“A lo largo del año, el 6 % de la población sufre una depresión”

Ciencias de la Salud

La Facultad de Psicología acogió esta mañana, en el marco del IUNE-NEUROCOG, la charla Tratamiento de la Depresión con Estimulación Magnética Transcraneal. La impartió el profesor David Beltrán Guerrero y tuvo como objetivo visibilizar el uso de este método, no sólo para la investigación sino para ofrecer esta práctica a pacientes en un futuro.

La depresión clínica es el estado de ánimo deprimido o bien el reducido interés para disfrutar. Suele estar acompañado de fatiga, disminución energía, dificultades del sueño o pérdida de apetito. Corresponden con las primeras causas de discapacidad, ya sea por bajas temporales o definitivas, y trae consigo un riesgo de suicidio, diabetes o enfermedades cardiorespiratorias. Tal y como comentó Beltrán Guerrero: “A lo largo de un año el 6 % de la población sufre una depresión”. Este porcentaje, resaltó, se da con mayor frecuencia en mujeres.

Por otro lado, existe un 30 % de pacientes que son resistentes al tratamiento convencional, como pueden ser los comprimidos, y que por tanto no son capaces de hallar remedio a su episodio depresivo. Sin embargo, el ponente destacó que la modulación de la actividad cerebral es una técnica reciente. «Consiste en la generación de un fuerte campo magnético, el cual provoca un campo eléctrico análogo al que se produciría en el cerebro. De esta forma, gracias a pulsos continuados de baja frecuencia o ráfagas de alta frecuencia, se posibilita que el paciente note resultados a partir de la tercera semana», afirmó.

El intento de buscar la solución ideal a la depresión por medio de la electroestimulación comenzó en la Edad Media y se desarrolló en los siglos XVIII y XIX. El primer intento corresponde a Giovanni Aldini en 1801, pero el primer dispositivo de Estimulación Magnética Trasncraneal (TMS) moderno se le atribuye a Anthony Barker en 1985.

Hoy día se disponen de numerosos operativos de neuroestimulación. De ellos, existen cuatro aprobados para solucionar el proceso con TMS. La durabilidad del efecto terapéutico se calcula con una recaída de menos del 50 %. Ergo para todos aquellos pacientes es necesario que se acompañe con otras opciones como por ejemplo los fármacos antidepresivos.

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