La última mesa redonda de la IV Semana de Antropología Social, dedicada a Fernando Estévez González, tuvo lugar el viernes 21 de abril en la Facultad de Geografía e Historia de la ULL. Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique, Mariano de Santa Ana, historiado y periodista, Ramón Hernández Armas, antropólogo, y José Díaz Cuyás, profesor de Estética y Teoría de Arte, fueron los componentes de la charla. El tono serio con el que esta comenzó, terminó tomando un camino hacia lo emocional.
De Santa Ana señaló la visión que tenía el homenajeado acerca de los antiguos habitantes de las Islas, de los que decía “para los canarios los guanches han sido, son y serán los otros y nosotros”. También indicó que no era el tipo de antropólogo que escribe un libro sobre el turismo para luego ubicar cargos políticos, sino que tenía un interés genuino por este tema. Además, lo definió como uno de los científicos sociales más importantes de la historia de Canarias.
«La autoridad que poseía no dependía de la jerarquía de poder, sino del respeto y la admiración»
El antropólogo Ramón Hernández hizo hincapié en el interés del docente homenajeado por democratizar el Museo de Historia y Antropología, institución en la que fue director, ya que creía que se trataba de un organismo conservador que levantaba muchas barreras. Por su parte, José Díaz habló sobre la forma de ser de Estévez. «La autoridad que poseía no dependía de la jerarquía de poder, sino del respeto y la admiración», recalcó.
El director de la Fundación César Manrique habló de lo que considera el “sistema Estévez”. Creó, con sus palabras y de una manera constructiva, el retrato de un hombre crítico e incisivo principalmente a través de exposiciones en las que rechazaba su tendencia a homogeneizar las culturas.
En el último tramo de la charla fue cuando las emociones empezaron a aflorar. Tras la ronda de preguntas, De Santa Ana pronunció unas palabras sobre el docente fallecido. «La mejor manera de seguir demostrándole cariño es continuar leyendo sus obras», aseveró.
Seguidamente, Carmen Marina Barreto, profesora y una de las organizadoras de la conferencia, quiso dedicar unas palabras al protagonista no presente.
La mesa redonda terminó con la nota emocional más alta por la presencia de Maite, la que fue esposa del antropólogo. Aprovechó la sesión que se le dio para aportar algunas anécdotas sobre la vida de ambos y para agradecer a los presentes en su nombre.