Juan Rognoni, director de Cáritas Diocesana de Tenerife ejerce el cargo desde el año 2019. Explica de qué manera y qué pautas están llevando para afrontar la pandemia del coronavirus. Afirma que desarrollan sus labores cotidianas de forma telemática y que, entre todos sus trabajos, lo más importante es salvaguardar a la población y respaldar los derechos humanos fundamentales a pesar de la existencia del estado de alarma.
¿Cuál es la labor de Cáritas durante este tiempo de alarma? «Seguimos prestando nuestros servicios esenciales. Evidentemente, tuvimos que tomar precaución para adaptarnos a la situación actual cerrando el centro de día de mayores, flexibilizando el horario y los turnos para el cuidado de los más vulnerables. Asimismo, aumentamos la atención telefónica y abrimos nuevos recursos temporales de emergencia. Todo ello siempre extremando las precauciones sanitarias recomendadas para la protección del personal laboral, del voluntariado y de las personas atendidas, con el fin de no favorecer la expansión del virus».
¿Qué tipo de ayuda ofrecen? «El trabajo de acompañamiento personal se ha reducido por las medidas de seguridad y nos centramos en la ayuda de emergencia. Por otro lado, estamos trabajando con personas sin hogar ayudándoles a conseguir recursos para su subsistencia. Igualmente, desarrollamos un trabajo de seguimiento de aquellas que se encuentran en la calle o en infraviviendas con los servicios de Unidad Móvil de Atención en Calle, y lo estamos haciendo en el norte y sur de Tenerife y en La Palma. También hemos adaptado otras áreas que ahora se están desarrollando con teletrabajo vía telemática, como la formación para el empleo y el acompañamiento en conflictos con la vivienda».
¿Hay una mayor cantidad de gente voluntaria dispuesta a ayudar? «En la actualidad tenemos noticias de personas que se han ofrecido de manera especial para prestar servicios de voluntariado. Se les está atendiendo para ver dónde puede ser aportar sus conocimientos. No es un número muy alto de momento y esperamos que en el futuro podamos aumentar la cifra».
«Además del voluntariado, contamos con una plantilla de profesionales que asesoran y acompañan»
¿Cuáles son sus fuentes de financiación? «Son diversas. En principio, al ser una entidad de voluntariado, nuestros ingresos provienen de personas socias y donantes particulares. Igualmente, contamos con las aportaciones en las eucaristías de los primeros domingos de mes. Por otro lado, también tenemos financiación pública que responde a la capacidad que tenemos para desarrollar proyectos concretos en lugar de la administración».
¿Cómo es el plan de seguridad que siguen? «Las medidas de seguridad se corresponden con las indicaciones que han puesto sobre la mesa las autoridades. Nos tuvimos que adaptar, como todos los sectores de asistencia social, al no contar con los recursos de protección adecuados. Hemos tenido que reinventarnos y proteger especialmente a nuestros voluntarios más sensibles para que no estuvieran en contacto con gente a la que pudieran contagiar o poner en peligro. Por otro lado, aplicamos el sistema de prevención de riesgos que nos aporta nuestro servicio de prevención externo».