La escritora es fanática de la novela negra, de la romántica y del misterio. Foto: A. Loreto.

Annika Brunke: “Quienes escriben deben ser los primeros en sorprenderse”

Cultura / Ocio

Annika Brunke, es una escritora de novela negra que nació en Las Palmas de Gran Canaria. En la actualidad combina su trabajo y colabora en la revista digital LyB Actual. Además, le gusta investigar sobre la mente de los criminales y la historia oscura de Canarias, lo que se puede apreciar en sus obras que tratan sucesos reales mezclados con ficción. Las más destacadas son Hasta que se acabe el mar, Negar a María, y la saga Maldición de Laurinaga, que cuenta con dos libros, el primero La casa en el Palmar y el segundo la Quinta de ánimas y Fénix: El alma del impostor.

¿Qué fue lo que le atrajo inicialmente al género de la novela negra? «La verdad es que es un género que me apasiona, y desde muy «jovencilla» he leído mucha novela de misterio y de detectives, así que cuando comencé a escribir me salió el «rejo» de manera muy orgánica».

¿Cómo desarrolla a los personajes oscuros o moralmente ambiguos? ¿Tienen inspiración en personas reales? «Me encantan los personajes oscuros, dan mucho más juego que los intachables. Me gusta meterme dentro de sus cabezas, de sus almas, considerar qué sienten y cómo lo sienten, por qué han llegado al punto en el que no ven otra alternativa a la destrucción. Yo creo que todo nos inspira, todo nos malea. Somos esponjas, al menos yo lo soy. Ninguno de mis personajes malvados es un calco de un personaje real, aunque sí que hay algunos con inspiración en carne y hueso».

¿Cuál es su rutina de escritura cuando está trabajando en una nueva novela? «Pues suelo aprovechar los fines de semana. Me gusta escribir cuando la casa está en silencio, de forma que me levanto pronto. Me preparo un café, me siento delante del portátil y releo lo último que he escrito. A partir de ahí sigo. No tengo grandes manías en cuanto al momento de escribir, solo escribo. Lo pienso mucho antes, lo machaco mucho en mi cabeza, de tal manera que escribirlo es similar a vomitarlo».

¿Qué libro o autor le marcó más como lectora y luego como escritora? «El talento de míster Ripley de Patricia Highsmith. Es un personaje tan oscuro y complejo que es imposible que no te marque. Como contrapartida tanto nacional como femenina diría Alice Gould de Almenara, la protagonista de Los Renglones Torcidos de Dios, una de mis favoritas de todos los tiempos”.

¿Qué tan importante es el ambiente en su proceso narrativo? «Crucial desde luego. No solo imaginarlo, y crearlo sino ser capaz de trasladarlo al papel. Es algo complicado, que requiere de aprendizaje. Me gusta pensar que con el tiempo lo hago mejor, pero en mi caso me cuesta mucho detallar lo suficiente como para que todo lo que tengo en mi cabeza se transcriba».

“Me gusta arriesgarme, abordar temas incómodos y verdades ocultas”


¿Ha tenido alguna vez miedo al investigar ciertos temas para sus novelas? «La verdad es que no. Basta que perciba algo que sería mejor no tocar para que lo saque así que, por ahora miedo cero. Ahora bien, si me dijeran que tengo que hacer noche en un lugar abandonado yo sola para investigar para una novela… me lo pienso».

Respecto a la redacción de las novelas. ¿Cómo maneja los giros argumentales para que resulten impactantes pero creíbles? «Me los imagino como una película que me gustaría ver, una sorpresa que me gustaría recibir. Escribo para mí, si no me sorprendo yo, está la cosa complicada. Trato de darle muchas vueltas al tema, me aterra que se perciba quién es el asesino o el culpable mucho antes. Es algo que siempre pregunto a los lectores y las lectoras, si lo han visto venir desde el principio».

¿Cuál ha sido el reto más grande al escribir una historia de crimen o misterio? «Mantener en vilo a la audiencia, eso es complicado. En La casa en El Palmar por ejemplo hacia la mitad de la novela a la audiencia se le presenta el asesino, se le hace partícipe de ese secreto. En Fénix – El alma del impostor no se revela hasta el final, y esa interrogante es complicada. No puedes poner a alguien a quien solo has presentado de pasada porque sería un churro. Tampoco puedes dar demasiada información porque quienes leen se lo huele. Es difícil pero es lo que nos da «vidilla» a quienes escribimos, al menos así me ocurre a mí».

¿Qué consejo le daría a alguien que quiere iniciarse en la escritura de novela negra? «Que escriba y no escuche a nadie. Que investigue, que recite en alto los diálogos, que se interese por presentar una historia que le interese a él o a ella. Quienes escriben deben ser los primeros en sorprenderse, la trama le tiene que enganchar. El resto ya vendrá».

¿Puede compartirnos alguna anécdota curiosa o inesperada que haya surgido durante la escritura o publicación de uno de tus libros? «Para La casa en El Palmar llamé a la Guardia Civil. Tenía interés en saber si contaban con un departamento de información como tiene la Policía Nacional. No obstante tras las dos primeras preguntas me pidieron el DNI, para identificarme por si las moscas. Pero de resto bien. De normal me contengo aunque a veces se me iluminan los ojos cuando en mi cercanía comienza a hablarse de asesinos en serie o cuerpos putrefactos y el interlocutor de turno me mira como si acabara de escapar de un centro de salud mental».

Lo último sobre Cultura / Ocio

Ir a Top