En lugar de buscar culpables, ¿no sería mejor incluir a los adolescentes en campañas de prevención? Foto: PULL

La juventud también se contagia

Opinión

Desde hace semanas vemos como la Covid-19, no hace distinciones a la hora de la expansión de nuevos contagios. En torno al 70 % de los nuevos casos detectados son personas menores de 40 años, de los cuales, en su mayoría, son personas asintomáticas o presentan síntomas leves sin necesidad de ingreso hospitalario. La Covid-19 causa daños cardíacos en un elevado porcentaje de pacientes, no solo en personas de avanzada edad, sino también, en las de mediana edad previamente sanos según advierte de ello una investigación realizada en Alemania.

La investigación, realizada en el Hospital Universitario de Frankfurt, se ha basado en un estudio de cien pacientes de con una media de edad de 49 años, de los cuales, entorno al 67 %, no necesitó hospitalización. Dicha prueba, reveló que el 78 % de quienes habían padecido la enfermedad, presentaban alteraciones en el músculo cardíaco. Lo que de momento no se sabe es, si el defecto cardíaco, consecuencia del coronavirus, es transitoria o causará una insuficiencia cardiaca.

Lo que de momento sí está claro es que la juventud no se libra del contagio, con un tramo de edad que se sitúa entre los 15 y los 29 años. Le sigue la población entre 40 y 49 años. Y tras esta, las edades comprendidas entre los 30 y 39 años.

Y ahora nos hacemos la siguiente pregunta: ¿A qué se debe que el coronavirus afecte ahora a la franja joven? El cambio en el tipo de pacientes podría deberse a diversos factores. Uno de estos  motivos se debe a que el sistema de vigilancia ha evolucionado de tal forma que, a mediados de junio el 40 % de los nuevos contagios eran asintomáticos e, incluso, ha ascendido en algunas semanas al 60 % de casos diagnosticados.

«Estos días hemos visto innumerables escenas de jóvenes que  celebraban botellones, fiestas en piscinas y discotecas abarrotadas»


Estos días hemos visto innumerables escenas de jóvenes que  celebraban botellones, fiestas en piscinas y discotecas abarrotadas. La juventud presenta una actitud de oposición a la autoridad que les sirve para reafirmar su identidad. Además, esta generación presenta un claro indicio del sentido de la inmediatez y de no pensar en colectivo. Muestra un espíritu de omnisciencia y de querer vivir el momento. Ve la pasada cuarentena como un paréntesis y no una inflexión en sus vidas.

Pero apuntar hacia los jóvenes como los únicos responsables de los rebrotes no esconde más que un mensaje perverso. Olvidamos que son ellos los que sufrirán las consecuencias de esta crisis. No es necesario crear un enfrentamiento intergeneracional. La población joven, como el resto de loa ciudadanía, está aprendiendo a convivir con un riesgo desconocido.

Para llegar a la juventud no se debe apelar solo a la solidaridad con los mayores, sino con la sociedad en general. Es vital fomentar la responsabilidad y no olvidar que esta pandemia les afectará a la hora de incorporarse a la vida laboral y que además, sufrirán una mayor precariedad laboral.

En lugar de buscar culpables, ¿no sería mejor incluir a los adolescentes en campañas de prevención, que las lideren y difundan su ejemplo en las redes sociales?

 

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