Los motores impulsados por carburantes fósiles nos dicen adiós. Foto: A. Rodríguez

La llegada a la meta final

Opinión

No era ninguna sorpresa que este momento algún día llegaría, en el que tendríamos que dejar a un lado el abrumador sonido del escape, el olor a carburante en combustión, la nube de humo gris de un coche al pasar y muchos otros detalles que dejan a quienes amamos el mundo del automovilismo con el corazón lleno de pena. Hay quienes dirán que aunque no haya vehículos de combustión podremos seguir disfrutando de la conducción y del manejo, pero no será lo mismo. Son más que medios de transporte, son formas de evadirse de los problemas, recuerdos felices, vivencias atrapadas en un chasis de acero.

La mayoría no lo entenderá. Infinidad de personas no comprenderán como algo tan simple como conducir tu coche te puede ayudar más que mil charlas y mil consejos. Esa sensación de no pensar en lo que te apena, ese momento donde el mejor consejo es el rugir del motor.

«¿Cómo le dices hasta la vista si no te imaginas una vida sin él?»

En diciembre de 2023 todos los vehículos deberán ajustarse a las restricciones que marca la nueva normativa medioambiental a las grandes ciudades. Los distintivos se establecen en función de los niveles de contaminación y eso genera que multitud de personas se vean obligadas a vender sus actuales medios de transporte por la necesidad de entrar a los núcleos urbanos. Si bien es cierto que hay excepciones como ocurre en el caso de los coches clásicos, aun así estos se ven limitados en otros ámbitos.

Es más que comprensible que el Mundo se encuentra en peligro por la contaminación que generamos, pero no está claro si vamos por el camino correcto. Los automóviles eléctricos, a pesar de prescindir de combustibles fósiles, también generan contaminación, ya sea directamente, debido a la costosa fabricación de sus baterías y componentes o indirectamente, al desechar gran número de aquellos que sí son contaminantes.

Hoy es el principio del fin. Dejaremos de ver en las calles prodigios de la automoción y parte de la historia personal de muchas personas se irá al desguace. Todo se quedará en una bonita amistad entre el ser humano y la gasolina.

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