Juntos, pero con miedo a quedarnos. Foto: PULL

El amor en la era anticompromiso

Opinión

«Odiar es pa flojitos, los titanes aman fleje». Lo dice el cantante tinerfeño Cruz Cafuné y, no sé ustedes, pero yo y los que creemos en lo verdadero, elegimos amar fleje en vez de odiar, porque hoy en día se trata de un acto de valentía. Cada vez que hablo más de este tema con cualquier persona. No puedo evitar mencionar y acordarme de una conversación que tuvimos mi madre, mi hermano y yo una noche en el salón de casa. De ese día, me quedé con una frase de mi hermano: «Ojalá haber nacido en la época de ustedes, mamá». En ese momento, no lo entendí y no le di muchas vueltas, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que el amor y las relaciones de antes no tienen comparación con las de ahora.

¿Por qué hace décadas se conseguía tener relaciones de pareja y matrimonios mucho más serios y estables, si se supone que ahora es más fácil la comunicación? Créanme cuando les digo que es una pregunta que me he hecho muchas veces. Creo que se debe a distintos factores que hacen que el amor actual sea tan efímero y que a la gran mayoría de personas de las generaciones actuales les cueste comprometerse y responsabilizarse de lo que supone compartir tu vida al lado de otra persona.

«Vivimos en una sociedad individualista donde se exalta la figura del yo»

La gran mayoría huye del compromiso, una mochila llena de piedras que limita. Vivimos en una sociedad individualista donde se exalta la figura del yo, el disfrute momentáneo y las experiencias personales antes que los vínculos sanos, fructíferos y duraderos. Da la impresión que comprometerse con alguien en una relación lleva implícito prescindir de aspectos personales, como si se tratase de cerrar puertas antes de tiempo.

Estoy seguro de que todos hemos escuchado las típicas frases como «no estoy preparado para una relación» o el clásico «ahora mismo no quiero estar con nadie», que suele venir de personas que un día quisieron algo serio y duradero, pero vieron que no merecía la pena buscar algo en una sociedad que no tiene ese mismo pensamiento colectivo, y también el «no quiero tener una relación seria ahora» que después de un tiempo conociendo a la otra persona suele ocurrir cuando se menciona la posibilidad de dar un paso más allá y comenzar un proyecto conjunto.

Esto no quita querer conocerse, vivir experiencias y disfrutar de la vida. Pero,  ¿y si ese pensamiento realmente es un escudo que esconde el entregarse a otra persona, construir un proyecto de vida conjunto y a sostener una relación cuando no siempre va a ser de rosas e idílico? El principal problema de las relaciones de pareja hoy en día es que los que buscan algo firme piensan que los demás piensan igual y se desilusionan, lo que hace perder la fe en el amor.

A veces considero que deberíamos cambiar la perspectiva de las relaciones y no tener tanto miedo. Conozco casos de que gracias a conocer a su actual pareja se han desarrollado personalmente. Sin ir más lejos, yo mismo he pasado un proceso similar, en el que gracias a una relación he podido aprender y evolucionar para que, en un futuro cuando llegue la persona indicada, poder darle mi mejor versión.

Las personas que pasan por nuestras vidas nos traen consigo enseñanzas, experiencias memorables y, sobre todo, nos hacen darnos cuenta de lo que queremos y de lo que no queremos en un futuro. Debemos agradecer todo lo que nos ocurra, ya sea positivo o negativo porque, al final del día, nos enseña a ser mejores. Hay que seguir confiando en el amor verdadero y querer al máximo a pesar de lo que nos ocurra.

 

 

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