«La sociedad se beneficia de manera indirecta de los herbarios»
La doctora Cristina González es docente en el Grado de Biología y en el de Ciencias Ambientales, e investiga sobre la Botánica. Trabaja en el Herbario de la Universidad de La Laguna, un servicio ubicado en la Facultad de Farmacia, de uso reservado a la comunidad científica mundial, en el que se recolectan los cuerpos vegetales de Canarias. Asimismo, es un espacio que realiza una labor social, puesto que facilita el conocimiento de situaciones de mayor relevancia en el medio, como el calentamiento global.
Primeramente, la experta explica que todos los organismos que entran al Herbario son identificados y secados con anterioridad. «Es muy importante almacenar en esta galería las especies descubiertas, porque si no, no serían válidas ni para la ciencia ni para futuras investigaciones que se den», agrega. En sus palabras, las aplicaciones prácticas de la instalación «tienen su foco en la indagación, así como en la didáctica y en la divulgación».
«Cualquier ejemplar es una solución potencial para los problema medioambientales o sanitarios que se presenten»
Se suelen guardar las muestras tras un procedimiento previo de recolección y exploración del personal especializado. No obstante, en ocasiones extraordinarias, el almacenamiento se debe a la necesidad de extraer sustancias químicas, pues las plantas son útiles, por otra parte, en el apartado de la química orgánica. «A día de hoy sabemos que existen múltiples medicinas que proceden de elementos vegetables», revela la doctora. Cualquier ejemplar es un remedio potencial para los problemas medioambientales o sanitarios que existan.
Un ejemplo que trata es el arbusto denominado Orobal del País (Withania aristata). Fue testigo de análisis fitoquímico, proceso que en la actualidad está prohibido por los perjuicios que provoca en las plantas. La ciencia en estos momentos busca más que nunca paliar el uso de fitosanitarios en la agricultura. Por ende, el objetivo de su obtención fue la extracción de sus constituyentes químicos, para detectar determinadas moléculas beneficiosas, que puedan utilizarse como abono natural sin que los artificios sean un requisito.

«Algunas plantas que se hallan en peligro de extinción poseen frutos con semillas en el Herbario, y causa de las condiciones favorables de humedad que presenta la sala, pueden conservarse, para luego germinarse y ayudar a la especie a no extinguirse», comenta la bióloga. En el caso de los hongos, algas y demás seres, el elemento que se extrae es la espora. Esta ventaja podría ser una solución para disminuir los efectos negativos del cambio climático en la flora canaria.
Los cambios en la meteorología, tal y como apunta, exponen a determinados peligros a las especies por el transformación tan rápida. «Sin embargo, también hemos podido comprobar que ciertas plantas consiguen adaptarse a los nuevos climas y originar una biodiversidad más amplia, de manera más lenta», subraya la profesional.
El Herbario ofrece diversos usos en el día a día. Su principal función es dar a conocer a las personas las especies de nuestras Islas. Cuantas más se reconozcan, mejor se podrá reaccionar ante la inminente emergencia climática. Con respecto al campo de la construcción, no conviene ignorar la naturaleza de las plantas que crecen en el ambiente que será alterado por la intervención humana. Si las plantas que se dan allí están protegidas, la alteración del terreno se prohibiría.
«La colectividad botánica dedica sus días a la búsqueda de nuevas especies»
Aunque no se almacene la información ni se expongan los descubrimientos en los medios de comunicación, la colectividad botánica dedica sus días a la búsqueda de nuevas especies. La bióloga destaca que en los últimos años, se han realizado los siguientes hallazgos: una variante de la violeta del Teide en las Cañadas, rosas en distintas Islas, bejeques, y especímenes hemiparásitos, que sobreviven gracias a la influencia de la vegetación, en un andén de la Caldera de Taburiente. Todas ellas se encuentran a la espera del almacenaje.
Del mismo modo, hay variedades que se descubren y que pasan a estar en amenaza ipso facto debido a los escasos ejemplares que se han detectado. «Estamos perdiendo miles de componentes vegetales de los que desconocemos su forma y su nombre», confirma González. Esto supondría una notoria pérdida de diversidad biológica frente a la que apenas podemos actuar, expresa la profesional.
Finalmente, la experta muestra su preocupación por la incipiente falta de botánicos: «la botánica es una rama imprescindible de la Biología, pero quienes podrían ser especialistas en dicha área ya no se preocupan por la clasificación taxonómica». Tal y como aclara, los análisis se basan más en la composición molecular que en la morfológica, centrada en el aspecto físico de los objetos de estudio. «A la larga, estaríamos ante una torre de Babel, en la que la población sería incapaz de definir las unidades florales tanto del archipiélago como del mundo», sentencia la experta.