sobre todo, la naturaleza.

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