Ramón Arroyo durante su ponencia en la Universidad de Verano de Adeje. Foto: Samuel López

«Gracias a la esclerosis múltiple me han pasado cosas maravillosas»

Ciencias Sociales y Jurídicas

3,86 kilómetros nadando, 180 km. en bicicleta y 42,2 kilómetros corriendo. Esta fue la distancia total que recorrió Ramón Arroyo en una carrera Ironman. Padre, marido y trabajador, diagnosticado de esclerosis múltiple, para él, su enfermedad no ha sido una barrera. Tal y como afirma: «Gracias a la esclerosis múltiple me han pasado cosas maravillosas». El curso Por un deporte más inclusivo para todas y todos, enmarcado dentro de la Universidad de Verano 2019, acogió hoy martes, 22 de julio, la ponencia Rendirse no es una opción en la que Arroyo contó, en primera persona, su historia.

Gracias a su participación en el programa Informe Robinson, su historia fue la inspiración para la película 100 metros, un filme español dirigido por Marcel Barrena, y protagonizado por Dani Rovira. Además, sus vivencias también se reflejan en el libro Rendirse no es una opción.

«No era culpable de tener esclerosis múltiple»


Con un público bastante expectante, el ponente arrancó su charla, sobre las 10.00 horas, hablando de su familia y su día a día. Economista por la Universidad Complutense de Madrid, Arroyo fue diagnosticado de esta enfermedad en el año 2004. Aseguró que, después de que le detectaron este padecimiento, «las cosas cambiaron mucho y a peor». «Mañana, yo puedo perder la capacidad de ver por un ojo o no controlar mis esfínteres y no saber si puedo recuperar estas funciones de nuevo», aseveró. La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa y crónica que afecta al cerebro y a la médula espinal, siendo la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes.

«Los primeros tres años no acepté lo que me pasaba», expuso. El conferenciante aclaró que, después de un brote de la enfermedad, comenzó a tomar conciencia: «No era culpable de tener esclerosis múltiple, pero si responsable de enfrentarme a ella». En ese momento, según el ponente, arrancó su relación con el deporte: «Si estaba más sano, me enfrentaría mejor a la enfermedad».

A pesar de que le dijeron que no podría correr más de 100 metros, su iniciativa logró superar las barreras sociales. «En poco tiempo, me convertí en lo peor que puedan imaginar: runner», apuntó con tono irónico. Con el paso del tiempo, sus metas se fueron ampliando: en primer lugar, con la participación en carreras populares; luego, con la introducción en maratones y, por último, con la finalización con éxito de la carrera Ironman.

Ramón Arroyo durante su intervención en la Universidad de Verano de Adeje. Foto: Samuel López

«No permitas que nadie te digas que no puedes hacer algo»


Asimismo, Arroyo habló del efecto de su historia en otras personas con este padecimiento: «Creé un proyecto para llegar a más chavales». «No permitas que nadie te digas que no puedes hacer algo, compruébalo por ti mismo», agregó. Además, alertó de los trolls que te puedes encontrar por el camino: «Se recibe un impacto de personas que te hunden más».

El economista se mostró muy crítico con los recursos que las administraciones públicas brindan para los pacientes de esta enfermedad y señaló que, para el gran público, es una enfermedad estigmatizada. «No voy a hablar solo de lo bonito, como en las películas, yo, por ejemplo, intento quedarme quieto, pero no puedo. Tengo un problema de sensibilidad en el pie derecho», aseveró.

Sus últimas palabras fueron de agradecimiento a todo su equipo: su familia y amigos. En especial, a su querida Inma, su mujer, y a sus hijos. Antes del aplauso final, mencionó dos palabras que recomendó al público tener muy presentes: resiliencia y serendipia.

 

He vivido desde que nací en Buenavista del Norte (Tenerife). Ahora estudio Periodismo en la Universidad de La Laguna y colaboro en el diario digital PERIODISMO ULL. Me he dado cuenta de que estoy en el lugar correcto. Me gusta la música, el deporte, viajar y, sobre todo, la naturaleza.

Lo último sobre Ciencias Sociales y Jurídicas

Ir a Top