Pudimos volver al mundo de Bridget Jones el pasado mes de febrero con la cuarta parte de su historia: Bridget Jones: loca por él. Todas la conocimos cuando en 2001 Renée Zellweger dio vida al personaje icónico al que todas adoramos. Hizo que nos sintiéramos representadas tras romper los esquemas típicos de la mujer joven. En la primera película conocería al futuro padre de sus dos hijos: Mark Darcy, un sobrio abogado que sentiría amor a primera vista. La pareja tuvo a sus dos hijos, Billy y Maibel. Sin embargo, la muerte sacudiría la vida de la periodista. Perdería al amor de su vida y se enfrentaría a otro reto: la maternidad en solitario mientras sufría un duelo.
En esta cuarta saga podemos ver a una Bridget más formal y consecuente a raíz de su nuevo papel como madre viuda, aunque siempre fiel a su esencia. Es notable su carga emocional, su sentimiento de estar sobrepasada y de no llegar a ser suficiente. Esta no es solo la historia de Bridget, es la de muchas mujeres que, tanto por elección propia como por obligación, se han visto en la tesitura de ejercer un doble papel: el de madre y el de padre.
Los casos de madres solteras o viudas abarcan el 84 % de los hogares monoparentales que hay en España. Ser madre casi siempre ha sido un rol que conlleva sacrificio y lucha. El abandono o las pérdidas no son experiencias que solo podamos ver en salas de cine o escuchar por terceros. Convertirte en madre soltera puede resultar un golpe inesperado para toda mujer y cada vez ocurre de forma más recurrente.
«Los casos de madres solteras o viudas abarcan el 84 % de los hogares monoparentales que hay en España»
Hay miles de historias como la de Bridget Jones, mujeres que se reinventan. Hay casos muy delicados en los que sufren tanto la pérdida que olvidan su rol de madre. Están de luto, sufren. No recuerdan cómo ser madre. Es tanto el cambio que se produce en ellas que su forma de querer se altera. Todo puede suponer un sobreesfuerzo y hasta cuesta levantarse de la cama.
No obstante, el amor de madre es el sentimiento que nunca se pierde. Es dar cuando no tienes, empezar de cero y amar de forma incondicional. Me gusta asemejar el papel de madre con los girasoles: gracias al Sol el girasol brilla y vive.
La historia de Bridget sirve como un ejemplo de superación y de mejora personal. Al final de la película, comprende la vida como una experiencia que no tiene un manual de instrucciones. La maternidad en solitario es un desafío donde la resiliencia cobra un gran sentido.