Un grupo de científicos de la Universidad de Columbia ha grabado unas imágenes insólitas en el mar de Chukchi (Alaska) de medusas gigantes denominadas “Chrysaora melanaster”. Se trata de un hecho inusual dado que la zona es conocida por ser un hábitat extremadamente frío, en el cual es complicado encontrar señales de vida.
Según afirma la revista de investigación Marine Ecology, las bajas temperaturas pueden ser beneficiosas para este animal, el cual puede soportar el gélido invierno del ártico en su etapa adulta conocida como “medusae”. El estudio indica que esto se debe a que las voluminosas capas de hielo actúan como una gran barrera, lo que le permite aislarse de las aguas más bulliciosas.
Asimismo, los profesionales sostienen que el frio disminuye el metabolismo de las medusas, por lo que puedan resistir con muy poco alimento. Por consiguiente, tienen una mayor posibilidad de sobrevivir. Este gran descubrimiento ha sido posible gracias a la utilización de un pequeño robot submarino con una cámara integrada. Para ello, se realizó una perforación en el hielo de más de un metro y se sumergió el aparato que pudo captar las secuencias.
Por su parte, las medusas son muy conocidas por ser grandes expertas en supervivencia. Aparecieron en el periodo Cámbrico y se calcula que llevan subsistiendo en los mares durante alrededor de 505 millones de años. De este modo, se trata de una de las especies más antiguas del planeta.
Además, hay algunas que pueden considerarse casi inmortales. Es el caso de la “Turritopsis Nutricula”. Ésta tiene la capacidad de revertir su ciclo vital en bucle. Es decir, cuando llegan a su edad de madurez son capaces de volver a su fase de vida inicial y repetir el proceso constantemente.