Llamarada de lágrimas

Opinión

Querida madre naturaleza, hacía tiempo que nadie hablaba de ti porque, como siempre, a las personas solo se les recuerda cuando mueren. El domingo pudimos escuchar tu llanto, confiando en que pronto cesaría. Sin embargo, tuvimos que esperar tres días para… ¿Salvarte? Hoy, mientras Fernando Clavijo y su gobierno celebran lo que te queda de vida, nosotros lloramos por la parte que perdiste. “Se me cae el alma al suelo”, comenta un habitante que te cuidaba y preparaba los senderos naturales para que el resto del mundo te admirara.

Comprendo que ahora mismo no entiendas nada, pero es tan sencillo como esto. En los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias en 2017, aparecen cifras como las de 9,8 millones de euros para la ampliación del Puerto de Agaete o 94,19 millones en el Convenio de Carreteras. Pero esto no acaba aquí. También puedes encontrar 8,05 millones para la ampliación del Puerto de Playa Blanca, 82’5 millones para el planeamiento urbanístico y un incremento de 12,7 millones con respecto al 2016 en gastos de personal en la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad.

Si sigues leyendo con la esperanza de aparecer en esas páginas, lo único que encontrarás será: “En cuanto a los recursos destinados al Medio Natural, destacar el Plan de Activación Red Regional de Senderos y las dotaciones necesarias para el adecuado funcionamiento del Plan Forestal de Canarias”. Aunque he de decirte que al menos ahí tienes más protagonismo que en los de 2018: ni un párrafo te han dedicado.

Por si eso fuera poco, desde 2016 los ciudadanos de tu tierra pedimos la instalación de una base de hidroaviones en Canarias, un recurso útil si se tiene en cuenta la climatología del archipiélago, el riesgo de quema forestal que tenemos y que no es la primera vez que hay un incendio en las islas. Seguimos esperando a aquel que venía de Madrid en tu búsqueda y aún no ha llegado. Parece ser que las 5 000 hectáreas quemadas de La Palma no fueron suficientes para cambiar esta situación.

Hoy estoy de luto porque no solo te perdí a ti, también perdí la fe en el ser humano que te daña. Nos creemos el centro del mundo y solo somos 7 450 millones en 40 076 kilómetros de tierra, aire, agua y vida. Un cuarto de un planeta que pertenece a una inmensidad espacial. Un punto negro en el infinito blanco.

No dejaré que te maten, te lo prometo. Hasta siempre.

 

Foto: RTVE.

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