Es muy habitual ver residuos contaminantes en el mar. Foto: PULL

El Archipiélago puede perder hasta 147 playas por el cambio climático

Medioambiente

La organización  de ciencia ciudadana Citizens By Planet realizó, este pasado martes, 26 de julio, un encuentro en el canal de YouTube de EcoWildLife Travel. En esta charla intervinieron Aridane González, profesor de la ULPGC y presidente del Comité Científico del Gobierno de Canarias para Cambio Climático y Economía Circular, y María de la Fuente, doctora en Ciencias Oceánicas e investigadora en la Universidad Libre de Bruselas. Esta iniciativa forma parte de un Foro Internacional de Ciencia, Comunicación y Desarrollo Sostenible (FICCS), que comenzará presencialmente del 21 al 25 de septiembre en Gran Canaria y en La Palma.

González explicó que el océano está interconectado y que todos los cambios que ocurran en unos lugares se reflejarán en otros. Además de esto, de la Fuente comentó que cuando se habla sobre este asunto todas las personas se centran en la partes terrestres, pero que el mar es el 70 % de la superficie del planeta y que alberga el 90 % de la biodiversidad. Es el encargado de absorber el calor y distribuirlo de tal manera que gracias a él se tienen los climas y las temperaturas actuales y no unas mucho más altas. Sin embargo, llegará un momento en el que esa absorción no sea efectiva. Todo esto sumado a la acidificación (pérdida de pH) provoca que los organismos cambien de propiedades o no se reproduzcan. Un ejemplo de esto es la muerte de los corales que va repercutir en enfermedades que requieren de recursos obtenidos de los mismos.

Uno de los temas más debatidos fue la subida del nivel del mar. La doctora argumentó que lo único preocupante no es el deshielo de los casquetes polares. La dilatación térmica es también algo a lo que se debe prestar atención. La joven espetó que la gente no entiende el impacto real de este aumento y que es posible que tenga consecuencias muy graves en islas como Fuerteventura, ya que podría arrasar con kilómetros de superficie.

El docente expuso que, según diversas investigaciones que se llevan a cabo en Canarias, se estableció que en el mejor de los escenarios el Archipiélago podría perder 147 playas. Asimismo, en estos estudios se tiene cuenta que determinadas infraestructuras esenciales se encuentran cercanas al agua, como es el caso del aeropuerto de Lanzarote. Por otro lado, cabe destacar las migraciones internas que verán obligadas a hacer en muchas localidades.

«Se puede disfrutar del Planeta y a su vez minimizar los impactos»


En la reunión se mencionó el cómo conseguir que la ciudadanía se involucre en la protección del mar. La investigadora dijo que es indispensable la formación y la educación ambiental, aunque considera que lo más importante es analizar qué efectos negativos se derivan de la vida diaria. Revisar los productos que se utilizan y evitar los que contengan  microplásticos, comprar pescado que provenga de una pesca sostenible…

Aridane González se sumó a su argumento y abogó por favorecer el comercio local, reducir los residuos con acciones tan simples como no tirar las toallitas al váter, cambiar hábitos de desplazamiento y de consumo. Finalizó diciendo que «cada cosa que se haga en el entorno va a impactar. Se puede disfrutar del planeta y a su vez minimizar los impactos». Así, afirmó que se debe exigir a las administraciones públicas que se actúe, pero el movimiento no debe llegar solo desde ellas.

Cada persona es responsable del cambio. Los seres humanos necesitan comenzar a conectarse con la naturaleza y  replantearse si es compatible el ritmo es algo que se puede sostener. Hay que ser consciente de que se dispone de un tiempo limitado y que las mejoras se deben producir rápidamente. Es conveniente que se acuda a este tipo de conferencias ya que sirven de puente para enterarse y entender los tecnicismos y el conocimiento científico explicado de un modo que se pueda comprender, declaró la ponente.

El directo finalizó con la cuestión económica. González reflexionó respecto a los costes del modelo de vida. Aclaró que es esencial para la sociedad saber que su dinero se invierte para luchar contra el cambio climático y que si modificaran su comportamiento habitual muchos de esos fondos se destinarían a diversos asuntos, como sanidad o derechos. De la Fuente invitó a quienes se quejaban de lo caro que es hacer la cosas bien que comenzarán a replantearse por qué es tan barato hacerlas mal.

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